Domingo Sánchez Castelló creía que la poesía es resistencia, o como mínimo, un instrumento para superar adversidades. Estamos convencidos del valor instrumental de la poesía, incluso podemos llegar a pensar que el verso puede utilizarse como un arma de defensa, un arma cargada de futuro como decía Celaya. Pero no, no es solamente esto, es mucho más. La poesía es el arte de la palabra. Se sitúa por encima de la ideología, se sitúa por encima de las vicisitudes.
Éste era el pensamiento de Domingo Sánchez Castelló. Mostraba su obra en foros de poesía. En ellos, con actitud militante, defendía la poesía como elemento de superación. Este poeta barcelonés, que dirigió durante más de tres décadas un negocio muy próspero de venta de discos, falleció el 13 de octubre, en Barcelona, a la edad de 58 años. Era miembro activo de el colectivo de escritores El Laberinto de Ariadna y de la ACEC.