La escritora, filóloga y socia de la ACEC Carme Riera ingresó ayer en la Real Academia de la Lengua (RAE) con un discurso que resaltaba la presencia de Mallorca, su tierra, en las letras universales de la mano de los viajes de escritores de todo el mundo entre 1837 y 1936. Riera formalizó su ingreso en la institución en un solemne acto, acompañada por el conseller de Cultura, Ferran Mascarell; el secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle, la princesa Leticia; la agente literaria Carmen Balcells y la viuda de Borges, María Kodama.
Carme Riera sitúa el año 1837 como el de la llegada de los escritores a Mallorca, coincidiendo con la implantación de una línea regular de barcos desde Barcelona. Los autores y otros artistas así como figuras de relieve de la época, como el archiduque Luís Salvador de Habsburgo, encontraron en esa Mallorca paradisíaca de la segunda mitad del siglo XIX, una tierra salvaje y calmada al mismo tiempo, ideal para cultivar las artes. En su intervención, la reconocida novelista resaltó el patrimonio natural y cultural con el que se ha identificado la isla y que los escritores contribuyeron a difundir a través de sus obras.
Riera, se refirió a Georges Sand, Rubén Darío, Jorge Luís Borges, Josep Pla, Santiago Rusiñol, Miguel de Unamuno o Azorín para ilustrar la presencia de estos autores en Mallorca y como la isla se reflejó en sus obras respectivas. La novelista mallorquina tomó posesión del sillón “n”, que había ocupado el traductor Valentín García Yebra, fallecido recientemente. El ingreso de Riera en la RAE lo habían propuesto Pere Gimferrer, Carmen Iglesias y Álvaro Pombo.
Carme Riera recibió el pasado mes de noviembre el Premio José Luís Giménez-Frontín, que concede la ACEC, para reconocer su trayectoria y capacidad de diálogo entre culturas. Autora de una sólida y larga trayectoria narrativa, Riera ha recibido hace poco el Premio Internacional Terenci Moix de Narrativa, que se suma a otros anteriores como el Ramon Llull (1989), Josep Pla (1994), Nacional de Narrativa (1995), Nacional de Literatura (2001), Sant Jordi (2003) y Jaume Fuster (2005), entre otros muchos. En el año 2000 recibió la Creu de Sant Jordi.