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DONAR-SE D’ALTA
Las canciones del timonel
Alfredo Gavín Agustí 12/2022
Las canciones del timonel (Varia Editio, 2022) nacen del sueño del amor y de la poesía, esas dos energías de misterio e ignorancia que busca su concreción en el poema. Escribir un poema, sentir el deseo de escribirlo, ponerse en disposición por un impulso inconsciente a ser llamado a la escritura, lo imagino como el acto de navegar en un velero, algo un poco antiguo, pero capaz de surcar los mares de la aventura física y emocional. Embarcarse en la escritura de un poema, embarcarse en un velero, es un acto que participa de la gratuidad, de la ligereza, del desinterés y de la huida. Es un acto que tiene en sí mismo toda la amplitud y comprensión que requiere un reto, una disciplina, una disposición existencial o una elección. Y, puestos a elegir el personaje, quién mejor que aquel que gobierna el rumbo de la nave, el que dispone de todos los elementos para una buena navegación, el que ajusta la palabra para dar respuestas inteligentes a los imprevistos que van surgiendo en el ámbito en el que se circunscribe el poema, el velero. El que siente que está en la mejor dirección para ganarse a sí mismo y ser dueño de su destino.
Alfredo Gavín Agustí 12/2022
Las canciones del timonel (Varia Editio, 2022) nacen del sueño del amor y de la poesía, esas dos energías de misterio e ignorancia que busca su concreción en el poema. Escribir un poema, sentir el deseo de escribirlo, ponerse en disposición por un impulso inconsciente a ser llamado a la escritura, lo imagino como el acto de navegar en un velero, algo un poco antiguo, pero capaz de surcar los mares de la aventura física y emocional. Embarcarse en la escritura de un poema, embarcarse en un velero, es un acto que participa de la gratuidad, de la ligereza, del desinterés y de la huida. Es un acto que tiene en sí mismo toda la amplitud y comprensión que requiere un reto, una disciplina, una disposición existencial o una elección. Y, puestos a elegir el personaje, quién mejor que aquel que gobierna el rumbo de la nave, el que dispone de todos los elementos para una buena navegación, el que ajusta la palabra para dar respuestas inteligentes a los imprevistos que van surgiendo en el ámbito en el que se circunscribe el poema, el velero. El que siente que está en la mejor dirección para ganarse a sí mismo y ser dueño de su destino.
