Los retos de los autores y editores con los cambios producidos con las nuevas tecnologías, a debate
15nal8/2/2008
Eduardo Mendoza participa en una jornada profesional organizada por el master en edición de la Universitat Pompeu Fabra
“Nada es gratis. Si alguien se descarga un libro
mío, lo que no paga él, lo pago yo”, dijo el escritor Eduardo Mendoza
durante su intervención en la jornada organizada por el master en edició de la Universitat Pompeu Fabra.
Una jornada profesional con un debate abierto para hablar en
profundidad acerca de la legislación actual sobre el libro y su
relación con el sector editorial y las nuevas tecnologías, que se
celebró el 25 de enero, en el Auditorio del Institut d’Educació
Contínua de la UPF. Mendoza explicó los retos que tienen los autores
en este marco de cambio tecnológico, en una mesa en la que participaron
como ponentes Ferran Mascarell, consejero delegado de RBA
Audiovisuales; Luis Collado, responsable de Google Books Searchs en
España y Portugal; Núria Altarriba, responsable de la Biblioteca de
Catalunya en temas legales y Jordi Úbeda, presidente de la Federación
de Gremios de Editores de España.
La industria editorial está inmersa en un espectacular proceso de
transformación, como también lo está el marco que la regula, ya que las
nuevas tecnologías tienen un gran impacto en los hábitos de lectura y
en la edición y comercialización de libros. Sobre esta premisa, con la
que se inició el acto, Mendoza habló como un autor planteando algunos
interrogantes en el momento en “que las nuevas tecnologías se impongan
y los libros de papel desaparezcan”. A pesar que “los cambios son parte
de la naturaleza humana”, Mendoza denunció enérgicamente la utilización
de las nuevas tecnologías para copiar o colgar obras sin el
consentimiento de los autores. ¿”Para qué está la ley, si no hay forma
de perseguir e impedir la piratería?, se preguntaba el escritor.
La intervención de Mascarell se centró sobre todo en la ley del libro
que, según señaló, “se ha quedado antigua, ya que es muy difícil
adecuar la complejidad de la actualidad con la ley”. El exconseller de
la Generalitat aseguró que se está produciendo “una revolución en la
forma de crear y transmitir la cultura” y que el gran reto es conseguir
“unas políticas y una respuesta colectiva para hacer frente a la
realidad”. Y, aunque ahora, las nuevas tecnologías perjudican los
derechos de los autores y editores, Mascarell apostó a favor que el
futuro se pueda controlar y “el creador pueda recibir su parte
correspondiente por cada descarga que hagan de su obra”.
Precisamente,
hablando de la idea de gratuidad de las obras con el uso de Internet,
Luis Collado, responsable de Google Books, aseguró que “el libro
informático es un formato más” y que “Internet no es igual a gratuito”
. Pero, también criticó que “las leyes no están teniendo en cuenta los
cambios tecnológicos que se han producido” y que “no todas las
industrias culturales se han adaptado a estos cambios”. Desde el sector
bibliotecario, a través de Núria Altarriba, se propuso el reto que “se
garantice el acceso a la cultura y al conocimiento sin exclusión y sin
perjuicio”, aunque remarcó que hay que establecer normas de
convivencia. Por otro lado, el presidente de la Federación de Gremios
de Editores de España, Jordi Úbeda, denunció el actual marco
legislativo, asegurando que éste no acaba de proteger la propiedad
intelectual. Sobre este tema, subrayó que el mundo editorial quiere una
modificación de los actuales contratos de edición” –precisamente en un
momento en que la ACEC y la AELC han iniciado conversaciones con los
editores para abordar este punto, entre otros– y criticó el exceso de
digitalización del dominio público.
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