Martes, 26 de noviembre de  2024



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Montserrat Conill: “La ACEC puede sentirse orgullosa del gran nivel de sus actividades culturales”
8/4/2011



Montserrat Conill durante la Asamblea general de la ACEC (Foto:Carme Esteve)
 
Montserrat Conill ha sido presidenta de la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña durante diez años. Conill, que ha podido conocer de cerca los problemas que afectan a escritores y traductores en el ejercicio de su profesión, destaca el trabajo de la ACEC durante estos años, sobre todo por lo que se refiere a los actos culturales de gran nivel que ha organizado y a los acuerdos con el Gremi d'Editors de Catalunya para renovar los contratos de edición y traducción.


- ¿Qué ha significado para ti estar al frente de la ACEC durante estos 10 años?

- En primer lugar, poder devolver a la ACEC el apoyo que me prestó, hace ya muchos años, con ocasión de un conflicto que me enfrentó a un editor durante el ejercicio de mi profesión de traductora.  Por este motivo, cuando José Luis Giménez-Frontín me propuso incorporarme a la Junta Directiva, creí que debía hacerlo para corresponder al trato que había recibido de la asociación. Estar al frente de ella me ha permitido conocer de primera mano el amplio abanico de problemas que afectan a los escritores y los traductores en el ejercicio de su profesión.

Además, he podido participar directamente, y desde una posición de privilegio, en muchas de las actividades culturales que tenían lugar en nuestra ciudad y he tenido la fortuna de contar como compañeros en las tareas de la Junta Directiva a una serie de hombres y mujeres de letras de primer orden que han enriquecido extraordinariamente mi experiencia vital.

Por último, he formado parte, como representante de la ACEC, de la Junta Directiva y de diversas comisiones de trabajo de una entidad de gestión de derechos colectivos de autores y editores, CEDRO, que en los años de prosperidad económica ha tenido un papel de primer orden en la distribución de recursos destinados a los autores.

- Eres la primera mujer que preside la ACEC. ¿Cómo valoras este hecho?

- Como un paso más hacia una normalidad basada en la equiparación de méritos y aptitudes. Nunca lo consideré un hecho excepcional hasta que, repasando la lista de quienes me habían precedido en el cargo, comprobé que era la primera mujer que ocupaba ese puesto.

Más significativo considero el hecho de haber sido el primer traductor que preside una asociación de escritores, y utilizo deliberadamente el masculino genérico. Que una asociación como la ACEC, que agrupa a escritores y traductores, elija entre los grandes creadores que figuran entre sus miembros –y después de haber tenido como presidentes a poetas, pensadores, críticos literarios y narradores de primera fila– a una traductora constituye un paso importantísimo para el reconocimiento de la profesión que ejerzo. Me enorgullezco de ello en la medida en que contribuye a reducir la inmerecida pero tradicional invisibilidad que padecemos los traductores.

- Destaca alguna de les acciones o metas conseguidas por la Asociación en estos años.

- Considero que la ACEC puede sentirse sumamente orgullosa de determinadas actividades culturales, muy consolidadas con el transcurso de los años, que figuran entre las de mayor nivel de la ciudad. Pienso, por ejemplo, en las Jornadas Poéticas, en los ciclos dedicados a reflexionar sobre la Excelencia Literaria o en el Premio de Traducción Ángel Crespo  que,  con un palmarés sobresaliente, alcanza ya su décimotercera edición.

Pero me satisface especialmente la labor llevada a cabo ante el Gremi d'Editors de Catalunya, entidad con la que hemos negociado –conjuntamente con la AELC– los nuevos contratos de edición y de traducción y estamos en proceso de negociar los que regulan la difusión digital de las obras literarias. Fruto de esta relación ha sido la creación de una Comisión de Arbitraje que, al margen de velar por la aplicación de dichos contratos y tratar de mediar en los posibles conflictos, constituye un canal de comunicación permanente entre los autores y los editores; se trata de una comisión de composición paritaria en la que la ACEC figura representada con un miembro permanente, junto a un representante de la AELC y dos correspondientes al colectivo editorial.

- Siempre has denuncido con rigor el estado de opinión negativa en relación a la noción de propiedad intelectual. ¿Crees que se ha agravado en etos últimos años?

La noción de propiedad intelectual y su corolario, los derechos de autor, han sufrido en nuestro país un extraordinario deterioro que ha ido acentuándose gravemente en los últimos años. En España predomina un estado de opinión que considera que la cultura ha de ser accesible y gratuita para todos los ciudadanos –noción con la que no podríamos estar más de acuerdo los autores–, pero que cuestiona el hecho de que el autor reciba como retribución una compensación económica por el tiempo, los conocimientos y el esfuerzo que ha dedicado a la creación de su obra.  La misma exigencia de universalidad, obligatoriedad y gratuidad  plantean los ciudadanos respecto de la asistencia sanitaria o la enseñanza, aunque en esos casos no osen reclamar que se suprima el salario de los médicos ni el de los maestros o docentes.

Esta situación, agravada por la aparición de las nuevas tecnologías, por el indiscutible poder de las plataformas en la red y por la incuria de los responsables de la acción política, ha perjudicado muy seriamente a cuantos se dedican al cultivo de la letras y ha colocado a nuesro país a la cola, una vez más, de las naciones civilizadas, las que muestran respeto hacia  la dignidad y los legítimos intereses de sus creadores y artistas.

- ¿Cómo se plantea a partir de ahora el futuro de la ACEC, teniendo en cuenta la reducción de ingresos que sufre CEDRO?

- La realidad es que CEDRO se encuentra en una situación de grave dificultad. La falta de  respeto por la propiedad intelectual y los derechos de autor ha repercutido gravemente en nuestra entidad de gestión de derechos colectivos, que a consecuencia de la crisis económica ya ha visto reducidos notablemente sus ingresos y sufre ahora la amenaza de verlos recortados aún con mayor rigor tras las recientes sentencias jurídicas que ponen en entredicho la fuente principal de sus recursos, esto es, la compensación equitativa (el mal llamado canon) por copia privada. Esta circunstancia afecta muy directamente a la ACEC que, como entidad colaboradora de CEDRO, recibía de esa fuente la mayor parte de sus recursos. Ya hace un año que nuestra asociación inició la búsqueda de financiación externa para llevar a cabo determinadas actividades y proyectos. Es, sin duda, un buen camino. Por otra parte, el fenomenal y vertiginoso cambio, en todos los órdenes de la sociedad, que estamos viviendo en estos últimos años afecta también a la producción del objeto que simboliza nuestra actividad: el libro. No sabemos qué destino le deparará la imparable difusión y los constantes avances de las nuevas tecnologías.

- La nueva Junta Directiva tendrá mucho trabajo…

- Será necesario cambiar muchos aspectos, sin duda alguna, pero creo que la ACEC no debe encarar el futuro con pesimismo. La ACEC se ha renovado, incorporando a su Junta Directiva a unas personas de gran capacidad y prestigio profesional, dotadas todas ellas de creatividad y visión de futuro e ilusionadas con  la responsabilidad adquirida. Porque las conozco y las considero dignas de toda confianza, a todas, pero en especial a su presidente, Miquel de Palol, y a la secretaria general, Pura Salceda, les deseo toda suerte de éxitos.

   
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