Recordamos hoy a Félix Grande (Mérida, 1937-Madrid, 2014), cuya poesía, con su libro Blanco Spirituals, junto a la poesía de Manuel Vázquez Montalbán con Una educación sentimental y la de Pere Gimferrer con Arde el Mar, renovaron el panorama poético español de finales de los años sesenta. Anteriormente, en 1963, Félix Grande ya había publicado Las Piedras (premio Adonais) y en 1965 acababa de ser galardonado con el premio Guipúzcoa de Poesía por su libro Música amenazada, ex aequo con Gloria Fuertes por su libro Ni tiro, ni veneno, ni navaja (ambos serían publicados por José Batlló en la mítica colección El Bardo).
Un año después, en 1967, Félix Grande publicaría Blanco Spirituals (premio Casa de las Américas) libro renovador en que, experimentando con técnicas poéticas diversas, sintetizaría magistralmente la poesía más existencial con el realismo más crítico e indignado, que diríamos hoy. Como indica Manuel Rico, se trata de “una radiografía lírica de la realidad política, social y cultural de aquellos años, abordada con un lenguaje ambicioso, innovador, crudo, casi tremendista. En Blanco Spirituals estaba la España de la emigración interior y el exilio, la música clásica y el pop y el rock, la protesta por las sevicias de la dictadura, la denuncia de la guerra del Vietnam y la lucha por los derechos civiles en el mundo. Es un clásico que hoy, a la luz de la realidad que vivimos, cobra una inquietante vigencia” (“Intimidad, grieta, amenaza”, El País).
Como titula Manuel Rico su artículo, en la obra de Félix Grande hay “intimidad, grieta, amenaza”, en suma, música amenazada. Palabras clave de la poética de Félix Grande donde se unen “compromiso y canto desesperado”. Al lado de los perdedores de la historia, de los humillados y ofendidos, partidario de aquella frase de Walter Benjamin que cierra el libro de Herbert Marcuse, El hombre unidimensional: “Sólo gracias a aquellos sin esperanza nos es dada la esperanza”.
Cabe destacar, por otra parte, su enorme labor al frente de la revista Cuadernos Hispoamericanos, primero como redactor y jefe de redacción y después dirigiéndola, revista que fue un lugar de encuentro literario y crítico donde siempre tuvieron espacio y acogida casi todos los escritores españoles y latinoamericanos de aquella época, con monográficos extraordinarios dedicados a grandes escritores como César Vallejo, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Juan Rulfo, Octavio Paz, y un largo etc.
En 1971 publicó los poemas en prosa Puedo escribir los versos más tristes esta noche. En 1978 le fue otorgado el premio Nacional de Poesía por el libro Las rubáiyátas de Horacio Martín, y en 2004 el premio Nacional de las Letras Españolas. En 2010 aparece La cabellera de la Shoá (2010), libro que cierra la última edición de su obra poética completa titulada Biografía (2011) publicado por vez primera en Seix Barral en 1971. Su último poemario, Libro de familia, fue publicado en 2011.
Félix Grande escribió también numerosos libros de narrativa, de los que destacaremos la novela corta Las calles (1965), Por ejemplo, doscientas (1968), Parábolas (1975), Lugar siniestro este mundo, caballeros (1978), y los textos autobiográficos de La balada del abuelo Palancas (2003).
Apasionado del flamenco, por su libro Memoria del flamenco le fue otorgado el premio Nacional de Flamencología en 1979, y dedicó estudios a Paco de Lucía y Camarón de la Isla (1998), dos de sus devociones dentro del mundo del flamenco.