Juan Antonio Masoliver: “Como crítico he aprendido a ser más riguroso conmigo mismo y más tolerante con los demás”
28/10/2009
Entrevista de Anna Caballé
Juan Antonio Masoliver (Barcelona, 1939), sobrino del crítico Juan Ramón Masoliver, es autor de libros de poemas (Poesía Reunida, Sònia, El Laberint del cos), de narrativa (Retiro lo escrito, La noche de la conspiración de la pólvora), ensayista (Voces contemporáneas, Las libertades enlazadas), crítico literario de La Vanguardia, catedrático en la Universidad de Wesminter de Londres y traductor (Carson McCullers, Djuna Barnes, Robert Coover).
- Como dice Sergio Vila Sanjuán eres uno de los escritores más transversales de nuestra cultura. De todas las actividades que acabo de señalar ¿hay alguna de la que te sientas especialmente satisfecho? ¿que sea la más acorde, o próxima, a tus intereses? ¿O son facetas de una misma e intensa vocación literaria? Como profesor he aprendido la capacidad de comunicación, como traductor, a ver el interior de una obra y su proceso de creación, como crítico, a ser más riguroso conmigo mismo y más tolerante con los demás, como poeta, a dar a la prosa una intensidad propia de la lírica sin caer en la prosa poética y como narrador a dotar de cierta narratividad al poema. Son vasos comunicantes, sin jerarquías. Y es de celebrar que la ACEC apoye todas estas expresiones por igual.
- Los violentos debates ideológicos que se han mantenido a lo largo del siglo xx, especialmente a partir de los años sesenta, en torno a la forma de leer una obra literaria e interpretar un texto han dado paso a una crítica literaria mucho más ponderada, que practica el eclecticismo. ¿Estás de acuerdo?
Debería ser así, pero no lo es: la crítica es excesivamente universitaria, dogmáticamente canónica y teórica o puramente intuitiva, casi nunca las tres cosas a la vez. Nuestro escaso conocimiento de otras culturas nos impide ser eclécticos. Nuestro escepticismo nos impide ser apasionados.
- En un artículo publicado en Letras Libres ("Criticar al crítico") decías que los suplementos culturales en España gozan de buena salud. Es una idea que comparto, pero ¿podrías justificarla?
Hay una crisis en los suplementos literarios de la que se salvan muy pocos. Exceso de monografías y de atención al bestseller, falta de un verdadero cuadro de críticos y de afán informador. Así que no puedo suscribir lo que dije hace unos años.
- ¿Tuvo algo que ver tu tío, el crítico Juan Ramón Masoliver, en tu formación literaria?
Viví muchos años con él y de él aprendí la independencia, el interés por otras culturas y lenguas, el afán viajero, las lecciones de los clásicos renovadores y la generosidad. Pero debo muchos a otros maestros como Guillermo Díaz-Plaja, Isidro Gomá, Ángel Latorre, Joan Petit, Martín de Riquer, José Manuel Blecua, Edgard Riley o Jean Franco.
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