Domingo, 22 de diciembre de  2024



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"El cuerpo es una metáfora"
14/8/2013



(Foto: Diario Político y Literario)
 

¿Crees que un escritor que no se adapte a lo que pide el mercado tendrá obstáculos enormes para publicar?
Sí, verdaderamente, así lo creo; pero también creo que el/la escritor/a debe elegir entre el camino de complacer los (supuestos) gustos de un público imaginario y la voluntad de escribir lo que él/ella desea por razones de impulso creativo. Sólo si elige esta segunda opción sus textos son auténticos, y sólo estos pueden tener la categoría de “geniales”. Toda manifestación artística –también la escritura creativa- debe ejercerse en total libertad, sin exigencias ni coacciones de nadie, para poder desarrollarse como arte. Pienso en la discusión entre Aschenbach, el protagonista deMuerte en Venecia, y su amigo en la novela sobre la moralidad del arte, es un diálogo genial, que refleja lo que quiero decir.

¿Copyright, copyleft o creative commons? ¿Qué opinas sobre los derechos de autor? ¿Te parece bien que el plazo general de explotación de una obra sea la vida del autor y setenta años después de su muerte?
Ignoro cuál es mejor de los tres. El problema es que me gusta tanto escribir que, por falta de tiempo, desatiendo informarme sobre mis derechos y ventajas o desventajas como escritora. En cuanto a lo del período de explotación de la obra de un/a autor/a nunca he pensado en ello. Pero se me ocurre que, una vez muerta, ya nada ha de importarme. Sí que me parece bueno que los primeros descendientes de una sean aún los/as herederos/as de los derechos; más allá de esta primera generación, ya la cosa se diluye…

El nombre de un pintor famoso. El nombre de un diseñador web o creativo famoso.
Pintor: El Bosco, me parece genial, tanto su capacidad de imaginación –muy adelantado a su tiempo; parece surrealista- como su técnica pictórica. Un diseñador web o creativo (famoso): Gerard Ávila, todavía no es muy famoso, pero lo será; estoy segura. Es genial. 

Una reflexión sobre el fenómeno Apple.
No  puedo responder a esto. No estoy al día. 

El último libro que has leído.
Bueno, como crítica literaria, leo muchísimo. El último-último ha sido Un vida al filo del holocausto, que en formato de una entrevista, Jaime Vándor nos cuenta su vida -sobre todo su infancia- como judío en los terribles años del nazismo, sus primeros años en Viena, luego Budapest y después en Barcelona. Como novela estoy terminando ahora Llop entre llops, del alemán Hans Fallada, aunque no me parece una buena novela, más bien bastante mediocre, y como poemario Al calor de los errores, de Alfonso Levy. También he leído muy recientemente Suad, una novela juvenil de Lorenzo Silva y Noemí Trujillo, de la que he hecho una reseña, me ha gustado mucho, es una prosa muy fresca y estoy segura de que la empatía con los/as lectores jóvenes funciona a las mil maravillas.

¿Qué debe tener, a tu juicio, una buena portada?
Creo que debe ser artística. Pero yo  distinguiría entre portadas, en función de si son para un poemario o para una novela, por ejemplo. Las portadas de los poemarios me gustan parcas, sencillas, que insinúen, que apunten solamente, que sugieran, mientras que las de una novela pueden ser mucho más explícitas. Pero todas las portadas, en tanto que son la tarjeta óptica de presentación de un libro, deben resultar atractivas, porque es lo primero que llama la atención del/la lector/a potencial.

¿Crees que tiene sentido participar en concursos literarios o que están todos amañados?
En general creo que no tiene sentido participar en concursos literarios. Los importantes están amañados y/o no funcionan como debieran. Como ha dicho recientemente Juan Marsé: Una cosa es la literatura y otra los concursos literarios, no tienen nada que ver. Estoy de acuerdo en lo que respecta a los concursos que ya tienen algún renombre. Otra cosa son los que no tienen pretensiones, de estos se salvan algunos; en tanto que concursos “de provincias” pueden no estar amañados, y es bueno que los haya para los/as escritores noveles, los que comienzan, porque ganar les motiva y ayuda a seguir escribiendo.

