Domingo, 22 de diciembre de  2024



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Duelos de máquinas de escribir. Dos escritores, dos máquinas de escribir y un relato por redactar
Anna Maria Iglesia27/3/2017



(Foto:ac)
 

“Hasta a la más perfecta reproducción le falta algo: el aquí y el ahora de la obra de arte, su existencia siempre irrepetible en el lugar mismo en que se encuentra”, escribía Walter Benjamin en 1936 en uno de sus ensayos más conocidos, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. 

Han pasado 81 años desde entonces y hoy casi todo es reproducible, nada parece escapar de aquella reproducción técnica a la que aludía el filósofo alemán y que ha redefinido el concepto de arte. Hoy, anunciaba ya Benjamin, “el arte puede pues contar con un efecto que es tanto mayor cuando más se orienta a la reproductibilidad”. La fotografía fue el primer arte que se definió por su carácter reproducible y, después de ella, el cine para, posteriormente, seguir con el arte pictórico y escultórico. La escritura, sin embargo, no quedó ajena a este proceso, al contrario, puede que en verdad todo empezara en la escritura tras la invención por parte de Gutenberg de la imprenta. La impresión de textos permitió la reproducción en serie de los textos manuscritos que conservaban el aura de lo irrepetible precisamente por su carácter manuscrito, pero cuyo contenido se sometía a la dinámica de la reproducción. Se borraba así el “aquí y ahora” que los definía: su lectura podía realizarse en cualquier lugar y en cualquier momento, ya no era necesario acudir a ese primer y único manuscrito. 

El paso de la escritura a mano a la escritura a máquina supuso evidentemente un cambio, pero la gran revolución llegó con los ordenadores: el escritor cambia, borra, corrige en un texto materialmente inexistente reflejado en una pantalla. Al imprimirse el texto, nada queda de los rastros del proceso creador. El escritor interviene por mediación del teclado sobre el texto, donde las tachaduras ya no son necesarias, basta un solo clic para eliminar lo escrito, para corregir ese error tipográfico o para cambiar esa coma que nunca se debió poner. Con los ''Duelos de máquinas de escribir'' queremos restituir a los textos los trazos del proceso de escritura y dotar, al menos por unos días, a los textos del “aquí y ahora”; queremos, en definitiva, restituir a los textos su aura, la “trama particular de espacio y tiempo”, en palabras de Benjamin, “la aparición irrepetible de una lejanía por cercana que ésta pueda hallarse”.

Durante cuatro semanas, en las librerías de Barcelona No Llegiu (Carrer Pons i Subirà, 3) y Malpaso (Carrer Diputació, 331) en miércoles alternos, dos escritores se enfrentarán a una máquina de escribir, símbolo de ese proceso creativo que el ordenador ha hecho invisible. Durante dos horas los escritores se “pelearán” ante un teclado que no permite borraduras: los textos serán mecanografiados y todas las correcciones y modificaciones se harán a mano, en los bordes de las hojas, dejando así sobre el papel el trazo gráfico del proceso de escritura, que dejará de ser un acto de la intimidad para mostrarse a los lectores, para hacerse visible en un “aquí y ahora” que no admite reproducción. 

Conscientes, sin embargo, de que la reproductibilidad define la producción artística contemporánea, de los textos mecanografiados y corregidos a mano por los autores se harán 25 copias, que serán sorteadas o regaladas por los libreros a sus lectores. 

Día 15 de marzo a las 17,00 horas, llibreria Nollegiu
Jordi Pubtí vs Pablo Martín Sánchez 

Día 22 de marzo a las 17,00 horas, Malpaso lliberia
Llucia Ramis vs. Álvaro Colomer

Día 29 de marzo a las 17,00 horas, llibreria Nollegiu
Marina Espasa vs. Jordi Nopca

Día 5 de abril a las 17,00 horas,  Malpaso llibreria
Toni Hill vs Juan Vico

Durante el duelo se podrá visitar a los autores y pedir ejemplares de sus libros firmados. 




   
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