Antonio Rabinad Muniesa (Barcelona, 1927 - 2009) escritor, considerado uno de los autores que mejor retrató a Barcelona durante la posguerra española. La mayor parte de la obra de Rabinad transcurre en el barrio barcelonés de El Clot, su barrio natal y donde vivió la mayor parte de su vida. En ella retrata las consecuencias de la guerra en la población y en la ciudad misma: el hambre, el desempleo, la falta de expectativas, la soberbia y los abusos de los vencedores, el deterioro de los escenarios urbanos y la represión sexual que caracterizaron al período de posguerra. La mirada infantil de la guerra está presente en novelas semiautobiográficas como El hombre indigno y El niño asombrado. En conjunto con el director de cine Vicente Aranda escribió los guiones de las películas Las crueles (1969), Tiempo de silencio (1986) y Libertarias (1996) (basada en su novela La monja libertaria). También escribió guiones para la televisión. Fue contemporáneo de la Generación de los 50 y en particular estuvo cercano al grupo denominado Escuela de Barcelona, del que formaron parte Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, Juan Marsé, Juan García Hortelano, Manuel Vázquez Montalbán, Juan Goytisolo, Terenci Moix y Eduardo Mendoza. Vivió en Francia y en 1957 se radicó en Venezuela, donde durante varios años fue guionista de radioteatros, entre otros empleos. En 1965 regresó a Barcelona, con motivo de la publicación de A veces, a esta hora. En 1989 publicó su obra más importante, Memento Mori, a la que se considera como «la novela de la Barcelona de la guerra y de la posguerra».
Publicó su primer cuento, El asombro, en el semanario Destino. Su primera novela, Los contactos furtivos, obtuvo en 1952 el Premio Internacional de Novela de la editorial José Janés, con un jurado integrado por Somerset Maugham, Eugenio D'Ors y Wenceslao Fernández Flórez. La censura franquista retrasó su publicación hasta 1956 y en 1985 la Editorial Bruguera publicó una edición integra. En 1967, obtuvo el Premio Ciudad de Barcelona por la novela El niño asombrado, y en 1985 el Premio Internacional de Novela Ciudad de Barbastro por La transparencia.
Durante muchos años, y hasta su fallecimiento en 2009, mantuvo una parada dominical de libros de segunda mano en el Mercado de San Antonio. Era socio de la ACEC.