Martes, 26 de noviembre de  2024



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Javier Pérez Escohotado prologa para Austral las novelas ‘El hereje’ y ‘Los santos inocentes’, de Miguel Delibes, escritor del que este 2020 se cumple un siglo de su nacimiento y una década de su muerte.
acec18/7/2020



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Javier Pérez Escohotado: «Delibes lleva ‘El hereje’ al siglo XVI para no hablar directamente de la guerra civil»



 Este año supone para Miguel Delibes un aniversario redondo. ¿Tiene el reconocimiento que merece en el Olimpo literario español?

Delibes ha tenido y tiene el reconocimiento de sus incontables lectores y, además, ha sido premiado y estudiado como el gran escritor que es. Este año 2020 compite con Galdós, pero el hecho es que ambos comparten un sitial muy alto, olímpico, en el firmamento de la crítica y los lectores. Por rara coincidencia pareciera que el azar los haya unido este año, y da la impresión de que Delibes hubiera nacido a tiempo de tomar el relevo del gran novelista español Galdós.


Usted va a disertar sobre ‘El hereje’, libro que ha prologado para Austral. ¿Es la novela más difícil y comprometida de Delibes?

El propio Delibes dijo que era su «novela más densa y compleja». Lo de difícil y comprometida es otro asunto, que nos obliga a tratar cuestiones formales y narrativas, por ejemplo, e ideológicas o históricas. Cuando escribe ‘El hereje’, Delibes es ya un autor consagrado, pero esta novela es una vuelta de tuerca final a toda su obra anterior. Yo creo, además, que es una novela en clave que debe resolverse entendiendo el contexto. En general, la novelística de Delibes utiliza como trasfondo la guerra civil y la posguerra, que es su caldo de cultivo. Pero con ‘El hereje’ da un salto cualitativo, incluso formal, y lleva a cabo una obra documentadísima en lo histórico y arriesgada en todos los sentidos. Pero se desplaza a otra guerra anterior, en el siglo XVI, una guerra no solo real, sino mental, donde lo que está en conflicto son las ideas y la práctica de la libertad de opinión y la libertad de conciencia.


¿Debe ser rigurosa la novela histórica? 

El rigor es propio de la historia, una disciplina de las ciencias sociales; una novela puede estar más o menos documentada, pero la creatividad del escritor tiene que quedar a salvo. Delibes luchaba desde el principio contra la inercia de que ‘El hereje’ quedara etiquetada como «novela histórica». Lo cierto es que partiendo de una buena y rigurosa documentación histórica, Delibes se remonta sobre los estrictos datos de la historia para profundizar en los dramas personales y colectivos, y crear una galería de personajes muy verosímiles, algunos de los cuales llevan el mismo nombre que en la historia, por ejemplo, la familia Cazalla.


Guerra de religión, guerra civil y España como telón de fondo.

El novelista francés Bernanos dijo que «toda guerra civil se convierte en guerra de religión», a lo que Marañón añadió: «La Historia de España ha sido una continua guerra civil». ‘El hereje’ tiene el mérito y la utilidad de recuperar al disidente, al protestante, al enemigo, al otro, que es una de las tesis que se deslizan en la obra. 


¿Cuánto de actual tiene ‘El hereje’ del siglo XVI en el siglo XXI?

Mucho más de lo que parece. Por ejemplo, el continuo histórico de alumbrados, erasmistas y luteranos del siglo XVI, perseguidos hasta el silencio, el exilio y la hoguera por la Inquisición, tiene, evitando el feo vicio del anacronismo, un equivalente posible con socialistas, comunistas, anarquistas y otros disidentes de vario pelaje, perseguidos en la posguerra por tierra, mar y aire. Delibes se va al siglo XVI para no hablar directamente de la guerra civil y de la posguerra. ‘El hereje’ es un riguroso ejercicio de memoria histórica, un examen de conciencia individual y colectivo en clave histórica. 


También prologó usted ‘Los santos inocentes’. ¿Se anticipó Delibes al rabioso debate de la España vacía o vaciada?

Por su particular defensa de la caza, Delibes genera alguna polémica, pero él defendió el respeto y la conservación de la naturaleza, y anticipándose, denunció la pobreza, la desertificación, el abandono del campo y el exterminio de algunas especies. Su discurso de ingreso en la Academia, ‘El sentido del progreso desde mi obra’, merecería ser estudiado en las escuelas para constatar que ciertas reivindicaciones no se le han ocurrido a Greta Thunberg. El problema que subyace bajo todo ecologismo es el tipo de progreso y la falsa idea de progreso. Mi prólogo a ‘Los santos inocentes’ rescata todas estas ideas.


La adaptación al cine de ‘Los santos inocentes’ deparó una de las mejores películas en la historia del cine español. ¿Podría ocurrir algo similar con ‘El hereje’?

‘El hereje’ bien vale una buena película o una buena serie. Netflix tiene la pasta y la audiencia: debería proponérselo a alguien. Hasta donde yo sé, José Luis Cuerda tenía escrito el guion en 2002 y habló de una miniserie, que encajaría mucho mejor. Incluso parecía que ya estaba a punto de comenzar el rodaje, pero finalmente el proyecto se vino abajo, me imagino, por falta de financiación. Este año, durante la Seminci, creo que se va a leer el guion en un acto público que organiza su Fundación. Las novelas de Delibes son muy cinematográficas (se han llevado al cine nueve de ellas) y ‘El hereje’ no lo es menos. Toda esa permanente moda de las series históricas y otras del tipo ‘El misterio del tiempo’ favorecen el rescate del proyecto. ‘El hereje’, no obstante, es un drama como la copa de un pino, un drama histórico que ayuda a profundizar en nuestros demonios colectivos.


Delibes es conocido principalmente por sus novelas, pero también escribió teatro, libros de caza, ejerció el periodismo... 

Sí, sí. Su obra es realmente muy amplia y ha tocado muchos géneros no solo la novela o el cuento. Delibes es un escritor de un amplio registro de géneros. También, como se sabe, algunas de sus novelas se han llevado al teatro como ‘Cinco horas con Mario’, que lleva cuarenta años con Lola Herrera sobre los escenarios. Las obras que son o adoptan forma de diario son muy interesantes; ahí está el ‘Diario de un jubilado’ (1995). Desde luego, las crónicas de sus viajes merecen más de una mención, ‘La primavera de Praga’ (1968), por ejemplo. Tiene ensayos, como ‘Castilla habla’ (1986), nada desdeñables y, por supuesto, todos aquellos otros sobre temas de caza, son extraordinarios (‘El libro de la caza menor’ o ‘La tierra herida’, escrito con su hijo Miguel). Alberto Rodríguez Elcorobarrutia es el que mejor ha estudiado esta aportación de Delibes desde la ecocrítica, una corriente académica que compagina la crítica de las disciplinas humanísticas y las preocupaciones por los problemas medioambientales.


Marcelino Izquierdo Vozmediano
La Rioja


   
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