Domingo, 22 de diciembre de  2024



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Revistas Feministas: De Vindicación a Pikara
16/5/2024



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Hace casi 50 años nacía Vindicación Feminista, la revista que fundó Carmen Alcaide y Lidia Falcón en 1976, en la transición, para luchar por los derechos de las mujeres. Vindicación marcó un hito en las publicaciones y en el movimiento social y, aunque su trayectoria fue breve -se publicó hasta 1979- su influencia social y en el periodismo de nuestro país fue trascendental. Varias publicaciones han seguido su estela y una de las revistas actuales que representan ese periodismo feminista combativo y valiente es Pikara.



La Asociación Colegial de Escritores de Cataluña (ACEC), con el patrocinio de Cedro y en colaboración con ACE, organizó un encuentro para recordar ese periodismo feminista de la transición, que fue tan importante para lograr algunos de los derechos que actualmente gozamos las mujeres, y contrastar las diferencias y semejanzas con las revistas feministas del siglo XXI. En la charla participaron la periodista Teresa Villaverde, del equipo de coordinación de Pikara, y la fotógrafa Pilar Aymerich, quien formó parte del equipo de Vindicación.


El lugar elegido fue La Ciba de Santa Coloma de Gramanet, uno de los equipamientos punteros de nuestro país dedicado al debate sobre las políticas de género, al emprendimiento y la formación de la mujer, en el que se presta especial atención a ayudar a las víctimas de violencia machista. Santa Coloma de Gramanet es una ciudad del extrarradio de Barcelona que tiene una gran tradición asociativa y de lucha obrera y feminista desde tiempos de la dictadura, tal y como recordó la teniente alcalde, Cristina Vargas, en su discurso de bienvenida.


La escritora y miembro de la junta de la ACEC, Marga Iriarte, inició la charla explicando la voluntad de la asociación de reivindicar con distintas actividades a escritoras y periodistas feministas olvidadas por el rodillo de la Historia. El acto “Cartografía feminista. De Vindicación a Pikara”, que se celebró el pasado jueves, perseguía este objetivo, poniendo el foco, en esta ocasión, en las revistas feministas.


Pilar Aymerich, Premio Nacional de Fotografía, abrió la conversación proyectando en la gran pantalla imágenes de algunos momentos claves en la lucha feminista que Vindicación recogió en sus páginas y en los que Aymerich estuvo presente con su cámara. Uno de ellos fue las jornadas catalanas de la mujer (Jornades catalanes de la dona) celebradas del 27 al 30 de mayo de 1976 en el paraninfo de la Universidad de Barcelona que “supusieron el inicio del movimiento feminista en Cataluña. Contábamos que seríamos unas 300 personas y en tres días pasaron 4.000”, explica Pila Aymerich. También se pudieron ver fotografías de la prisión de mujeres de la Trinidad de Barcelona, entre las que Aymerich destacó una de unas jóvenes reclusas en el patio de la prisión: “una de esas chicas estaba condenada a 30 años por haberse hecho un aborto. Ya llevaba ocho años en la cárcel”. Otras imágenes eran de manifestaciones, en una de ellas se leía el cartel “Yo también soy adúltera” porque, aunque estamos hablando de hace tan solo 50 años, las mujeres eran juzgadas por adulterio; por supuesto, no los hombres.


Las fotografías de Pilar Aymerich reflejan una sociedad que acababa de salir de un periodo oscuro: la dictadura, en el que unas mujeres se rebelaban contra el sometimiento al sistema patriarcal. En ese contexto la revista Vindicación Feminista fue una luz en un erial donde las revistas que se dirigían a las mujeres tenían como único fin perpetuar el modelo del “ángel del hogar”, como denominaba Virginia Woolf, al estereotipo de mujer cuyo destino era el matrimonio, la maternidad y el cuidado de la casa. En Vindicación se reclamaba el divorcio y el derecho al aborto, entre otras cuestiones básicas para la liberación de la mujer. Periodistas y escritoras como Ana María Moix, Montserrat Roig, Carme Riera… se jugaban su físico y, en muchas ocasiones, su dinero para contarlo.


Explicó también Pilar Aymerich que una de las pocas veces que ha hecho fotografías con la cámara oculta fue en el Patronato de protección a la mujer. “Era imposible entrar en el patronato, era como un búnker, con rejas, era como una cárcel. Al final, entré haciéndome pasar por una periodista del Opus”. Sus fotos ilustraron el número “Patronato de protección de la mujer: fábrica de subnormales”. Ese número fue secuestrado durante cuatro meses por la justicia de entonces.


Actualmente, el contexto social es muy distinto al de los años 70, pero cuando Teresa Villaverde cuenta qué contenidos se tratan en las páginas de la revista Pikara, comprobamos que algunos de los temas que se debatían entonces siguen estando en el centro de discusión, como por ejemplo el aborto. “He rescatado esta oda a Gallardón porque en 2014 quiso echar para atrás la ley del aborto voluntario. Todavía hoy, ahora mismo, estamos participando en una iniciativa ciudadana europea para blindar el derecho al aborto en la Unión Europea”. También hay nuevas cuestiones que se han incorporado al debate como leemos en el primer número en papel de Píkara: ¿Será niño o niña? Donde se habla de criaturas intersex, de sexo, de género…


Internet y las redes sociales han obligado a que los medios se replanteen el modelo. Pikara, por ejemplo, combina la edición digital con algunos monográficos o anuario en papel, pero el problema de la subsistencia sigue siendo tan difícil como antes. Vindicación Feminista fue una revista que llegó a tirar más de 30.000 ejemplares y logró gran prestigio, pero no consiguió un apoyo económico. Sus propietarias tuvieron que endeudarse con los bancos, pedir dinero a los amigos e ingeniárselas de mil maneras para poder publicar la revista. Las empresas no se anunciaban, como afirma Pilar Aymerich: “ningún medio, ninguna empresa quería anunciarse en una revista feminista. Era mentar al diablo “. Tampoco cuajaron las suscripciones: consiguieron solamente 185. Además, tenían que lidiar con la censura y las presiones políticas.


Teresa Villaverde afirma que  en Pikara “no reciben presiones políticas directamente, pero sí ha habido una ofensiva mediática contra el Ministerio de Igualdad e Irene Montero que de refilón les ha tocado”. También habla de que el modelo de suscripción les funciona; lo que ya supone un gran avance, pero sus inicios, en el 2010, tampoco fueron fáciles “se tiraba muchísimo de colegas, no se tenía local, familiares y amigos iban a ayudar a hacer paquetes para el envío del anuario, y suerte que el crowfunding, hasta 20218, ayudó muchísimo a poder financiar anualmente el papel, pues después se disparó su precio”.


Durante la charla se evidenció que se han hecho importantes logros pero que todavía falta mucho por andar y que es necesario recordar a las que nos allanaron el camino para llegar hasta aquí y saber cómo lo hicieron. Como afirmó Pilar Aymerich: “La represión también es el olvido, no hablar de nuestros referentes, y no pensar en que hubo detrás de nosotras una serie de movimientos que hicieron y hacen avanzar la sociedad”.

 


   
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