Piensas que una obra de arte o un libro vale lo que vale en el mercado o, al contrario, crees que el valor no tiene nada que ver con el precio.
Bueno, es difícil responder a esta pregunta, sobre todo porque el “valor” del libro ha de calcularse en una doble dimensión: el valor material por un lado y el valor espiritual/intelectual por otro. Por supuesto que el valor material debe calcularse en función de la proyección que se haga de la venta que pueda tener en el mercado; como cualquier objeto de comercio está sujeto a las leyes de mercado para que pueda subsistir la editorial y el/la escritor/a, es decir, las partes implicadas en su producción. Pero también está el otro valor, el espiritual/intelectual; ése es mucho más difícil de calcular, porque es subjetivo. E impagable.

El mejor escritor/a del siglo XX. ¿Y del siglo XXI?
No soy capaz de responder a esta pregunta, porque, a pesar de ejercer la crítica literaria y de leer mucho, lo que leo es poquísimo en relación con lo que se escribe en el mundo. Como filóloga alemana que soy, me he dedicado, como profesora, a la literatura alemana y a la crítica literaria de literatura de expresión alemana. Hay un autor vivo alemán que me gusta mucho: Friedrich Christian Delius.

Sobre qué escribirías una novela.
Yo me dedico sobre todo a la poesía, pero he cultivado también algo de novela: una de ellas es una novela coral, en la que intervienen muchísimos personajes, casi todos ellos togoleses –la acción transcurre en Togo, un país de África del oeste-. Mi intención fue que el/la lector/a se hiciera una idea del país, de cómo son y cómo viven sus gentes, son personajes de edades y mentalidades muy distintas, y la novela está escrita en estilo indirecto libre. Su título: Mondomwoué, que es el nombre de una chica adolescente de la etnia kabyé. Después escribí otra, Aquellos años grises –España 1950-1975-, que estilísticamente tiene dos partes muy diferenciadas, la primera la encuadraría yo en algo así como en la categoría de novela picaresca moderna, porque está escrita en primera persona, en un registro de fina ironía; la segunda parte es más seria, más trágica. Como claramente dice el subtítulo, es un retrato de la burguesía media española –la acción transcurre en Barcelona-, desde los años cincuenta hasta la muerte de Franco. Me gustaría escribir aún más novelas, pero quisiera hacer algo formalmente valiente, rompedor, y temáticamente no lo tengo decidido todavía.

¿Avanzamos hacia una cultura feudal? ¿Desaparecerá la cultura tal y como dijo T. S. Eliot en 1948?
Interpreto que te refieres a “cultura” en un sentido elitista, minoritario, porque cultura lo es todo, también lo banal, lo feo, la telebasura es una cultura. Cultura es todo aquello que arraiga y se transmite en una sociedad. En este sentido siempre habrá cultura, porque es inherente a la vida y a las sociedades humanas. Otra cosa es qué tipo de cultura. Como se echa de ver desde hace ya muchos años, nuestras sociedades –al menos lo que llamamos “sociedades occidentales”- tienden cada vez más a lo superficial, a lo material, a la desespiritualización, a la desvalorización. Pero también pienso que precisamente este extremo materialismo se hará insoportable y, con suerte, puede que toque a su fin; entonces podríamos hablar de una revalorización social. Ésta es mi esperanza.

