Esther Zarraluki y Edgardo Dobry presentaron en la ACEC el último poemario de Rosa Lentini, Tuvimos (Bartleby Editores, con un prólogo de Jenaro Talens), días después de la presentación de otro libro de la autora, Tsunami (un poema largo ilustrado por Rosa Agenjo), en la Galería Ignacio de Lassaleta.
Ambos presentadores comentaron la madurez de la obra poética de Rosa Lentini, que en este último libro, Tuvimos, destaca por la extrema sobriedad del lenguaje con que se formaliza la experiencia interior del sujeto poético, depurando al máximo cada uno de los poemas. Aquí, la palabra queda despojada de todo lo superfluo, de toda adherencia que no sea susceptible de ser poetizada.
El arte poético de Rosa Lentini, cercana –entre otras– a poetas norteamericanas como Sylvia Plath, Anne Sexton, Sharon Olds, Tess Gallagher (cuatro versos de esta poeta encabezan el libro), se enraíza en esa poesía existencial que, podríamos decir, arranca palabras a la realidad. Palabra “arrancada”, como indicaba Esther Zarraluki en la presentación del libro: “Así es en estos poemas. Hablé al empezar de sobriedad. El tono mantiene un equilibrio, una contención, que no permite el sentimentalismo. El tono huye de la elegía. La elegía no era la motivación de la escritura. Tras la palabra arrancada: Los actos caen ahora, uno tras otro, hacia su secreto” (del poema Tras la tormenta el sol).
La presentación finalizó con la lectura de Rosa Lentini de los poemas La boca de Mahalia Jackson, Clase de anatomía, El final de una vida, La última cena, Bajo las rosas, El piano, Mapas III, Accidente 2 y Lluvia (este último, leído con Esther Zarraluki como segunda voz).
A. T.