La exposición el Comos Beneytià/no (título bilingüe) se inauguró el pasado 3 de abril en el Museo de Montserrat. Se trata de una antológica muy completa y extraordinariamente bien montada de la obra del pintor y escritor Antonio Beneyto.
La muestra se celebra en el Espai Pere Pruna del museo, y entre la pinturas que destacan del montaje se encuentra Rostros (1968), una de las primeras obras de Beneyto, y En el cielo esperando a nuestra nube (1998), una tela monumental que que representa el firmamento azul con símbolos trazados en blanco. Fue delante de esa enorme constelación en azul con figuras blancas, pero sin nubes, que Beneyto leyó un fragmento de sus Cartas Apócrifas.
Entre las esculturas del montaje sobresalen, entre otras: El conde de Lautréamont caminando a Albacete (2007), Caballo pierna-larga (1995), Abanico (1997), Cara-culs (figuritas en bronce, miniaturas “como soldaditos de plomo, pero en crisis, desnudos” comento uno de los asistentes al acto).
De las obras en madera policromada Hormas de zapatos, el Zapato meditérraneo (madera, esparto y cordel), que parece la transformación catalana de una alpargata grecoromana. (1985).
Dentro de una vitrina se exhibe el Libro-abanico (óleo sobre papel, 1991), y otro libro, dibujado y coloreado, Nueva correspondencia, un epistolario de Alejandra Pizarnik compilado por Ivonne Bordelois y Cristina Piña. Y colgada de la pared, de pronto aparece, la Mano de Beneyto (bronce 1994). En las misma sala también se puede ver el documental de Adriana Hoyos, Beneyto desdoblándose.
El acto fue presentado por el director de el Museu de Montserrat, el “mono” Josep de C. Lapalana que explicó como llegó el primer cuadro de Beneyto al Monestir de Montserrat, através de una donacion de cuadros del hijo bohemio de un empresario norteamericano que, en los años sesena, invirtió su herencia adquiriendo obras de artistas considerados entonces marginales o malditos, como Beneyto y otros. Por su parte, Albert Mercadé, comisario de la exposición, hizo una valoración crítica de la obra de Beneyto, situándola entre el surrealismo y el postismo.
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