Martes, 26 de noviembre de  2024



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La escritora y académica Carme Riera publica una ambiciosa biografía de la que fue agente literaria más importante del mundo hispánico
acec24/2/2022



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Carme Riera, premio nacional de Cultura de la Generalitat y premio Nacional de las Letras Españolas, ha dedicado cinco años a este trabajo sobre alguien que “me cambió la vida”, según estipula en la introducción.

-¿Por qué se ha lanzado a este proyecto?

-Porque tenia mucho cariño y admiración a Carmen y porque me apetecía cumplir con lo que ella me había pedido irónicamente, que tras su muerte intentara abrir la causa de su beatificación..


-¿Es una biografía autorizada?

-Espero que no la desautoricen, porque todas las opiniones que aparecen en el libro están justificadas con las correspondientes notas… La agencia ha estado al tanto, y también su hijo Lluís Miguel Palomares Balcells, su actual director; de hecho la idea inicial nace de una conversación con él, algunos días después de que Carmen muriera. Lo han leído antes de que lo publicara y han dado el visto bueno.


-¿Qué proceso de trabajo ha seguido?

-El usual que hago en estos casos. Primero, documentación de archivo. El problema es que el fondo de la agencia depositado en Alcalá de Henares se cerró por la covid y allí no te dejan ver todo. Fui bastante a Santa Fe de Segarra, su pueblo natal, donde tenía casa y guardaba 150 cajas de su archivo personal en un hangar, porque Carmen lo guardaba todo.Y luego entrevisté a una cincuentena de personas, aquí y en América: personal de la agencia, asistentes domésticos, autores, editores, agentes…


-Usted fue buena amiga de Carmen Balcells, además de una de sus escritoras representadas. Le concedió en 1983, para la revista Quimera, la que durante muchos años fue su única entrevista publicada. ¿Qué es lo más importante que ha aprendido de ella que no supiera?

-Pues por ejemplo su relación con Fidel Castro, de la que no me había hablado mas que de pasada. A través de Gabriel García Márquez se conocen en La Habana, ella visita la isla en varias ocasiones, y en la fiesta de fin de año de 1985 ella le pide en un momento dado mayores libertades para Cuba; esto a Castro le sienta muy mal; aunque al cabo de un tiempo se reconcilian. Es la expresión de esta arrogancia de Carmen, hablar con un poderoso y pensar que le va a hacer caso, cosa que a veces conseguía. Y después, cuando Castro vino a España en 1992, ella fue a verle a Santiago, y hay fotos que muestran una relación afectuosa.


-Por lo que explica, el contacto con Gabriel García Márquez le cambió la vida, tanto desde el punto de vista económico como el de la vida cotidiana a muchos niveles.

-Sí, creo que su encuentro de 1965 fue fundamental, pero también para él, sin Carmen es posible que no hubiera llegado a ser tan importante, quien sabe si le hubieran dado el Nobel; los biógrafos de García Márquez así lo apuntan. Después de su madre y de Mercedes, Carmen es su gran referente femenino. García Márquez le transmitió cierto sentido superticioso, que Carmen cultivó mucho, con astrólogos y pitonisas, aunque en esto hay que tener en cuenta también la llegada de Lola, andaluza, la estupenda persona que cuidó de Lluís Miquel cuando era niño.

-¿Cómo consiguió la agente literaria estar a buenas a la vez con dos autores importantes notoriamente peleados entre sí como García Márquez y Vargas Llosa?

-Porque los quería muchísimo a los dos, creo que era una cuestión de cariño. Y porque tenía una estupenda mano izquierda. Los compaginaba, y jamas hablaba de la discusión entre ambos.

-La agencia Balcells se ha identificado mucho con estos dos autores, pero usted revela que en cierto momento los máximos ingresos se debían a Isabel Allende. ¿Qué otros autores fueron los más próximos a la agente?

