Carmen Martín Gaite. Carmiña, cien años a contracorriente
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Carmen Martín Gaite. Carmiña, cien años a contracorriente
3/1/2025
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diciones especiales, adaptaciones teatrales y exposiciones jalonan este año el primer centenario del nacimiento de la gran escritora salmantina / La RAE y el Cervantes dieron la espalda a la escritora, que tendió puentes narrativos entre el realismo y el intimismo
Los lectores nunca le dieron la espalda. Sí lo hicieron la Real Academia Española (RAE) y los jurados del premio Cervantes. De haber nacido algunos años más tarde Carmen Martín Gaite (Salamanca, 8 de diciembre de 1925–Madrid, 23 de julio de 2000) habría tenido, a buen seguro, su silla académica y disfrutado del premio mayor de las letras hispanas, como lo hizo del Nacional de Literatura en 1978 –fue su primera ganadora–, del Príncipe de Asturias (1988) y del Nacional de las Letras (1994).
Celebramos este año el centenario del nacimiento de esta querida, respetada y recordada autora de la ondulada melena blanca bajo sus coloridas boinas y su atuendo a contracorriente. Como su obra, que aborda el choque entre deseo y realidad, la decepción, la soledad o el miedo a la libertad. Todo en una vida difícil, roto su matrimonio con Rafael Sánchez Ferlosio y con la muerte de Marta, su única hija, víctima de sus adicciones con 28 años.
Novelista, cuentista, poeta, ensayista, traductora, Carmiña, como todos la llamaban, hizo de la necesidad virtud para abordar todos los géneros y personajes. Tendiendo puentes narrativos entre el realismo y el intimismo, iluminó la grisura de su época con su talento para captar la complejidad del ser humano, granjeándose la admiración de los críticos y el favor de los lectores.
En este Año Martín Gaite se sucederán publicaciones, exposiciones y adaptaciones para redescubrir a una la gran autora, el «paradigma de la mujer de letras», según su biógrafo, el profesor José Teruel, director de los siete volúmenes de sus obras completas. La dramaturga Lucía Miranda dirigirá la adaptación teatral de 'Caperucita en Manhattan', acaso la obra más popular de su autora. Alzará el telón en el Teatro de La Abadía del 23 de enero. También allí se verá 'El cuarto de atrás', con Emma Suárez protagonizando la adaptación de María Folguera con dirección de Rakel Camacho a partir del 27 de febrero.
Siruela se adelanta con publicaciones como 'Páginas escogidas', antología con relatos, poesía y fragmentos de sus novelas y ensayos más notables con edición y prólogo de José Teruel. Recupera además 'Visión de Nueva York', primoroso libro de collages que la abordó para tener las manos ocupadas y dejar de fumar. Las piezas, descubiertas por su hermana Ana María en la casa familiar de El Boalo, en la sierra madrileña, se expondrán en marzo en la Casa del Lector.
En marzo llegará también 'De hija a madre, de madre a hija', dos emotivos textos –un sueño con su madre, y una evocación con su hija Marta–, sobre la experiencia de Martín Gaite como hija y progenitora. El Centro Internacional del Español de la Universidad de Salamanca expondrá sus fondos de la escritora para desvelar las claves de su proceso creativo y el contexto social, cultural y literario de su época.
Hija de José Martín y María Gaite Veloso, el talante progresista de este matrimonio y el ambiente familiar fueron cruciales para que Carmiña abordara en su obra asuntos como la memoria o las relaciones familiares. Cursó Filología Románica en la universidad salmantina, donde coincidió con literatos como Agustín García Calvo e Ignacio Aldecoa, a quien reencontró en Madrid en 1950 con sus amigos Alfonso Sastre, Jesús Fernández Santos y Josefina Rodríguez, luego Aldecoa, todos miembros de la llamada generación del 55 o de posguerra.
Antes de casarse con Sánchez Ferlosio en 1953, conoció la miseria extrema ayudando en un dispensario parroquial del Puente de Vallecas. Algo que cambió la conciencia burguesa de una señorita de provincias, como reflejó en 'Esperando al porvenir'. Se doctoró en Madrid con la tesis 'Los usos amorosos del siglo XVIII', estudio que describe con maestría y humor a petimetres y lechuguinos.
Con 'El balneario' (1955), su primera novela, ganó el premio Café Gijón, reflejando la opresiva y rígida rutina social. 'Entre visillos' le procuró el Premio Nadal en 1958, un año después de que Sánchez Ferlosio lo ganara con 'El Jarama'. Encadenó luego títulos como 'Ritmo lento' (1963), 'El cuarto de atrás' (Nacional de Narrativa en 1978), 'El cuento de nunca acabar' (1983), 'Usos amorosos de la postguerra española' (1987), un alarde de humor para ilustrar la represión y mojigatería que oprimían a la mujer de los primeros años del franquismo y Premio Anagrama de ensayo, 'Caperucita en Manhattan' (1990), 'Nubosidad variable' (1992), 'La reina de las nieves' (1994), un homenaje a Christian Andersen que dedicó a su hija, 'Lo raro es vivir' (1996) o 'Irse de casa' (1998), su última novela.
Traductora de Rainer Maria Rilke, Italo Svevo, Primo Levi, Emily Bronte, Virginia Wolf o Flaubert, publicó el poemario 'A rachas' (1977) y estrenó los dramas 'A palo seco' (1957) o 'La hermana pequeña' (1959). Fue guionista de las series televiivas 'Santa Teresa' –con Víctor García de la Concha– y de 'Celia'.