Aún la luz colmando tantas flores
Calles de mal pasar, aire sepulto
Cuando el azul de las palabras
Cada vez más profunda la niebla en los espejos
Ya la retama, el azahar, el mirlo
Desde un profundo espejo se aproxima
Las manos claras de agua fresca
De pronto es este olor a tierra fértil
La puerta la cerraba un golpe oscuro
Vinimos al silencio al que se nos llama
¿También en mí sus manos cuarteadas?
Tú que viniste en nombre de las flores
Aunque no puedo verla, la siento muy cercana
Alguien pasa nocturno y soterrado
Sucede mal silencio de légano reseco
Y el tiempo fatigado ya en los ojos
La oscuridad golpea los postigos
Tan inminente el último silencio
Amor al buen decir de las campanas
Cierro la puerta, cesan los relojes
Plaza mayor de vivos y de muertos
Y cómo aquí los muebles de mis días de infancia
Cierra de golpe puertas y silencios
Pero tú me abres todas las ventanas
Entornada la puerta, luz suave en el vestíbulo
Blanco abismal refulge en todas las paredes
Era un fulgor sereno su mirada
Quemaron la luz del buen tiempo
Digo cristales rotos en las manos
Su aroma en flor derrumba oscuridades
La sólo escrita en letra clara
Me asisten todavía tu voz y tu palabra
Pon en este papel tu voz, tu nombre
Fuiste lo complaciente de las flores