Vida privada en la Barcelona de los años sesenta. La memoria urbana de Chufo Llorens
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Vida privada en la Barcelona de los años sesenta. La memoria urbana de Chufo Llorens
10/1/2025
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n 'Nada sucede la víspera', el autor de best sellers como 'Te daré la tierra' retrata a señoritos de barrios altos que bajan a las Ramblas para codearse con el morbo y la mala vida
Sorprendente, Chufo Llorens. Su novela Te daré la tierra (Grijalbo, 2008) sigue teniendo presencia en librerías y bibliotecas. Esta crónica del siglo XI y a la vez, en palabras del historiador José Enrique Ruiz-Domènec en estas páginas, verdadero pulso a la novela histórica (donde ponía nombre ficticio a un importante personaje real, Ricard Guillem, investigado durante años por Ruiz-Domènec) entrelaza gente diversa en una ciudad empecinada en ser próspera, y en donde podían convivir judíos, musulmanes y cristianos. Ramón Berenguer I, el judío más notable del Call, la casa de Guillem/Martí Barbany -donde hoy se encuentra el bar Paraigua, en la plaza Sant Miquel–, son algunos de los actores y escenarios de la novela.
La trayectoria de Chufo (Barcelona, 1931) –“Don Chufo”, para muchos, quienes lo recuerdan en su vertiente de empresario de espectáculo– se centró en su gran pasión, la historia y, en particular, en la historia de esta ciudad. A aquel gran éxito (que no era su primer libro, antes había publicado novelas como Catalina, la fugitiva de San Benito, sobre un personaje real en plena Inquisición), le siguieron otros (Mar de fuego, La ley de los justos ) y, hoy mismo, ahora, regresa a Barcelona con Nada sucede la víspera, otra novela que tenía escrita hace tiempo, y la abre en canal, para poner en escena un teatro polifónico que acoge a señoritos de barrios altos que bajan hacia el final de las Ramblas para codearse con el morbo y la mala vida. Y no se trata sólo de eso.
La novela, que bien merece una adaptación en forma de serie, sigue la pista de un reputado marqués que hace años se está jugando la fortuna en las mesas de póker. En cuanto a su gallardía, tan convincente cuando juega al Tiro de Pichón en Montjuic, hace tiempo que la dejó en manos de una esposa sobre la que no me alcanzan los adjetivos para hacerle justicia. Nada mejor para describirla (y para acomodarse en la butaca, ante la amenaza que se viene) que estas palabras de Renata von Kaltz a su marido: “Recuerda que no siempre cumplo mis promesas, pero siempre cumplo mis amenazas”.
Están los hijos, muy diferentes. La niña que se fija, nada menos, que en el hijo de la mujer que lo cuidó. El hijo de “la Tata” es un muchacho portentoso que trabaja en la imprenta de La Vanguardia Española (este diario), pero que sobre todo destaca en los combates de boxeo (muy bien contados por Lloréns).
Y allí se escapa la niña del marqués, que por un rato se olvida de su destino programado, para admirar al boxeador en acción.
Por si no queda claro: las fieles niñeras, la servidumbre en general, los billetes que se deslizan como limosna o compensación a los pobres que no tienen mucho para elegir (o del rico al pringado interesado y adulador), el tratamiento de una gran señora suiza a camareros y sirvientes, en el Majestic o en su mansión de barrio alto, la virginidad elevada a categoría, son parte de este absorbente asunto que, no hay que olvidar, es una tensa intriga, un asunto negro y policial.
Y con momentos muy duros, protagonizados por una banda de indeseables. O tal vez uno de ellos, un chico llamado Pompeyo, con una infancia terrible, redimido en parte por una prostituta de armas tomar llamada La Tomasa (una fiera, lo afirmo), puede darle la vuelta a su destino. Pero, he aquí la pregunta que vale para todos: ¿quién cambia su destino aquí?
En tanto, un policía llamado Fermín Querjeta está decidido a hacerle justicia a una joven que yace en el hospital, luego de un brutal ataque.
Todo al fin se entremezcla, aunque siempre está claro el límite entre ganadores y perdedores. En ese final de los años 60 parece que nada se mueve, nadie puede ascender.
Aunque sí, al menos a ratos, bajar. Como este joven crápula aburrido, el caprichoso hijo del marqués. El motor de uno de sus tantos supersports, en una de esas noches locas, o vacías, o violentas que aquí se describen, son parte de un retrato de grupo con un gran golpe que se amasa lento y seguro hacia el final. De la noche barcelonesa a la novela histórica La vida de noche lo cansaba. Era un exitoso empresario del espectáculo que consiguió, en sus palabras, vivir de lo que le gusta, vivir con la persona que quiere (su esposa) y no tener jefes. De la Barcelona del siglo XI saltó a la del XVI con Mar de fuego/Mar de foc. Con La ley de los justos/La llei dels justos se adentró en la ciudad en su apogeo modernista, y signada por el final de la Exposición Universal y en El destino de los héroes/El destí dels herois (siempre en Grijalbo y Rosa dels Vents) contó los grandes dramas europeos del siglo XX. Su mayor satisfacción es recibir cartas de lectores que le agradecen todo lo que han aprendido de historia gracias a sus novelas.
Lilian Neuman - Lavanguardia
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