El político portugués António Vitorino, que ejerce como mediador europeo entre la industria tecnológica y las sociedades de gestión de los derechos de autor, ha presentado sus recomendaciones a la Comisión Europea sobre el proceso para armonizar los cánones de compensación por copia privada. Su dictamen confirma “la legalidad y las ventajas” del sistema denominado “clásico”, en el que se abona la compensación mediante un gravamen en la comercialización de los dispositivos de reproducción. Además, también expresa que “no es aconsejable un cambio drástico” de este sistema por otras alternativas que “todavía no se han valorado suficientemente”. Vitorino acaba citando el caso concreto de la reprografía, que afecta principalmente a los autores y editores de libros y otras publicaciones, donde recomienda “que se potencie el sistema de licencias, sobre todo, en sectores como la enseñanza”. Una política que CEDRO, precisamente, ha intensificado en los últimos años.

El sistema de compensación por copia privada español fue modificado por el gobierno central a finales del año pasado. Desde entonces, la industria tecnológica ya no está obligada a abonar el canon de compensación, que se ha sustituido por una partida económica que se incluye en los presupuestos generales del Estado y que resulta muy inferior en comparación al sistema que utilizado hasta la fecha. Un modelo, de  momento, sin otro valedor en la Unión Europea. El cambio ha supuesto, entre otras cosas, que los titulares de los derechos de libros, canciones y películas hayan recibido solo 5 millones de euros por compensación durante el año 2012; 110 millones menos de lo que se había recaudado el año anterior. España es el Estado de la Unión Europea donde los derechos de autor por copia privada están menos protegidos.