Esta semana, en el marco de los diálogos on line de la ACEC, Jesús del Campo (Gijón, 1956) charló con otro de los escritores de literatura de viajes más interesantes de nuestro país, Gabi Martínez. La complicidad entre ambos y la claridad en el discurso de Del Campo nos dejó con ganas de más, porque es difícil en estos momentos encontrar voces críticas con nuestro país y modelo de sociedad que no estén politizadas y no se autocensuren por miedo a las críticas y los ataques de los del pensamiento único.
El propio título del último ensayo de Jesús del Campo, Panfleto de Kronborg es una declaración de intenciones con el que urge a despertar y denunciar la crisis cultural en la que nos encontramos inmersos. A través de temas dispares como el rock, la literatura de viajes, la relación de los países del norte y el sur, el consumismo, el arte, la democracia… Jesús del Campo revisa el pasado, lo conecta con el presente, incluso, con el futuro, y lo hace con una mirada crítica y sagaz, y sin complejos.
Gabi Martínez comentaba en su presentación que: “Los títulos de los libros anteriores de Jesús son como una paradoja, nos invitan a mirar las cosas desde un ángulo diferente: Castilla y otras islas, Los diarios clandestinos de Blancanieves, Historia del mundo para rebeldes y sonámbulos…y en este su último libro, Panfleto de Kronborg, hay una búsqueda de dar la vuelta a ciertos iconos. De su lectura sales con una percepción hermosa de ti como individuo pese a haber leído una crítica de la sociedad en la que vivimos”.
Jesús del Campo manifiesta su preocupación por la deriva de nuestra sociedad donde la fealdad y la literalidad están sometiendo la imaginación y el pensamiento: “Cuanto menos imaginativos, más gregarios, porque tendremos que buscar nuestras certidumbres en los otros. Cuanto más vulnerables a las consignas externas, más fácil lograr una sociedad autoritaria. Cuanto más efectismo, más gregarismo, más populismo… La propia idea de la democracia se puede deteriorar si olvidamos la gimnasia básica de que el individuo piense por sí mismo y no pierda de vista su propio valor. Creo que la terapia colectiva en estos tiempos va en otra dirección. En un cierto gregarismo tan compacto que te olvidas de ti, y si te pierdes en la masa eso no es bueno”.
En este sentido, Jesús del Campo da la voz de alarma y lo hace mirando qué es lo que hacen otros países en la misma situación, principalmente nuestros vecinos los franceses. También acudiendo a referentes culturales que han destacado y han logrado un reconocimiento universal de su talento., como Bruce Springsteen, los Beatles, Bob Dylan, Miguel de Cervantes, Michel de Montaigne… Interrelacionan entre ellos y con Donald Trump, por ejemplo, para mostrar hacia dónde se dirige la sociedad.
Su crítica visión del escenario político y social español va acompañada de una pátina de inteligente humor y nos deja afirmaciones tales como que “En España, la vulgaridad se ha hecho ley, sobre todo, desde la llegada de las televisiones privadas que se hicieron con el patio y ganaron el pulso. Somos una sociedad muy berlusconiana”. También denuncia los falsos dogmas: “Damos por hecho que hemos tocado techo y obviamente no es verdad. Hacemos el ridículo. Muchas de las cosas que hacemos ahora serán obsoletas y anacrónicas en un futuro cercano” o como “Tenemos cero empatía con los que vinieron antes de nosotros. No nos acordamos de lo dura que era la vida hasta hace bien poco”.
En una sociedad en la que hay tanta gente reclamando atención, “la próxima revolución va a ser la de la desatención”, concluye el escritor asturiano. Jesús del Campo es un instigador cultural que con Panfleto de Kronborg pretende “agitar las aguas” y, sin duda, lo ha conseguido. La literatura, el arte, la política… nada se escapa a su escrutinio y reflexión.