¿Seguiremos leyendo en papel dentro de diez años? ¿Compras eBooks? ¿Cuál debe ser el precio del eBook?
Yo creo que dentro de diez años seguiremos leyendo en papel, pero la pregunta es ¿quién lo hará? Supongo que las generaciones mayores; los jóvenes tienden a los libros en otros soportes, y creo que acabarán imponiéndose. Si imagino un futuro algo más lejano, creo que en papel se imprimirán sólo libros preciosos, aquellos que quieran ser “objeto-obra de arte”, que contendrán ilustraciones, textos y otras manifestaciones artísticas. En cuanto a cuál debe ser el precio del eBook, ni idea. Esto deben calcularlo los que producen los eBooks en función de los lectores potenciales que imaginen. Una vez calculado el precio para que sea sostenible la producción, siempre he pensado que deben ser lo más asequibles que se pueda, que pueda adquirirlos cuanta más gente mejor.

Cómo te sientes cuando lees el titular de que 400 millones de niños viven esclavizados trabajando en la elaboración de productos que se comercializan en Europa y el resto de Occidente.
Impotente y desorientada. Pero el mundo –y aquí sí que me refiero a todo el mundo- va cada vez más en esta dirección. La idea de los estados nacionales ha quedado obsoleta, debemos pensarnos en otro tipo de organización política, una organización que tenga en cuenta que las acciones de unos/as repercuten en el bienestar/malestar de otros/as, debemos adquirir conciencia de esto y actuar en consecuencia. Pero también quiero decir que hay mucha hipocresía –y ahora me refiero al llamado Primer Mundo, a esas sociedades llamadas “occidentales”-, que se rasgan las vestiduras cuando oyen o leen que un/a niño/a trabaja “en alguno de esos países exóticos y desalmados”. Respecto a este tema hay que diferenciar: muchos/as niños/as africanos/as trabajan para ayudar a sus familias y, si trabajar algo no les impide ir a la escuela ni jugar, es decir, si no les quita su infancia, no está mal que lo hagan. También aquí en España ha sido habitual, hasta hace muy poco tiempo, que los/as niños/as ayudaran a la economía familiar. Y ello no es malo, al contrario; quizá debiéramos preguntarnos si no somos los/as de aquí, la gente de este “Primer Mundo”, quienes actuamos mal y sobreprotegemos y malcriamos a nuestros/as niños/as. Yo estoy convencida de que lo hacemos.

Eurovegas, ¿a favor o en contra?
¡Buf! En contra, por supuesto. No soporto estos ambientes, son toda una metáfora, una metáfora que encierra todo aquello de lo que no quiero ni oír hablar.

Consejos para sobrevivir al despido. ¿Tiene futuro el oficio de escritor? ¿La poesía también se vende?
Consejos para sobrevivir a lo que es una desgracia son difíciles, pero yo diría que siempre ha de salvarse algo de cualquier situación, aunque sea muy negra y negativa. Yo diría que mi consejo es ver el despido como una oportunidad, oportunidad de encontrar algo mejor, de trabajar en algo mejor, de reconducir la vida de uno/a. El “oficio” de escritor/a no creo que tenga mucho futuro, como nunca lo ha tenido. Vivir de la literatura viven pocos, esto siempre ha sido así, también en el pasado. Pero escritores siempre los/las habrá, porque escribir es un gusto, una pasión que algunas/os tenemos, y esto es inevitable; si se tiene, se tiene, por suerte. La poesía –como también cualquier otro género literario- “se vende” cuando alguien la lee, aunque este alguien nunca la haya comprado. Cuando alguien lee lo que otro/a ha escrito, el texto –el texto que ha nacido para ser publicado, claro está- ya ha encontrado su media naranja, ha cumplido su objetivo. A veces creo que es mejor que la poesía no se venda, en el sentido literal de la expresión, porque ello evita que quienes escribimos poesía “nos vendamos” en el sentido figurado, es decir, que profanemos la poesía.

