Un multitudinario homenaje a Salvador Espriu, a su obra y a su herencia, celebrado ayer miércoles 23 de enero en el Palau de la Música, constituyó el inicio del año que conmemorará el centenario del nacimiento del poeta. Con un marcado acento catalanista, el mismo día que el Parlament aprobaba la Declaració de Sobirania, el acto –dirigido por Xavier Albertí– puso de manifiesto la vigencia de su poesía y el espíritu cívico que caracterizaba al poeta de Arenys, escenificando el reencuentro del poeta con su pueblo.

El acto celebrado ayer fue un espectáculo poético, teatral y musical, en el que participaron muchos creadores e intérpretes catalanes. Jordi Boixaderas, Josep Maria Pou, Carme Sansa, Pere Arquillué, Pep Tosar y Mercè Arànega, entre otros, leyeron versos de Espriu; Marisa Martins puso la versión musical que había realizado Joaquim Homs; Toti Soler y Silvia Pérez adaptaron He mirat aquesta terra, de Raimon, y el Cor del Liceu interpretó Va pensiero, de Verdi.

El presidente de la ACEC, Miquel de Palol, glosó la figura del poeta. Tras un atril con el eslogan del Any Espriu (“Ens mantindrem fidels per sempre més al servei d’aquest poble”), Palol trazó la trayectoria del poeta y su reflejo en el camino del país: “es el momento que la nación que aspira a serlo se eleve en la mirada de Espriu”. Palol subrayó la vigencia de la poesía cívica y desacomplejada de Espriu, que adquiere tonos épicos en la Catalunya de hoy.

El acto tuvo un marcado acento institucional y contó con la presencia de personalidades de primer nivel, encabezada por el presidente de la Generalitat, Artur Mas; el conseller de Cultura, Ferran Mascarell, y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias. Mas destacó que “Espriu nos enseñó a salvar las palabras, a querer una lengua, el gusto por la literatura y, a través de la lengua, las palabras y la literatura, a querer al país”.