Martes, 26 de noviembre de  2024



Català  


Zgustová ironiza sobre la profesión “terrorífica” del traductor al recoger el Premio Ángel Crespo
17/11/2010



Acto de entrega del Premio Ángel Crespo (Foto:Carme Esteve)
 
La traductora y escritora Monika Zgustová recogió ayer, 16 de noviembre, el XIII Premio de Traducción Ángel Crespo, en un acto celebrado en el Ateneu Barcelonès que fue al  mismo tiempo un reconocimiento a la larga e importante trayectoria de la galardonada. El Premio Ángel Crespo, convocado por la ACEC, CEDRO y el Gremi d’Editors de Catalunya, con una dotación de 12.000 euros, es uno de los más destacados en la traducción a la lengua castellana. Este año, el premio ha galardonado a Monika Zgustová por la traducción del checo de Las aventuras del buen soldado Švejk, de Jaroslav Hašek (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2008).

Monika Zgustová manifestó su agradecimiento por poder recibir “el premio que lleva el nombre de Ángel Crespo, una persona que yo admiraba y admiro mucho, un punto de referencia para mí”. La autora quiso compartir con todos los presentes su opinión sobre la profesión del traductor. “En el fondo es una profesión muy desagradecida”, dijo, y justificó esta afirmación ironizando sobre la visión general que se tiene del traductor: “Siempre queda escondido. Aunque, si hay un libro del que todo el mundo habla bien pero a ti no te gusta, crees que debe ser culpa del traductor, debe estar mal traducido”. Y también escenificó con humor la relación entre traductores y editores: “Los editores piensan que por culpa de los traductores se disparan los presupuestos y no se llega a las fechas adecuadas”, decía provocando la risa del público. “Y, claro, si el libro tiene 800 páginas y tarda 4 meses en traducirlo, el editor piensa: ‘¿por qué no puede hacerlo en 4 semanas?’”. Por este motivo, Zgustová comentó que el traductor “siempre es el bicho malo de la película, el lento de la película sobre el que han de apuntar todos los fusiles”.

La galardonada explicó las razones por las que se dedica a esta “terrorífica profesión”, entre las que destacó “las ganas de compartir las grandes obras de mi país”. Y es que, como reivindicó Zgustová, “la literatura, sin traductores, sólo la podrían leer unos cuantos, ya que “el traductor es como el intérprete de una música. Sin intérprete, la música sólo sería una serie de notas”.

Un gran premio para una gran traductora
El vicepresidente del Gremi d’Editors de Catalunya, Xavier Mallafré, elogió el trabajo de los traductores, que “ayudan a aumentar el número de lectores tanto en lengua catalana como en lengua castellana”. Y también defendió la labor del “buen editor”, que “siempre llega a un punto de equilibrio con los traductores” porqué valora su tarea. Después de felicitar a la ganadora del premio, Mallafré aprovechó el acto para alabar la calidad de muchos de los traductores, entre ellos, la de Monika Zgustová.

Finalmente, la presidenta de la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña, Montserrat Conill, realizó un repaso minucioso a la trayectoria profesional de Zgustová, a quien agradeció públicamente el hecho “de acercarnos los tesoros que esconde la literatura centro-europea”. Conill confesó la dificultad que tuvo este año el jurado para determinar quien era el ganador “por la calidad de las obras presentadas”. Por este motivo, dijo que “premiar a Zgustová es todavía más valioso”.







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