-Estos datos de Isabel Allende los encontré en los archivos, está traducida a infinitas lenguas y ha sido un puntal de la agencia. Entre los españoles hay que destacar a Eduardo Mendoza, Manuel Vázquez Montalbán y José Luis Sampedro, eran autores que vendían mucho y se hicieron muy, muy amigos de Carmen, establecieron una enorme complicidad. Cuando murió Vázquez Montalbán recuerdo sus lágrimas y el enorme dolor.

-No hay duda de que fue un gran carácter. Usted subraya sus fuertes cambios de humor, de las lágrimas a la cólera. La define como una personalidad barroca, un oximoron.

-El sobrino de Federico García Lorca, Manuel Fernández Montesinos, decía que los españoles, entre dos cosas, escogemos siempre tres. Es una buena manera de definir a Balcells. En efecto podía tener una emotividad muy fuerte y a la vez ser muy déspota, de la manera en que lo son los genios, de forma arbitraria.

-¿De que se arrepentía mas?

-De no haber podido atender a su hijo cuando era pequeño, porque su trabajo la absorbía tanto… En ese sentido, de no tener una familia feliz, consideraba que la felicidad pertenecía a los otros. De no estar enamoradísima de su marido, de no tener un amante maravilloso, como le comentó en cierta ocasión a Rosa Regàs. Alguna vez manifestó que le hubiera gustado ser una mujer objeto, y creo que no lo decía en broma.

-Apunta su debilidad por el poder y la gente de clase social alta.

-Sí, todo esto le parecía muy importante, sobre todo el poder, en eso coincidía con García Márquez. Decía que las personas se dividían entre quienes viajaban en avión privada y el resto. Y se relacionó con personas muy poderosas, desde presidentes hasta reyes. El hecho de ser invitada por Felipe González o Salinas de Gortari le parecía estupendo, lo mismo que cuando conoció a Federico Correa, o al padre de Ana Dexeus, a quienes consideraba personas top. Pero hay que añadir que con la gente humilde se portaba extraordinariamente bien. Para el servicio de su casa consiguió cosas extraordinarias, que pudieran traer a los niños de sus países, que no les estafaran en la inmobiliaria, su interés no era solo por los poderosos.

-¿De donde sacaba el tiempo para tanta actividad?

-No lo sé pero era hiperactiva, podía hacer cinco o seis cosas la vez, y el tiempo se le distendía… En sus años mejores debía dormir muy poco, cogía el teléfono a cualquier hora de la noche, sobre todo pensando que en América podía ser una hora normal. Sostenía que el trabajo lo curaba todo, era una enorme trabajadora.

¿Quién fue su mejor amiga?

-La escritora brasileña Nélida Piñón. Conectaron por la madre de Nélida, las dos le ayudaron mucho cuando trabajó en Brasil. En la agencia su gran amiga hasta la ruptura fue Magdalena Oliver. Era una persona muy distinta a ella, pertenecía a los ambientes de la gauche divine, muy culta y políglota, cosa que Carmen entonces no era. Llegaba tarde a trabajar a la agencia, algo que no se le permitía a nadie mas. Lo que Magda representaba le fascinaba. Pero Carmen era celosa y uno de los motivos por los que Magda salio de la agencia fueron los celos. Otra amiga importante fue Merche Polo, que todavía vive.

-Llevó muy mal que algunos autores dejaran la agencia…

-La marcha de Luis Goytisolo le sentó fatal, lloraba a lagrima viva. Cuando Luis intentó volver, ella no quiso, porque le había afectado muchísimo. También le ocurrió con Gustavo Martín Garzo, con unas justificaciones que ella entendía, pero era como si un amante la despechara.

