Afirmaba Umberto Eco que «la lengua de Europa es la traducción». Irene Vallejo, ante la muy reciente publicación de El infinito en un junco en eusquera, comenta en una entrevista que «el trabajo de los traductores es esencial; si no, viviríamos encerrados en nuestras ideas». Hace ahora dos años, escribía en estas mismas páginas de El Cuaderno, con el título «Vivir de espaldas», cómo el sistema educativo y la sociedad española en su conjunto cometíamos un grave error —en mi opinión— al vivir ajenos a las otras lenguas que acompañan al castellano como vehículos de cultura, de conocimiento compartido y compartible. Ponía entonces de ejemplo la inexistencia en el mercado de antologías escolares que pudieran acercarnos a textos literarios significativos de las distintas lenguas de España, y cómo tal cosa no hacía sino empobrecer nuestra enseñanza media.
Así que no deja de tener su mérito —mucho— que alguien como Bartebly Editores mantenga como línea constante la inclusión en su catálogo de ediciones bilingües de poetas contemporáneos. En mayo de este mismo 2021 hablábamos con Esther Muntañola a propósito de la aparición de una antología bilingüe del poeta asturiano Xosé Bolado, recién fallecido. Ahora, en octubre, acaba de ver la luz Desdoblament/Desdoblamiento de Miquel de Palol, uno de los autores más consistentes de la poesía catalana actual, con las traducciones de Isabel Pérez Montalbán y Francisco Fortuny, quien también firma en las páginas finales del libro la «Epístola conceptista a Miquel» y «Sobre el ser de nuestra nada» a manera de epílogo o colofón.
Miquel de Palol, que abandonó la arquitectura hace años para dedicarse en exclusiva a la escritura, más conocido en su faceta narrativa o en sus colaboraciones periodísticas, ha ido consolidando con el tiempo una obra poética ajena a las modas y, por fortuna, a los modos que hoy inundan con la etiqueta de poesía demasiados espacios (y demasiado papel) en los catálogos de las grandes editoriales. Palol, poeta que se opone al historiador, en el sentido más aristotélico de la palabra —como él mismo afirma— «porque no explica lo que pasó sino lo que pudo ocurrir; no se ocupa de lo concreto sino de lo general, de lo universal».
Reproduzco íntegro el poema «El doblado», que sitúa muy bien tanto al libro como al autor:
Que el consecuente efecto de desdoblarse uno
no es multiplicarte por dos sino más bien
dividirte por mil se te descubre
cuando lo has hecho tantas veces
que no hay remedio ya. Querer ser todos
otorga el premio de no ser ninguno,
y no es un castigo, es adquirir
un grave y divertido conocer.
Y en ese conjugar la gravedad y la diversión se va desenvolviendo un libro de lectura exigente, incluso incómoda en ocasiones para el lector, que poco a poco se siente arrastrado por unos versos que no esconden pero sí juegan, entre homenajes y complicidades, entre experimentaciones formales y estrofas clásicas, en ese laberinto de espejos que va tomando forma en sus páginas.
Un buen ejemplo de ese juego podría ser el poema «Mortales delicias»:
Los esforzados fisiólogos del XVIII
se afanaban con mucho interés
por las sensaciones de los decapitados,
si la consciencia y el dolor
los registraba la cabeza
aún con sangre y nervio en el cerebro,
o el cuerpo dotado de la capacidad
de algún que otro pataleo
de inercia, quién sabe de qué impulso,
o si quedaban repartidas
constancias de pulsiones
en cuáles partes y en qué proporciones.
Al final, la memoria,
si se disuelve, a dónde va a parar.
Moverse en la consistencia permite a Palol un repaso al ser y al mundo que se va desgranando «Es el mundo o soy yo, cuestión tan solo/ de perspectiva» en Fausto o en Poema 49 o Despoema «En estado intermedio/ entre la Nada, el yo y el mundo/ infiel tanto a la carne como al Diablo».
Por eso aspira a disolverse como un terrón de azúcar en el té, o refugiarse en las ruinas que son los otros.
El libro avanza así en el juego de espejos que se convierte en un juego doble desde el propio título gracias a la traducción que nos permite, como lectores, entrar también en la lectura doble, en la comparación página a página del espejo de los dos idiomas, la identificación de las coincidencias o de la interpretación, el acuerdo o el desacuerdo con un verso o con la versión de ese verso, en una u otra dirección, del castellano al catalán y de vuelta al castellano, o al revés.
Qué mejor lectura que jugar con un libro que juega a «Emmirallar una vegada/ el no-res reno-resitzat» y nos invita a detenernos en este viaje real y fingido que es la propia vida. O la propia muerte, que va ocupando posiciones, cuando avanzamos en la lectura, como alguien que intuimos y saludamos de lejos al principio para, poco a poco, ir llenando versos y poemas hasta llegar a desyoizarnos en el no-res. Y a su lado el humor, y la sonrisa, y la broma, y el Mediterráneo, que es asimismo una forma de estar en el mundo, o la vieja Europa, tan presente en muchos de estos poemas. Al final, un guiño de bufón, de arlequín, de niño que juega con su retorno inevitable en la «Canción reducida de cuna».
Leer a Palol nos reconcilia con esos caminos de la escritura que no engaña, que no hace trampas, que se toma en serio como tal escritura, y que entiende que no otra cosa merece un lector.
Selección de poemas
Reixa
El teatre de les disseccions
la fira de les vísceres palpitants
les llàgrimes de l’obscenitat suprema,
la del retorn al Jo del Jo
enormitats porticades
inacabables galeries sobre penya-segats
inextricables contrapunts, harmonies
impossibles i això no obstant
cànons cosmogònics, agredolços
i alhora indefugiblement
gratificants reveladors
formiguejantment orgàsmics
dòric horror
caminants sobre les aigües de l’èxtasi.
Reja
La exposición teatral de las autopsias
la feria de los pálpitos latentes de las vísceras
las lágrimas supremas de lo obsceno
la vuelta al Yo del Yo
enormidades porticadas
galerías sin fin vertiginosas
sobre rocosos tajos abisales
inextricables contrapuntos
harmonías imposibles, y no obstante
cánones cosmogónicos de sabor agridulce
y aún infugable, ineludiblemente
reveladores complacientes
de hormigueos orgásmicos
dórico horror
andantes por encima de las aguas del éxtasis.
Figura com qui diu abstracta
De l’absència a la presència
no pas transformació
no desvetllament revelació denúncia
desemmascarament
—en tot cas lletjor profunda de fat de dir—
l’absent és el més present
com s’explica això? no és paradoxa
i sí que ho és perquè en la disparitat
hi ha la seva natura
i també hi és en la seva identitat
i això és alhora un alhora i no ho és
i no ser-ho ho és i no ho és alhora
un alhora que és i no és
no és
Figura como aquel que dice abstracta
De la ausencia a la presencia
no hay paso metamórfico
no desvelo revelación denuncia
desenmascaramiento
—en todo caso honda fealdad de soso
sino que dice—
es lo ausente lo más presente
¿cómo explicarlo, pues? no es paradoja
y sí lo es si en la disparidad
está su natural característica
y ahí también está su identidad
y eso es a la vez un a-la-vez
y no lo es y no serlo lo es y no lo es
a la vez un a-la-vez que es y no es
no es
Franc castany
Quan el No-res es torna personatge
xucla virtuts, i el resultat no sembla
compendi d’inquietuds, ans es manté
en el domini d’un vertigen fosc.
El doctor estòlid pare d’aquest monstre
procurarà mantenir-lo apartat
de la claror enganyosa d’un mal ésser
que és qualitat i alhora carn capaç
de ser tocada per aquest i l’altre.
I pare i fill gestionaran terror
i amor en una identificació
que fa de l’un en l’altre cos i buit,
destemperat desig devorador
d’on s’entrenyina la profunda mort.
Franco castaño
Cuando la Nada se hace personaje
virtudes chupa, y no parece el fruto
compendio de inquietudes: se mantiene
en el dominio de un oscuro vértigo.
Estólido el doctor padre del monstruo
procurará apartado mantenerlo
del claror engañoso de un mal ser
que es cualidad y al tiempo capaz carne
de ser tocada por el otro y este.
Hijo y padre gestionarán terror
y amor en una identificación
que hace cuerpo y vacío de uno en otro,
devorador deseo atemperado
donde se teje la profunda muerte.
(traducción al castellano de Isabel Pérez Montalbán y Francisco Fortuny)