No sabemos si la poesía vive un momento de excelencia creativa o solamente de expansión. Cada vez se publican más títulos, cuya publicidad es también notablemente mayor merced a los muchos medios de reproducción de que se dispone, especialmente las redes sociales, que llegan a más gentes y a lugares más distantes. Desde Barcelona (España) nos llega una iniciativa poética que, desde hace seis años, conjuga calidad y cantidad: cada temporada, la “Llibreria de la Imatge” (Librería de la Imagen) acoge, un jueves al mes, los versos de poetas que están de paso por la ciudad. No importan ni la edad, ni el sexo, ni la nacionalidad ni el idioma en que se expresen. Los autores recitan libremente sus composiciones, sin que haya cortapisas previas ni otra condición que la de mostrar, a juicio de los organizadores, claro está, una calidad suficiente.
Al finalizar la temporada, las intervenciones se recogen en un libro, como este “Radical 3. Recull Polièdric de Poetes”, objeto del presente comentario. La edición de “Radical 3” corre a cargo del poeta y doctor en Letras español Jaime D. Parra, quien, en el prólogo, aclara por qué “emplear un término matemático para una poética”, y señala que “el prestigio que tienen los términos matemáticos puede llevar a aplicarlos a las visiones literarias”. Radical (los radicales tienen infinitas cifras decimales que no se repiten nunca) y poliédrica (un poliedro posee diferentes caras, y lo poliédrico ofrece varias facetas), la iniciativa de la “Llibreria de la Imatge” supone, pues, un encuentro entre las matemáticas y la poesía, siguiendo una tradición que se remonta a Omar Kheyyam o Simmias de Tebas y llega hasta nuestro días.
“Radical 3” es un mosaico compuesto con las teselas de 52 poetas. Los hay procedentes de muchas de las regiones españolas, de diversos países latinoamericanos y de algunos europeos. Afirma Parra que “Poliédrica” pretende destacar los distintos lados de la creación al margen de escuelas, instituciones, grupos e individualidades. Poliédrica, para servir de onda de la poesía libre que se escribe ahora aquí o en cualquier otro sitio”. En el presente volumen hay más mujeres (29) que hombres (23). Sus edades oscilan entre los 16 años de Delfina Goldaracena (la única fallecida de la muestra) y los 75. Por particularizar en los autores argentinos, son más las poetas representadas (4) que los poetas (3). Seguramente, por celebrarse en Barcelona los recitales que dan lugar al libro, casi la mitad de los argentinos viven o han vivido en la capital catalana. Es el caso de Antonio Tello (exiliado en esa ciudad entre 1975 y 2013) y de Neus Aguado y Carlos Vitale, estos últimos residentes habituales. Los restantes (Alberto Silva, Luz Cassino y Cristina Domènech) tienen su domicilio en Argentina. Como se ha dicho, sólo Delfina Goldaracena (Buenos Aires, 1990-2006) ha fallecido, pero se ha querido dejar testimonio de su precoz vocación, desgraciadamente truncada por la muerte.
El concepto de poesía poliédrica, al decir de Jaime D. Parra, puede aplicarse a la creación (por ejemplo, a Alfred Jarry, padre de la patafísica), a un poeta determinado (al arbitrio del crítico que busque su ensalzamiento, y, a este propósito, afirma Parra que “llamar poliédrica a una obra implica su deseo de distinción”) o a un grupo de poetas (amalgama de muchas cosas).
Asevera Parra que, en este libro, “nuestro enfoque” es el pluriperspectivismo: “diversos autores diferentes, unidos en un tejido de diversos hilos, casi esférico [...] Plurilingüe, de nuestro tiempo y de todas las generaciones vivas que están escribiendo”. En resumen, “¿Un caleidoscopio? Sí. Pero más. La riqueza la ofrece la variedad y la conjunción de una serie de poetas, máxime cuando suman una cincuentena, en un mundo donde las antologías son cosa reductora. Poesía caleidoscópica, sí, varia, compleja, ampliada.
Solo poesía. […] como si fuera un festival de tendencias. Dejando espacio para todos […], pues la tendencia hoy es la poesía varia, libre, radical. La muestra poética que ofrece “Radical 3” es de una densidad tal que obliga al lector a pausar su lectura a fin de no perder el norte y localizar cada propuesta en su lado del poliedro (no en el tiempo, pues ya se ha dicho que la poesía representada es la que se escribe simultáneamente en estos momentos). El resultado puede resultar abigarrado si se pretende leer el conjunto como una unidad. Acudiendo a la expresión “juntos pero no revueltos”, los poemas y tendencias a ellos asociados deben tomarse como partes de un todo, pero ninguna de estas ha de arrogarse la identidad final. Ha de entrarse en cada autor de forma individual y no mezclarlo con los demás. Se diría que es como salir al campo y ver la flora de todos los continentes y estaciones al unísono, pero el lector debe discriminar según sus gustos o capacidades. Por lo tanto, “Radical 3” ha de leerse como una obra testimonial, y debe evitarse buscarle un sentido o unidad a la reunión. Es decir, hay que adentrarse en la obra de forma desprejuiciada, y, sobre todo, valorando que los textos son instantes irrepetibles de pulsiones poéticas libres, si es que la libertad existe.
Jorge Rodríguez Hidalgo - Elcorredormediterraneo
