El pasado día 16 de septiembre tuvo lugar la lectura de poemas del libro La frontera de Cristal, de Josep Anton Soldevila. Éste es el primer libro autor que, a diferencia de su obra poética restante, fue escrita y publicada en castellano. El poemario vio la luz por primera vez en 1977 de la mano de la editorial La Hormiga de Oro y se reeditó en 1999 por Seuba y ahora por Parnass Ediciones. Esta es, pues, su tercera edición, de lo cual el autor se siente especialmente orgulloso. Sobre este aspecto ha declarado en varias ocasiones que La frontera de Cristal es para él un título imprescindible, ya que marca las líneas de toda su poética.

El acto se celebró al Ateneu Barcelonès -Aula dels Escriptors- a las 19 h, donde se reunió un número considerable de amigos, compañeros y admiradores de su obra. Todos disfrutaron de la emotividad y riqueza artística de la cita. Durante el acto se proyectaron imágenes de Soldevila, datadas en la época que escribió el poemario, con poco más de veinte años. Como presentación, el poeta hizo una intervención para explicar las razones que entonces lo llevaron a componer y publicar poesía, casi de una manera fortuita. La experiencia, muy gratificante -afirmó-, lo impulsó a seguir escribiendo, hasta el punto de ser hoy autor de una amplia y variada obra que incluye poesía, cuentos, novelas, crítica de arte y colaboraciones periodísticas y radiofónicas. La crítica y los premios recibidos a lo largo de su trayectoria, son testigo de su incuestionable nivel literario.

La también poeta y miembro de l'ACEC, Pura Salceda, dio la bienvenida a en Josep Anton Soldevila. Además de algunos comentarios desenfadados, propiciados por el conocimiento y por la complicidad existente entre ambos poetas, su elogio sobre el autor se centró en la depuración que su estilo ha experimentado con los transcurso de los años y en el logro de una voz propia dentro de las letras catalanas. En palabras de Pura Salceda la calidad inherente a sus versos hará que la poesía de Soldevila tenga un lugar preferente en el panteón literario y perdure en el tiempo.

Estilísticamente, el prólogo de la segunda edición de La frontera de Cristal, a cargo de en Josep Maria Micó, catedrático de literatura de la Universitat Pompeu Fabra, define con precisión el estilo conceptual del poemario. Micó también enfaiza en la profusión de antítesis a la obra, con el fin de evidenciar las contradicciones que existen dentro de todas las cosas, hechos o sentimientos. La voluntad del autor es desenmascarar la aparente sencillez de la realidad, como algo que está presumiblemente al alcance de todo el mundo, pero que después se nos muestra inasible y esquiva.
La lectura de los poemas, muy emotiva y sobrecogedora, fue a cargo del slammer Jaume Muñoz y de Dolors Fernández. Los dos se alternaron en la recitación, y con sus voces crearon una atmósfera muy idónea con el contenido de los versos. La contribución de la bailarina Gisela Orilla aportó belleza y movimiento a la palabra poética, en un cuidadoso maridaje de diferentes disciplinas artísticas.

Finalmente, se proyectó un vídeo sobre el Epitafi de Seikilos, cuya notación musical se ha podido interpretar y cantar actualmente. Con esto el autor quiso manifestar que la letra de esta canción, que se remonta al s. II a.C., tiene ahora tanta validez como en el momento de su creación.
“Mientras vivas, brilla
no sufras nada en absoluto.
La vida dura poco,
y  el tiempo exige su tributo.”

Casi como su libro de juventud: La frontera de Cristal.