El escritor Use Lahoz publicó una columna en la prensa durante el confinamiento en la que explicaba cómo había gente que aliviaba su encierro contemplando y escuchando el trino de las aves.
El pasado viernes, durante los Diálogos On Line de la ACEC, el periodista Víctor Fernández le preguntó cómo había superado él el confinamiento y su respuesta fue: “Acudí a la literatura”. En estos meses de encierro, las personas hemos buscado distintas maneras de entretenernos y los escritores no han sido una excepción. Use Lahoz, que publicó hace algo más de seis meses la novela Jauja (Destino) y es autor habitual de crónicas de viajes, explicó que “Estos días de primavera tenía muchos compromisos y no tenía previsto ponerme a escribir, pero después de las dos primeras semanas del confinamiento, que fueron muy duras, acudí a la literatura. Trabajar en una novela me otorga cierta serenidad. Me ayuda a centrarme. Era una forma de abstraerme de la realidad, pues estaba todo el día conectado a las noticias, unas noticias devastadoras e inesperadas.”
Además, como millones de personas en nuestro país, Lahoz vivió el confinamiento con sus hijos pequeños, en casa y sin poder ir al colegio, “tienes que aprovechar al máximo las horas que puedes trabajar Cuando empiezo una novela, yo no sé qué es lo que va a pasar. Lo importante, lo que yo valoro, es la alegría adelantada que te da el hecho de estar escribiendo. Siento una alegría por la alegría que voy a tener luego. Cuando escribes una novela, siempre estás pensando en ella. No lo tenía previsto, pero las circunstancias hicieron que me adelantara.”
De la literatura se han dicho muchas cosas, incluso se habla de literatura terapéutica. “Yo no sé si es terapéutico. La literatura te salva de muchísimas cosas; te salva de los complejos, por ejemplo; te salva de la realidad, te ayuda a buscar otros caminos, a centrarte… La función terapéutica del arte.”
Es cierto que no es necesario estar encerrados para escribir, pero lo que hemos visto estos días es que ha habido autores que se han lanzado de lleno a escribir sobre la pandemia. “Es alucinante, yo no sé cómo pueden escribir libros tan rápido, con lo que se tarda en escribir un libro. Todas las editoriales tienen algún título sobre la pandemia en el mercado. Yo me leí el de Zizek Pandemia (Nuevos Cuadernos Anagrama). Me gustó mucho, aunque en este caso es un autor que ya publica cuatro o cinco libros al año. Otro que he empezado a leer es Los días de la fiebre, de Andrés Felipe Solano (Temas de Hoy) también sobre la pandemia. En el libro el autor dice que una de las cosas que más ha extrañado era no poder decir “quedémonos en casa. Estoy cansado de salir”.
Lahoz también ha iniciado en este confinamiento una novela, un libro que pasa en Barcelona, uno de sus escenarios habituales. “Este arranque lo tenía previsto, junto con otras dos escenas, una que me han contado y otra que he vivido. En mis obras aparece lo que me preocupa: la lucha de clases, la familia, el desencuentro entre padres e hijos, entre una amistad. Aparecen personajes y escenarios que han salido en otras de mis novelas como en La estación perdida o Los buenos amigos. En los libros que a mí me gustan siempre hay algo del autor, por eso para mí es tan importante el estilo. Escribir ficción o escribir bien no tiene nada que ver con redactar bien. Hay libros que están estupendamente redactados, pero como digo cuando doy clases - algo que junto con la escritura es lo que más me gusta- que una cosa es enseñar gramática y otra es literatura. Enseñar cultura, literatura, es más complicado, pues la gramática no es fácil, pero hay unas reglas a seguir. Lo más difícil es encontrar un estilo propio, por eso cuando dicen que tal o cual autor se repite, a mí me encanta. Son como las películas de Woody Allen, no te cansas de verlas.”
“La literatura salva tanto si lees como si escribes. Imagínate este confinamiento sin libros, sin música, sin series, ¿qué hubiésemos hecho? Es muy importante.” Durante la charla también hubo un momento para recordar a los grandes artistas que nos han dejado estos últimos meses. “Zafón, Sardà, Aute, Donés … Son personas que han acompañado a muchísima gente, que han hecho feliz a mucha gente. La memoria de un artista: escritor, actor, pintor, músico… perdura mucho más que la de otros. En el cementerio de Père-Lachaise, de París, la tumba más visitada es la de Jim Morrison, también la de Óscar Wilde, muy seguida por la de Proust.”
No solo es necesaria la escritura, “el hombre sin pan se muere de hambre, pero sin arte se muere de aburrimiento.” Como decía Lorca, “Yo necesitaría medio pan y un libro”