El escritor aragonés y socio de la ACEC Javier Tomeo (Quicena, Huesca, 1932), falleció el domingo en el Hospital Sagrat Cor de Barcelona a causa de una infección hospitalaria. El autor, de 80 años, estaba ingresado desde hacía tres semanas para operarse de varices.
Heredero confeso de Goya y de Buñuel, la trayectoria literaria de Tomeo ha sido muy prolífica: alrededor de veinte novelas breves y una larga lista libros de relatos (ni el mismo los contaba). La abundancia creativa que le caracterizaba hizo que su obra fuera distribuida por diversas editoriales, aunque fue en Anagrama donde consiguió más reconocimiento, con títulos indiscutibles como El castillo de la carta cifrada o Amado monstruo. Sus últimas obras publicadas son el libro de cuentos Páginas de espuma y la novela Constructores de monstruos.
Más allá de la literatura, Javier Tomeo también destacó en las artes escénicas, donde exportó su particular universo surrealista y obsesivo. Por este motivo, a pesar de no haber escrito nunca una obra de teatro, se convirtió en uno de los autores españoles más traducidos y más representado en Europa, con obras como El mayordomo miope, El gallitigre, Historias mínimas o Cazador de leones, considerada la obra culminante de su vertiente teatral.
Militante aragonesista y con estudios de Derecho y Criminología, Javier Tomeo vivió desde su juventud en Barcelona, donde trabajaba en casa Olivetti. La ACEC le rindió un homenaje en el año 2005 por su sólida trayectoria literaria, y en reconocimiento a su aportación en el mundo cultural. El acto, celebrado en la sede del Col·legi de Periodistes de Catalunya, contó con la presencia de Nora Catelli, Carlos Cañeque, Juan Antonio Masoliver Ródenas y Joan de Sagarra. Las intervenciones de este evento se recogen en una edición de Cuadernos de Estudio y Cultura.
Entre la lista de reconocimientos recibidos, ha sido galardonado con el Premio Aragón de las Letras (1994) y ha dado nombre a un premio literario de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid .