El 2 de abril es el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, una efeméride que recuerda la importancia de la lectura en edades tempranas y un buen momento para realizar actividades para que los niños dejen volar su imaginación a través de la literatura.

El 2 de abril de 1805 nacía Hans Christian Andersen en Odense (Dinamarca), en una familia muy humilde. Su padre era zapatero, su madre lavandera. Ese niño con pocos recursos, que en ocasiones tuvo que mendigar para poder comer, plasmó su creatividad en relatos infantiles que acabaron teniendo fama mundial: El soldadito de plomo, El patito feo, La princesa y el guisante, La sirenita, El traje nuevo del emperador… ¡Quién no ha leído alguno de estos cuentos!

Andersen es recordado por toda la humanidad como uno de los autores que más ha contribuido a la lectura de los más pequeños. Por este motivo, en 1967, la Organización Internacional para el Libro Juvenil (IBBY por sus siglas en inglés) decidió homenajearle y proclamar la fecha de su nacimiento como el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil.

El autor danés escribió sus famosos relatos para escapar de su dura realidad, pero los lectores recibieron a través de sus líneas aprendizajes, críticas sociales o incluso pudieron sentirse identificados con algunos de los personajes. La lectura es fundamental para ampliar el conocimiento, asomarse a otras costumbres o incluso, en edades tempranas o adolescentes, encontrarse con uno mismo.

Los últimos datos del Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2023, publicado recientemente por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), confirman que los jóvenes españoles son el segmento de población con un mayor hábito lector. En esto han contribuido sus familias, ya que en el 76,3 % de los hogares con niños menores de 6 años, los padres leen a sus hijos.

Este hábito se establece definitivamente en las siguientes franjas de edad. El 86 % de los niños de entre 6 y 9 años leen habitualmente en su tiempo libre, igual que los adolescentes de entre 10 y 14 años.

A pesar de que los jóvenes son los que más leen, varios estudios alertan de un problema de comprensión lectora. Expertos reunidos en la pasada edición de Hay Festival Segovia culparon de esta situación a las redes sociales. 

En una mesa redonda, organizada por CEDRO en este festival el pasado 15 de septiembre y titulada ¿Cómo leen los jóvenes?, escritores y editores reflexionaron sobre la influencia de las redes sociales en sus hábitos de lectura y coincidieron en reconocer su contribución a un retroceso en los niveles de comprensión lectora y un déficit en la capacidad de atención de los jóvenes por los continuos estímulos.

Incentivar la lectura desde el inicio es sembrar una semilla que crecerá con el tiempo. La escuela y la familia son los dos núcleos de referencia inicial para cualquier ser humano y su papel en el desarrollo y aprendizaje de los pequeños es fundamental.

Realizar actividades con la lectura, habituar a los pequeños a o crear jornadas placenteras de lectura en familia harán que los libros, lejos de ser una obligación, sean una buena alternativa de ocio.

Durante el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil son muchas las propuestas que se fomentan desde las bibliotecas municipales o cuentacuentos callejeros impulsados por concejalías de Cultura o en centros culturales. 

Se pueden hacer comentarios sobre los libros que han marcado la infancia o formas de fomentar la lectura en redes sociales a través de la etiqueta (hashtag en inglés) #DíaLibroInfantilyJuvenil. 

La mejor iniciativa, en todo caso, sería volver a leer el libro que, siendo niños, nos abrió las puertas de la imaginación, el aprendizaje y la reflexión para aprender a ser adultos. 

¿Cuál fue el tuyo?

CEDRO