¿Qué piensas de las declaraciones de Rosa Regàs, en su blog Hablan las mujeres, cuando dice que la cultura en este país es hombruna, machista y discriminatoria? ¿Estás de acuerdo? Repasemos el número de hombres que han ganado el premio Cervantes (35) y el número de mujeres (3) de 1976 a 2013.
Bueno, los números cantan; pero no es solamente en el ámbito cultural, es en todos los ámbitos. En Cataluña hay una iniciativa de mujeres que trabajan en los distintos aspectos de la cultura, que se han unido para combatir ese machismo e intentan que se haga más visible la mujer en un ámbito en el que, paradójicamente, somos nosotras quienes predominamos.

Palabras que definen el siglo XXI.
Materialismo y fundamentalismos.

El producto del año.
Seguro que alguna consola o móvil de últimísima generación.

¿Existe otra salida laboral que no sea el autoempleo?
Sí, de momento, pero cada vez en condiciones más precarias.

¿La bolsa o la vida? ¿Hemos perdido el sentido del humor con esta crisis? Toda Europa parece deprimida.
Bueno, con razón. Que un 60% de los/as jóvenes españoles esté en paro no es precisamente un dato optimista. Estamos hablando de jóvenes, que conforman el futuro de un país. En otros países europeos la cosa no es (aún) tan grave, pero todos han ido a menos…

¿Por qué una y otra vez se utiliza el cuerpo de la mujer para anunciarlo todo?
El cuerpo es toda una metáfora, sobre todo sexual y sensual. Hay mucho erotismo en el cuerpo, y al menos desde Freud sabemos que el sexo –seguro que se sabía antes, pero quizá no se había teorizado sobre ello- es el motor de la vida. ¿Cómo va a desperdiciar esto la publicidad? ¡Ni se le ocurre! ¿Desde cuándo la publicidad se plantea desde la moral o la ética? Es un oxímoron. Lo que sí llama la atención es que sea mucho más el cuerpo de la mujer el que se explote publicitariamente: ¿es que sólo compran los hombres? Yo diría que sucede más bien lo contrario: las estadísticas dicen que somos las mujeres las que más nos dedicamos a comprar… Entonces, ¿cómo se explica? Pues no lo sé. Aunque reconozco que, en este sentido, hemos ganado mucho las mujeres como destinatarias del deleite en el cuerpo masculino: ahora hay también muchos anuncios que trabajan con el erotismo en el cuerpo masculino. ¡Ya era hora! Ha sucedido con esto algo parecido a lo que ha pasado con la literatura erótica escrita por mujeres: ahora ya hay autoras que se dedican al género: ¡por fin!

¿Cuáles son los referentes de nuestra cultura? ¿Qué te dicen las palabras: pasarela, cocina, fútbol, poesía?
“Pasarela”: el negocio de la moda, al que en mi opinión se le da demasiada importancia; es un reflejo del materialismo en nuestra sociedad. “Cocina”: me sugiere algo bueno. Hay mucha cultura positiva en la cocina de cualquier pueblo o sociedad, y la gastronomía es uno de los grandes placeres de la vida. Hay que fomentar los placeres. “Fútbol”: nunca me ha interesado directamente, aunque debo reconocer que ahora me interesa algo más, pero también sé que lo que me atrae del fenómeno no es tanto el fútbol en sí, como valores que vienen o han venido añadidos a la visión conjunta de un partido: compartir una emoción, encuentro familiar, buen rollo y buen ambiente con los/as amigos7as… Aunque siempre he pensado que es un enigma la razón que mueve a tanta gente; es un fenómeno digno de un estudio antropológico, que, por otro lado, ya se ha hecho. “Poesía”: qué voy a decir: es la esencia de la vida, poesía no lo es sólo la que se escribe. Es una manifestación de la más depurada espiritualidad. Pero no quiero que se me malinterprete. Debo aclarar que soy atea.

