Durante el 26, 27 y 28 de octubre
ha tenido lugar en la ciudad italiana de Trieste, a
orillas del Adriático,
el IV Congreso Mare Nostrum de las asociaciones de escritores
europeos y la Asamblea General Anual del EWC, institución
que agrupa a la inmensa mayoría de las asociaciones
de escritores y traductores de Europa (pero, de acuerdo
a los Estatutos fundacionales, no a las sociedades de
gestión colectiva de derechos ni a los respectivos
centros nacionales del PEN Club).
La mayoría de las ponencias presentadas los
dos primeros días expusieron, como primera y coincidente
preocupación de los escritores invitados, los
problemas de convivencia en los países europeos,
no sólo entre las culturas y lenguas originarias -algunas
con poblaciones extremadamente reducidas- sino también
en relación a los importantísimos procesos
migratorios. Aunque no siempre desde ópticas
coincidentes y desde diversos grados de confianza en
el futuro, siempre se insistió en la viabilidad
de una conciencia intercultural europea y en la supervivencia
de la riqueza lingüística del continente,
a preservar en necesaria concordia con el uso de las
lenguas francas de comunicación, singularmente
con el inglés.
La intervención del Director
General de Educación y Cultura de la Comisión
Europea, Mr. Vladimir Sucha, evidenció la importante
diferencia de registro entre la concepción de
creación
cultural de las asociaciones de escritores presentes
y la del alto funcionario de la UE, quien los invitaba
a elaborar y participar en unos programas culturales
de la Comisión en los que los escritores no acaban
de ver la relación con sus problemas legales y
profesionales. La futura Junta Directiva de la EWC tiene,
pues, el reto de reconducir un diálogo institucional
altamente delicado para el futuro financiero de la EWC.
Finalmente, la celebración de elecciones para
la Junta Directiva puso de relieve las dificultades de
integración en ella de un mayor número
de representantes de asociaciones de países del
sur europeo, sin duda prioritariamente centrados en la
resolución de problemas urgentes en la defensa
de sus derechos profesionales y más acostumbrados
a la presentación de candidaturas a partir de
los contactos personales durante los congresos, antes
que con la actual anticipación estatutaria de
meses. Resultó evidente, en todo caso, la renovada
confianza de la mayoría de las delegaciones en
un representante de instituciones escandinavas para la
Presidencia de la UWC, extremo éste en clara conexión
con la rigurosa e impecable rendición de cuentas
del ejercicio, que la Asamblea aprobó.
De este modo, fue elegido presidente
de la EWC Mr. John Erik Forslund, de la Unión Sueca de Escritores;
y vicepresidentes, el británico Mr. Graham Lester-George
y la húngara Ms. Anna Menyhért. Entraron
a formar parte del Consejo (board) el suizo Mr. Adi Blum,
la alemana Ms. Anna Dünnebier y la filandesa Ms. Mette
Møller, mientras que el Comité electoral
quedó en manos de la también filandesa (en
lengua sueca) Ms. Merete Jensen y del islandés Mr.
R. Tryggvadottir.
Informe de José-Luis Giménez-Frontín
Nueva
junta de la EWC (pdf)