Los presupuestos del Ministerio
de Cultura de 2008 incluirán
por primera vez una partida de 300.000 euros destinada
a compensar a los autores por el préstamo bibliotecario
en las bibliotecas públicas. Y será cofinanciado
por las comunidades autónomas y los ayuntamientos,
según ha confirmado el ministro César Antonio
Molina.
Este pago por el derecho de préstamo bibliotecario,
tal como marca la legislación, estará destinado
exclusivamente a los autores. CEDRO, la entidad encargada
de recaudar el dinero, ha creado una comisión específica,
constituida por cinco autores y un editor, con el objetivo
de decidir la distribución.
El Gobierno español se adapta de esta manera a
la normativa europea que obliga al pago de los derechos
de autor en concepto del préstamo bibliotecario.
El mismo Molina ha reconocido que España "ha intentado
atrasar su aplicación, pero ha sido imposible".
En enero de 2004, la Unión Europea, mediante un
expediente, instó al Reino de España al cumplimiento
de la normativa que regula el préstamo bibliotecario,
de la que el Estado se había eximido en el año
1994. En octubre de 2006, una sentencia del Tribunal de
Justicia Europeo obligó al Gobierno central a aceptar
la normativa europea. En caso de incumplimiento, el Estado
hubiese tenido que pagar una multa de 300.000 euros diarios,
cantidad que se habría descontado de lo que recibe
de los fondos europeos.
El Ministerio, las comunidades autónomas y los
ayuntamientos, que son los que tienen las bibliotecas a
su cargo, sufragarán el pago, que no afectará a
los usuarios. Molina ha afirmado que con la aceptación
de este pago se "normaliza" la relación entre España
y la UE y se acaba la "pugna" que existía hasta
ahora por esta cuestión. El ministro señaló que "hemos
de respetar todos los acuerdos, no sólo los que
nos favorecen", pero no hizo referencia alguna al reconocimiento
de los derechos de autor, como se desprende de estas declaraciones.
La Ley de la lectura, el libro y
las bibliotecas, que el Gobierno ha aprovechado para
adaptarse a la normativa europea del derecho de préstamo, estipula que el
pago de este derecho será de momento de 20 céntimos
por ejemplar adquirido por una biblioteca y destinado al
préstamo. Una aportación muy reducida, que
permite prestar el libro tantas veces como se desee, y
no como se ha presentado a la opinión pública
de manera intencionada por algunos colectivos: que los
20 céntimos se tendrían que pagar cada vez
que se prestaba el libro y esto podría suponer la
desaparición de las bibliotecas. La cantidad prevista
es mínima y no se puede considerar abusiva pese
a las manifestaciones de determinados colectivos que se
han posicionado contra los derechos de autor.