El acto de entrega del XII Premio de Traducción Ángel Crespo a la reconocida traductora mexicana afincada en Barcelona Selma Ancira generó, el pasado lunes 9 de noviembre, en el Aula dels Escriptors del Ateneu Barcelonès, una gran expectación. Más de sesenta personas llenaron hasta el último rincón de la sala, en una muestra de reconocimiento a la trayectoria y al trabajo de Ancira y en un permanente homenaje a la figura de Ángel Crespo, que, un año más, fue recordado por los ponentes del acto. El Premio Ángel Crespo, convocado por la ACEC, CEDRO y el Gremi d’Editors de Catalunya, con una dotación de 12.000 euros, es uno de los más destacados en la traducción en lengua castellana. Este año, el premio ha reconocido a Selma Ancira por la traducción de Viva voz de vida, de Marina Tsvietáieva (Editorial Minúscula, 2008).
Selma Ancira manifestó, emocionada, su amor por Marina Tsvietáieva (1894-1941), “antes de conocer su vida y obra: fue a raíz de la carta que escribió a Rilke”. “Al leer ese texto”, añadió Ancira, “sentí la necesidad de conocerla mejor y trasladar su obra al castellano, de la misma manera que ella había trasladado la de Rilke al ruso, ya que la traducción es un acto de amor”.
La traductora premiada resaltó que sentía por Tsvietáieva “amor, admiración y empatía” y definió su labor como “fervorosamente dedicada” a la obra de la autora rusa. Ancira agradeció a los catorce editores que han publicado la obra de Tsvietáieva en castellano y aprovechó para recordar su “admiración, desde la adolescencia, por la figura de Ángel Crespo”. Selma Ancira (México, 1956) está especializada en literatura rusa del siglo XVIII y en literatura griega moderna, y ha traducido a Lev Tolstoi, Alexandr Pushkin, Nikolai Gógol, Fiodor Dostoievski, Iván Goncharov, Iván Bunin, Mijaíl Bulgakov y Boris Pasternak, así como a Seferis, Ritsos, Kampanelis y María Iordanidu.
Reconocimientos a la autora y al premio
El presidente de CEDRO, Juan Mollá, que se trasladó desde Madrid para la entrega del premio, aplaudió la iniciativa de la ACEC por promover este reconocimiento y señaló que los traductores tienen un papel cada vez más importante en este organismo: “de los 15.875 autores que hay en CEDRO, 3.291 han traducido, como mínimo, una obra”.
Por otro lado, el presidente del Gremi, Antoni Comas, destacó los dos extremos vitales de la autora traducida y su trabajo a lo largo de su trayectoria. Comas también tuvo unas palabras de recuerdo para José Luis Giménez-Frontín, fallecido hace casi un año: “fue uno de los impulsores de este premio, como tantas otras iniciativas llevadas a cabo por la ACEC”.
Por último, la presidenta de la Asociación, Montserrat Conill, efectuó una esmerada visión de Selma Ancira y de Marina Tsvietáieva. Conill, que citó dos veces a Anna Muriá, reveló que cuando le cuando le comunicó el premio a Ancira ella le respondió: “como me alegro, por mí, pero sobre todo por Marina”. La presidenta de la Asociación agradeció la ayuda de CEDRO y del Gremi d’Editors de Catalunya en la convocatoria del premio y el prestigio que ha conseguido.
Discurso de Selma Ancira durante el acto de entrega del XII Premio de Traducción Ángel Crespo.
Discurso de clausura del acto de Montserrat Conill, presidenta de l'ACEC.