¿Somos todos víctimas de un gran fraude político, económico, intelectual? ¿En qué medida hemos contribuido nosotros mismos a este fraude?
Sí, somos víctimas de estos fraudes, pero también culpables; no todo el mundo, individualmente considerado, claro, pero sí, si hablamos en general: hemos descuidado la verdadera democracia cuando creemos que por ir a votar ya hemos cumplido y no intervenimos en el debate público de temas que nos conciernen a todos/as, por ejemplo. Otros/as ni siquiera han ido a votar: si se quiere expresar disconformidad con las organizaciones políticas, existen otros caminos, no podemos desentendernos de las fórmulas de convivencia. Si no nos gustan las que tenemos, debemos cambiarlas, o al menos intentarlo. En cuanto a la economía: por supuesto que los bancos han creado esta crisis, pero ellos no han sido los únicos culpables; quienes aceptaron las hipotecas basura también lo fueron; cayeron en la trampa de esta publicidad que encumbra lo material y se dejaron encandilar por una vida a la que no podían dar respuesta económica, una vida muy por encima de sus verdaderas posibilidades. Y desde luego las instituciones políticas también han sido responsables de tal desaguisado: los diputados en el congreso, los legisladores, deberían velar porque las leyes hicieran imposible lo que sucedió.

Escribir, diseñar, ilustrar, editar. ¿Por qué? ¿Para quién?
Contesto a “escribir”, que es lo mío: pues escribir por muchas razones: por y para mí misma, pero también para otros/as; ¿Por qué privar a alguien de los textos de una, si a lo mejor le aportan algo?

¿Dónde crees que está ubicado el editor? ¿Mecenas o empresario?
La alternativa me parece un error; yo diría que un/a editor/a es, en primer término, alguien que quiere y debe subsistir con su trabajo, en este sentido es un/a empresario/a. Pero también creo que la edición es una de esas profesiones que, para tener éxito, requieren vocación. Y la vocación implica una porción de “mecenazgo” en el sentido de que la toma de decisiones de qué se publique o qué no no deben obedecer únicamente al criterio del negocio y el beneficio máximo. Debe haber ahí un criterio fundamental de calidad –que no siempre va unido a beneficio máximo y a menudo ni siquiera a beneficio-, una voluntad de crear y fomentar cultura literaria, que cada vez escasea más, por no decir que prácticamente ha dejado de existir en el mundo editorial de la actualidad. Huelga decir que la excepción confirma la regla, claro.

A qué estás suscrito.
A muchas revistas literarias on-line y en papel, y a varias ONGD, con las que trabajo.

¿Qué le dirías a Lucía Etxebarría cuando el 22 de marzo dijo que “Ganaba menos que una asistenta” y que por la escritura de su último libro, El contenido del silencio, ha cobrado menos de diez euros por hora invertida en escribirlo? (Fuente: La verdad.es/ Murcia)
Comparaciones de este tipo no son deseables, desde luego, porque quien habla admite que el otro término de la comparación, que cobra un sueldo de miseria, lo cobra justificadamente. Siempre he creído que todo el mundo, se dedique a lo que se dedique, debe recibir un sueldo digno que le permita vivir dignamente, no sólo físicamente. De modo que la comparación no me parece feliz, por decirlo suave. Por el mismo argumento que he aducido me parece un escándalo la desproporción entre las horas de trabajo y el pago recibido. Pero hasta a esta situación le saco yo la punta optimista: como he dicho antes, si no puedes vivir de la literatura, tienes más difícil sucumbir a la tentación de venderte.

Tu poema preferido.
Imposible decidirme por uno.

Un blog o una web que recomendarías.
Pues mi blog, ¿por qué no? Y es que yo “no tengo abuela”, como se dice de quien se quiere a sí mismo/a: aquí tenéis mi dirección (y gracias por visitarme): http://annarossell.blogspot.com.es/.

