Jueves, 21 de noviembre de  2024



Català  


Lectores militantes en la Setmana del Llibre en Català
acec14/9/2020



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El manifiesto de esta edición rinde homenaje al mundo sanitario y reclama una sanidad pública universal


Ser lector tiene más beneficios que contraindicaciones. Si además añadimos la militancia a la hora de ir a buscar un libro determinado allí donde se encuentre, entonces ser lector puede devenir una de las aficiones más bonitas del mundo. Después de meses de pandemia y de cancelación de actos culturales, la acortada Setmana del Llibre en Català se ha convertido en un hecho excepcional en este panorama desolador.


El emplazamiento en el Moll de la Fusta para garantizar un espacio amplio y seguro ha expulsado a los paseantes y, como un cedazo, ha dejado solo a los lectores militantes, que van al grano, con una lista de libros por comprar. Las cifras de ventas y de visitantes no llegarán a las de anteriores años, pero el optimismo se dibujaba en el rostro de los editores, que ven cómo, poco a poco, se recupera una cierta normalidad.


Ayer por la mañana, el escritor y enigmista Màrius Serra fue el encargado de leer el manifiesto anual, que en esta ocasión rendía homenaje al mundo sanitario y reclamaba una sanidad pública universal. “La salud es un bien y es un derecho que debe prevalecer en cualquier situación”, y sin embargo “la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19 ha puesto al descubierto carencias muy graves, en parte relacionadas con los recortes de los años anteriores, que han afectado a los profesionales de la salud y el conjunto de la ciudadanía, y de modo especialmente dramático los mayores”.


Por la tarde se habló de lengua y, como siempre que se toca este aspecto, el público llenó generosamente los espacios disponibles. Pero en la Setmana, que hoy domingo por la noche cerrará sus puertas, pasan muchas más cosas. Aparte de las novedades literarias tanto de autores en lengua catalana como de traducciones de otras lenguas, que este año suponen más de doscientas, esta cita es muy buen momento para revisitar los libros de fondo y de conocer las novedades en traducciones de clásicos.


Decía Umberto Eco que la lengua de Europa es la traducción, y por eso una de las tareas importantes que abordan las editoriales es la constante publicación de traducciones catalanas de obras de referencia de todos los tiempos, desde los grandes clásicos griegos y latinos, hasta la literatura fundamental del siglo XX. Solo así se conseguirá que la cultura catalana alcance la normalidad.


Al mediodía debatieron sobre algunas de estas traducciones necesarias Joan Farrerons , que firma la versión de Carta al pare, de Kafka (Angle Editorial); Quim Gestí, que ha vertido la antología poética de Kiki Dimoulà Us he deixat un missatge (Godall Edicions); Anna Soler Horta, responsable de la de Un fill del nostretemps, de Ödön von Horváth (Editorial Fonoll); y Esther Tallada,  traductora de Robinson Crusoe (La Casa dels Clàssics). También hay que referir, en una presentación anterior, la antología de cuentos Restes de carnaval, de la brasileña Clarice Lispector (Comanegra), traducida por primera vez al catalán por Pere Comellas y Josep Domènech Ponsatí.


Asimismo, dos editoriales se han propuesto publicar en catalán toda la obra de autoras de referencia. L’Altra Editorial, con Eugènia Broggi al frente, ha presentado ahora Reflexos en un ull daurat, de la estadounidense Carson McCullers, en versión de Alba Dedeu . I Raig Verd, de la editora Laura Huerga, lo está haciendo con la obra fantástica de Ursula K. Le Guin. El último, Les tombes d’Atuan , en traducción de Blanca Busquets. Un abanico literario para construir una cultura con mayúscula.


   
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