-Usted sostiene que la mitificación de Carmen Balcells se consolida sobre todo a partir del año 2000…

-Si, ella decía que había sido hasta entonces una monja y pasaba a primera actriz. Cuando anuncia que deja la agencia, cosa que solo llega a hacer relativamente, e intenta crear un complejo hotelero en Santa Fe, considera que la publicidad y las entrevistas le van a servir para sus negocios , y se convierte en un personaje publico, rompiendo el silencio que la había caracterizado hasta entonces. Yo creo que eso le perjudicó mucho,

-Uno de sus grandes logros fue la reforma impositiva para los escritores, en la que jugó un papel importante su buena relación con Ana Botella.

-Eso es maravilloso, y solo por eso Carmen debió pasar a la historia. La llamada clausula Balcells es el gran favor que nos hizo a todos, conforme en las declaraciones de Hacienda los derechos de autor en concepto de adelanto no hay que pagarlos a tocateja, sino según las liquidaciones de cada año.

-Su obesidad le dio grandes problemas…

-Si hubiera estado delgada seguramente hubiera sido más feliz, ella admiraba a las personas que lo eran. Pero parecía incapaz de hacer un régimen, creo que tenía problemas de bulimia que no trató nunca. Y de ansiedad, a veces se levantaba para hacerse un arroz de madrugada. Pero es que el suyo era un trabajo muy bestia.

-Hay varios de sus proyectos, como el organismo cultural Barcelona Latinitatis Patria, que no prosperaron, ¿por qué?

-Por desidia de las autoridades e incapacidad de estar de acuerdo en una iniciativa que cualquier ciudad del mundo tendría como suya y apostaría. No se entiende por que aquí no se apoyó. Ella quería que Barcelona se lo quedara, pero entre que Carmen no era Carme y otras cosas, no le hicieron caso.

-No simpatizaba con el nacionalismo catalán…

-No lo era en absoluto, ella hablaba de la hispanidad de Barcelona, de lo que había supuesto la ciudad para el lanzamiento de los grandes autores hispanoamericanos: la teoría de la vuelta de las tres carabelas. Carmen puso en órbita la idea de Barcelona como ciudad literaria internacional, sin renunciar a su catalanidad. Apoyó la candidatura al Nobel de Salvador Espriu y en casa habló siempre en catalán con su familia. No renunció a ser catalana ni española.

-¿Cuál es el mejor momento que pasó con ella?

-Muchísimos de tertulia, sin hablar de libros ni de contratos, sino de la vida. Tenía un gran sentido del humor, era muy divertida y se reía de sí misma, también era generosísima. Yo fui vecina suya en la calle Angli, me decía que fuera a su casa a buscar el perejil si hacia falta. De repente abrías la puerta y sin venir a cuenta te encontrabas con un ramo de flores que te había enviado. La acompañé a distintos viajes, compartimos muchas vivencias y anécdotas.

-¿Qué puede decirse de su vida familiar?


-Ella tenía la sensación de que no era lo bastante buena madre, y luego esperaba de su familia algo que ésta quizás no era capaz de darle, porque había puesto un listón muy alto. Con su marido era mas fraternal que matrimonial, pero cuando Lluís Palomares se muere ella queda destrozada. Lluís era una persona encantadora.

-¿Por qué finalmente no vendió la agencia a Andrew Wylie?

- A Wylie solo le interesaban unos autores determinados y ella consideraba que tenía una cartera mas amplia. Esperaba otras posibilidades, y entre tanto, murió. Poco antes de su muerte tuvo lugar una conversación con su hijo que la tranquiliza mucho, él le dice que se va a hacer cargo de la agencia y que no la venda.

-¿Cómo pasará Carmen Balcells a la historia?

-Desde el punto de vista de los autores, como la persona que nos devolvió la dignidad. Luchó por los derechos de autor como nadie, y fue la primera agente del mundo hispano en importancia durante casi 70 años.

-¿Sin Balcells no hubiera habido boom de literatura hispanoamericana?

-No, o hubiera sido muy distinto, o no se hubiera escrito con B de Barcelona.


Sergio Vila-Sanjuán    La Vanguardia


   
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