«Lámina Eliçavet», último libro (penúltimo si consideramos Pucupucu acabado en este 2020), inédito todavía de Orlando Guillén, da su nombre a una infrecuente colaboración artística padre/hijo que se expresa ahora como un proyecto de edición de autor plástico y lírico. Si bien existe (aunque no ha circulado) una edición artesanal de 33 ejemplares de Rey de bastos en forma de libro objeto elaborada ex æquo entre el poeta y el pintor mexicano Orlando Díaz, y El viejo del amor ostenta la partitura de un prólogo musical del artista catalán Feliu Gasull, estas espléndidas muestras de fusión espiritual de artes distintas no son propiamente antecedentes de este proyecto por cuanto la relación paterno/filial lo convierte obra de amor compleja y única. Una primera muestra de su singularidad es que ha triplicado el original: a petición del hijo pintor el poeta padre ha puesto en prosa el poema para allanarle la inmediatez de la comprensión que la densa intensidad del verso dilata en obvio de sus demás virtudes, y esta versión prosada ha servido de base para el libreto de la expoperformance Te vaçilé, animal.  

A diferencia de un prólogo musical a un libro de poesía que es, por naturaleza en abstracta realidad sonora  metafísico y metapsíquico en vuelo sensorial y sensacional en arco de espíritu, o de una ilustración pictórica creadora abierta de pujanza puntual en trazo y colorido en verso detenido y encantado y en consecuencia resuelto en imagen pura, el prólogo plástico a «Lámina Eliçavet» es una lectura en diversidad de mundos pero en aceptación de lo otro como lo mismo humano; o sea: una ‘deslectura’ dialogal de artes enamoradas; ello propicia una factura plástica en libertad de vuelo que entra en la poesía y desentra en la metáfora como símbolo de absoluto, y así bifurca en imagen otra lo mismo que la poesía, y como ella se alcanza infinita en el punto de universo donde toda obra de creación es metáfora separada de unión inseparable e insurge encuentros de espiritualidad manifiestos. 

Los encuentros entre ambos artistas para este propósito son reales como las metáforas. Reales como el viaje del pintor de México a Barcelona en fase previa y decisiva para la creación de las 12 láminas que constituyen el prólogo plástico al poema, desde luego real también, realizadas de manera inmediata y perentoria en  el mes de abril (2019) durante la residencia de artista del pintor en Art House Holland, en Holanda. Finalmente, más allá del interés de las partes por mantener una colaboración de tanto fruto, la importancia de este proyecto que pretende financiarse en voluntad de edición del resultado como libro de arte único con el producto de la venta de las láminas originales, es de destacarse el hecho de que acaso sea irrepetible dada la edad del poeta que ya sólo escribe a sus 74 años largos en el aquí de lo que es y lo que vuelve en las orillas de la vida, desde lejos en plenitud de arte y oficios de despedida enamorado.