Asamblea General de Asociados de l'ACEC. Informe del Presidente Miquel de Palol
Miquel de Palol1/4/2016
Estimadas y estimados asociados y amigos:
Por precepto estatutario, y por costumbre y tradición, el Presidente de la entidad rinde cuentas de las actividades del año a la Asamblea General, y suele añadir las consideraciones de fondo pertinentes en cada ocasión. Me permitirán que en la presente pase de manera más somera por encima de la primera parte, y haga hincapié en la segunda.
Cómo saben todos ustedes, la razón de ser de la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña se divide en dos bloques. El primero, el que da en sí sentido a su existencia, la defensa gremial y los recursos asistenciales, actividades poco vistosas si se quiere, pero de importancia capital. El segundo, las actividades culturales, de orden literario en propiedad.
La asamblea pasada les hablaba de las expectativas inmediatas, y ya no sé si por desgracia o por suerte –como aquel chiste en que vale más quedarse cómo se está–, no les puedo informar de adelantos, a pesar de que tampoco de retrocesos substanciales. Se mantienen a la baja, a pesar de que con posibilidades consistentes de ir a la alza, las aportaciones de CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos), en plena reestructuración administrativa, y de la Institució de les Lletres Catalanes. Se han iniciado gestiones para articular de una manera más efectiva la ahora ya nula colaboración con el ICUB (Institut de Cultura de Barcelona), dependiente del Ajuntament de la ciudad. Los detalles emitidos por el municipio, empezando por el hecho de que ni siquiera haya conselleria de cultura, no invitan al optimismo, pero de los sectores más dinámicos de la Junta han salido iniciativas esperanzadoras. La ACEC ha estado presente en las reivindicaciones laborales de orden general, la última en lo referente a la situación fiscal de los escritores jubilados.
Nos parece especialmente buena noticia mantener los servicios de la Asesoría Jurídica y Fiscal, y seguir e incluso aumentar y mejorar las prestaciones de la página web.
Están plenamente operativas las actividades “Escritores en red”, "Work in Progress", “Voces Nuevas”, el listado de autores y traductores, las publicaciones de los socios y la búsqueda de traductores, y así mismo es notable la actividad de los socios y escritores en recitales, presentaciones de libros y revistas, encuentros literarios, y debates sobre la escritura y la difusión digitales.
Dentro de los ciclos respectivos, se han celebrado las XIV Jornadas Poéticas, este año dedicadas a “Sexo y Poesía”, y se ha concedido el XVIII Premio de Traducción Ángel Crespo a Misael Ruiz Albarracín y Santiago Sanz por la traducción del inglés de la Antología poética, de George Herbert, y el VI Premio José-Luis Giménez-Frontín a Carlos Vitale. La Junta Directiva está estudiando la posibilidad de instituir otros premios para organizar sólo una velada, y fomentar de este modo la continuidad de la comunidad literaria.
Y en el terreno de la continuidad de la comunidad literaria se sitúa nuestra contribución. Parecería que somos de otro mundo si nos sintiéramos expectantes ante los cambios profundos de estos últimos años en la sociedad catalana. Desde aquí no podemos estar ajenos a los movimientos y las expectativas habidas, y lo hacemos desde el distintivo de nuestra asociación en referencia a las otras: la voluntad de punto de encuentro entre todas las identidades y sensibilidades que conviven dentro de la actual comunidad civil. Es nuestra firme voluntad que, venga de donde venga, hable como hable y piense como piense, cualquier escritor o traductor se sienta acogido, y desde la legitimidad de todas, nadie sea menospreciado en beneficio de una opción ideológica diferente a la suya.
No se trata de ser neutrales, se trata de no desatender ni excluir a nadie, y aquí hay que decir que las diversas administraciones, todas las administraciones, de un lado y del otro, no siempre están a la altura de las circunstancias en un momento en que el respeto, la diplomacia y el espíritu constructivo en las opiniones y en las acciones son fundamentales por el mantenimiento de la concordia; porque hay que hablar de mantenimiento, puesto que la concordia no se ha roto.
Los principios que nos hemos propuesto son: igualdad de acceso a las prerrogativas públicas –ayudas, becas, premios, subvenciones a la edición y a la traducción–, igualdad de oportunidades de conocimiento y difusión, igualdad de trato en los medios públicos, derechos que ahora mismo, en todas las instancias administrativas, están lejos de ser respetados. Pero se trata de una declaración de voluntades, y por más intencionadas que sean, las voluntades están sujetas a las acciones de los otros. Los actuales gestores culturales –de todas las administraciones, insisto– llevan a cabo políticas culturales desorientadas, vacilantes, carentes de contenido. En términos estrictamente culturales no es ninguna exageración decir que el único plan visible, la industrialización de la cultura y su estratificación en términos de competencia de mercado, no es ningún proyecto cultural, sino la destrucción de todos los posibles, buenos o malos.
Me parece como principio deseable, y aquí me acojo a la primera persona del singular, que nuestra asociación se mantenga dentro de estos principios sea cual sea el devenir, tanto si se llega a los extremos –que todo quede cómo está, o que haya un cambio radical en la gestión del Estado en Cataluña–, como en cualquier opción intermedia. Que en el ámbito de los derechos, las oportunidades y la difusión continuemos diciendo lo mismo y actuando como lo estamos haciendo. Que lo podamos hacer no depende sólo de nosotros.
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