Estas Jornadas, que nacieron en el año 2019, intentan abordar distintos aspectos de nuestra vida desde el punto de vista de la Literatura y la Filosofía. En su primera edición fue el Amor en su concepción abstracta, el año pasado la narrativa de los videojuegos y sus fuentes de inspiración y en esta edición las fake news como instrumento de manipulación. La escritora y abogada Marga Iriarte es la coordinadora de las Jornadas y con ella hemos hablado de Verdad y Posverdad.
¿Por qué dedicar las Jornadas a la Verdad y la Posverdad?
Este año pretendemos acercarnos a la mentira, en la actualidad también denominada posverdad, término que hace referencia a una modalidad de mentira que somete el relato de los hechos a la disposición de intereses políticos y económicos. Es preferible para determinados intereses, crear emociones: corrientes de simpatías, adhesiones y odios antes que informar de los hechos con objetividad. Las fakes, la posverdad tiene su contrapunto en la Verdad, pero hemos de llegar a un acuerdo sobre qué es la Verdad y qué es la Mentira y su nuevo rostro: la Posverdad. De eso tratan las jornadas de este año. Raimon Arola, Concha Fernández Martorell y Pere Montaner nos conducirán por estos intrincados caminos: los relatos mitológicos, las religiones, las corrientes filosóficas en búsqueda de la Verdad, pero sin olvidar la ficción literaria como territorio de mentiras que alumbran verdades.
¿La Filosofía y la Literatura nos pueden ayudar a discernir la Verdad de la Posverdad?
La filosofía y la literatura son los mejores instrumentos para dar a nuestra mente la oportunidad de pensar. La lectura requiere atención y tiempo para comprender lo que leemos. No podemos tener criterio y espíritu crítico si vivimos en la ignorancia, leer implica conocer otros puntos de vista e interrogarnos sobre nuestro propósito en este mundo.
Estamos en un momento, seguramente no muy distinto de otros en épocas pasadas, en el que la propaganda de masas es omnipresente. La diferencia en la actualidad es la tecnología, tan poderosa que cuesta cada vez más distinguir realidad de ficción interesada para obtener un beneficio determinado. En el filo de la cordura y de la esclavitud mental, necesitamos instrumentos que nos ayuden a reflexionar. No es que pretendamos erigirnos en estandarte de la Verdad, sino detenernos para observar adónde nos conduce la insustancialidad que proponen redes sociales y comunicación de masas.
Un ejemplo…
Se me ocurre, por ejemplo, las elecciones, los votos frente a propuestas políticas populistas, pongamos el Brexit. La creación emocional, la exacerbación del sentimiento para volver a ser la Gran Bretaña, retornar el viejo imperio aislado del continente, produjo una euforia nacionalista que dio el voto a la ruptura. Hoy vemos los resultados desastrosos del sí. Una información veraz, con debates abiertos en los que los interrogantes, al estilo filosófico, fueran más importantes que las respuestas cocinadas desde los despachos, habría provocado la disipación de esa fantasía que los británicos, por desgracia, pagarán muy cara.
¿Y los mitos también nos ayudan?
Los mitos construyen una ética frente a las adversidades de la vida, nos ayudan a comprender y aceptar que la vida humana está sujeta a descensos al infierno y que, como los héroes mitológicos, hemos de saber enfrentarnos, a veces sin garantía de salir airosos.
Jornadas de Literatura y Filosofía (on line) 7, 14 y 28 de octubre a las 19,00 horas
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