Cistina Fernández Cubas, Premio Nacional de Narrativa
15/11/2016
(Foto:Jordi Soteras)
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Lo primero que recuerda es a su hermano contándole un cuento de Edgar Allan Poe. El cuento en cuestión era La Casa Usher y la manera en que su hermano lo contó "era la manera en que debía hacerse, había incluso tormenta", recuerda.
Lo más probable, dice Cristina Fernández Cubas, es que aquel día naciera "la pequeña Cristina escritora" que ayer, convertida ya en una gran escritora, una escritora indispensable, valiente, única, recibió el Premio Nacional de Narrativa por su último libro, La habitación de Nona (Tusquets), un libro de cuentos. "No sé si ha ocurrido alguna vez, ¿ha ocurrido alguna vez que alguien haya ganado el Nacional de Narrativa por un libro de cuentos?", se preguntaba tras conocer la noticia, nerviosa, divertida, emocionada, la escritora que sin embargo sí comparte con otros escritores - desde Luis Mateo Díez hasta Juan Marsé - el hecho de que su libro también consiguiera, este mismo año, el Premio de la Crítica.
¿Qué tiene de especial La habitación de Nona? Todo lo que tiene de especial la narrativa de Fernández Cubas. En los relatos de la que muchos señalan como la mejor cuentista española del momento - un momento que dura ya tres décadas - todo es posible. Que la narradora salga de su hotel y dé un salto en el tiempo. O que la visita de un grupo de escolares a un museo se convierta en una pequeña e inquietante odisea. "No me considero una escritora de fantasía pero sí es cierto que lo innombrable - lo fantástico - aparece y coquetea con lo que escribo. Y la razón es que yo creo en lo que veo y en lo que no veo, porque lo que no veo no tiene por qué no existir por el hecho de que no lo vea", asegura, felicísima, al teléfono. "El premio ha sido una sorpresa total. Sabía que existía, pero no tenía ni idea de cuándo lo concedían, ¡y mucho menos que podía tocarme a mí! ¡Me ha llamado incluso el ministro!", espetaba, contentísima, convencida, como está, de que cualquier premio, y más uno de este calado, "da un empuje total" a lo que haces."En mi caso ha sido un tres en uno: por un lado, el premio en sí, la sorpresa, la ilusión; por otro, que se haya reconocido un libro de cuentos, y, por último, darme cuenta de lo mucho que me quiere el equipo de Tusquets, y todo el mundo", apunta.
Una vez vencida la sorpresa, dice, no ha podido evitar pensar en todo lo que la ha traído hasta aquí. En la niña de siete u ocho años que escribía, de forma compulsiva, novelas románticas, y que, después, cuando llegó a la universidad, dejó de escribir, pero que más tarde consiguió completar un volumen de cuentos, y casi no pudo creérselo cuando la mismísima Beatriz De Moura se enamoró de él y dijo que lo publicaría en su editorial, Tusquets. Se está refiriendo, claro, a Mi hermana Elba, que se editó en algún momento de 1980, y que, en muy poco tiempo, se reeditó, porque todo el mundo parecía haber estado esperándolo. ¿Un libro de cuentos que triunfaba? "Ocurrió lo más fantástico que podía ocurrir. Que conectara con el público. Fue entonces cuando empezó mi historia de amor con la literatura", contesta. Una historia de amor que ayer vivía quizá su momento más dulce. "¿Qué es la literatura para mí? Una forma de vivir, una elección que hice casi sin darme cuenta, y que ahora forma parte de mi vida", confiesa. Cualquier cosa que escribe, dice, es siempre "un proceso fascinante", a través del cual descubre cosas, cosas sobre sí misma, pero también cosas sobre el mundo. "Escribir es una aventura maravillosa", sentencia.
Laura Fernández El Mundo
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