Cuánto tiempo inviertes al día en atender el correo electrónico y las redes sociales.
Imposible saberlo, nunca lo he cronometrado, pero mucho, muchísimo tiempo. Cuando trabajaba en la Universidad y no estaba trece horas al día sentada ante ordenador, sino “sólo” lo que se consideraba “normal” para despachar el correo (aparte los trabajos de investigación, publicaciones y preparación de las clases y seminarios, claro está), recuerdo que le tenía pánico al momento de encender el ordenador: los correos se me venían encima y yo me veía –plásticamente- enterrada en el fondo de la gran montaña de ellos, que me ahogaban a mí, aplastadita por el peso de toneladas. Psicológicamente, y por supuesto físicamente, era insoportable. Me quedaba siempre la angustia de no poder gestionar lo ingestionable, pero que se me pedía que gestionara…, un horror… . Ahora trabajo todas las horas sentada ante mi ordenador y tengo el correo constantemente encendido, por lo cual lo voy despachando paralelamente a los demás trabajos, pero son muchos, muchísimos los que recibo diariamente. Por ello, cuando me levanto unas horas y dejo de trabajar con la pantalla, al volver a encenderla, me invade de nuevo una sensación cercana al pánico.

¿Nos hemos convertido en hombres y mujeres 3G?
Creo que sí. Aquí, claro; no en todo el mundo.

¿Cómo integrar lo creativo y lo sustentable?
Imaginación al poder…

¿Qué empresa tiene sentido en un país cuya mayor industria es el fútbol?
Creo que muchas. Tampoco hay que exagerar.

¿En el sector editorial hay más preguntas que respuestas respecto al cambio cultural que estamos viviendo?
Creo que sí, pero las preguntas siempre se refieren al futuro; el presente es el presente, y en el presente viven las editoriales, las que lo son y las que así se llaman, aunque en realidad son sólo “servicios de imprenta” (a veces incluso malos o muy malos). Curiosamente, en los últimos años surgen editoriales pequeñas hasta de debajo de las piedras, y es porque hoy día hay mucha autoedición, de la que se encargan estas nuevas “editoriales”, que cubren gastos en las presentaciones de sus libros, y lo poco más que venden es su beneficio. Así viven muchas, pero esto no son editoriales verdaderas. Por esto no tienen ningún interés en la distribución. Una vez publicado el libro, van a por el siguiente.

Crowdfunding, libros electrónicos con publicidad añadida, narrativa transmedia, ¿hacia qué avanzamos? ¿está en crisis el escritor tradicional?
Está en crisis, seguramente, pero “crisis” entendida como “oportunidad”, como cambio de procedimientos. Si cambia el concepto de editorial, ha de cambiar forzosamente el de escritor/a, no tanto en su modo de escribir como en el modo de comportarse a la hora de la promoción de su obra. Pero yo creo que el concepto de editorial, en el sentido de verdadero profesional, es posible que se recupere; las otras “editoriales”, a las que antes me he referido, no lo son verdaderamente. Quien trabaja bien, medra, o acostumbra. Y precisamente, al quedar menos de los/as que trabajan bien, más posibilidades tienen de medrar quienes lo intenten.

¿Se va a imponer la venta de contenidos digitales por capítulos?
Puede ser, ya sucedió cuando se inventaron los diarios: las novelas se publicaban por entregas.

¿Cómo plantarle cara a Amazon?
Imposible. Bueno, se le podría plantar cara si el mundo frena el ritmo vertiginoso al que se encamina hacia una sociedad esclavista. Amazon actúa como empresa negrera, sus trabajadores son esclavos. No se puede competir con esto, a no ser que quien lo haga actúe del mismo modo. Y, claro, no es precisamente deseable.

¿Crees que leer dejará de ser un ejercicio en solitario y se convertirá, cada vez más,  en una actividad social, en algo que comparte el escritor con los lectores?, ¿crees que, cada vez más, los lectores pueden pasar a formar parte del libro?
No es un factor nuevo. Recuerdo haber leído en alguna parte que Eça de Queiros ya integraba a sus lectores (o la opinión de sus lectores) en sus novelas, que publicaban por entregas los diarios. Y estamos hablando del siglo XIX.



   
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