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Eduardo Mendoza gana el premio Princesa de Asturias de las Letras: “No me dejan jubilar
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Eduardo Mendoza gana el premio Princesa de Asturias de las Letras: “No me dejan jubilar
  16/5/2025



E l escritor suma un nuevo galardón a su carrera, que también cuenta con los premios Cervantes o Ciutat de Barcelona


A Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943), los premios siempre le pillan fuera de casa. Paseaba por Londres cuando le concedieron el Cervantes y este miércoles estaba en el médico, “en un control rutinario”, cuando le han llamado para anunciarle que había ganado el premio Princesa de Asturias 2025.

“No me van a dejar jubilar tranquilamente. Se lo dieron a Serrat cuando ya se había retirado y se tuvo que poner a cantar otra vez”, ha bromeado un tanto afónico el escritor en la biblioteca Jaume Fuster de Barcelona, tan solo hora y media después de que se hiciera público el anuncio en el Hotel Oviedo Cervantes de Asturias. Allí, algunos estudiantes que preparaban sus exámenes finales han hecho una pausa al ver tantos flashes irrumpir la calma del recinto.

El jurado ha elevado al autor como “un proveedor de felicidad para los lectores” y ha destacado su “conjunto de novelas, que combinan la voluntad de innovación con la capacidad de llegar a un público muy amplio y que gozan de extenso reconocimiento internacional“. También han premiado su prosa, que “engloba tanto la prosa popular como los cultismos más inesperados” y han aplaudido su “sentido del humor y la visión desenfadada y humanista de la existencia”. 

Eduardo Mendoza, en la biblioteca Jaume Fuster de Barcelona, tras ganar el premio Princesa de Asturias de las Letras  Àlex Garcia. Mendoza ha reconocido que es “una gran satisfacción“ que, justo cincuenta años después de publicar la primera novela, La verdad sobre el caso Savolta, que retrata la Barcelona del pistolerismo, ”no me hayan mandado con todos los trastos. Me he dedicado toda la vida a hacer lo que más me gusta, que es escribir y hacer el vago, y al final me lo premian de esta forma”.

El 10 de abril de 2021 sorprendió a los lectores tras declarar a La Vanguardia que se había hartado de escribir novelas y que no creía que fuera a alumbrar ninguna más. Sin embargo, el pasado 2024 protagonizó una argucia de lo más 'mendoziana' y presentó Tres enigmas para la Organización (Seix Barral), en la que unos agentes debían resolver el asesinato de un huésped de un hotel de la Rambla, entre otros asuntos turbios que reflejan la sociedad actual en clave de humor disparatado. Fue la número diecinueve en su bibliografía, en la que tampoco faltan títulos teatrales, de viajes o de no ficción.

¿Volverá a publicar novelas? “Todo es un estímulo a estas alturas. Este premio, por supuesto. Dije que me iba a dedicar a otras cosas pero uno lleva tantos años escribiendo novelas que ya tiene una especie de posesión diabólica. No soy yo el que decide“. Reconoce que, por ahora, no está escribiendo, ”pero podría pasarme en cualquier momento. Como deberes que me he puesto, estoy con recopilaciones de artículos, charlas y seminarios que he dado, pero no descarto empezar una novela de tiros”.

El escritor es “un histórico” de la literatura española, como él mismo ha reconocido en más de una ocasión. “Puedo contar cosas que ya queda muy poca gente que pueda contar”. Entre ellas, que ganó, entre muchos otros, el Cervantes en 2016; el premio Ciutat de Barcelona por La ciudad de los prodigios, que hace un retrato vivo de la evolución de la ciudad entre las Exposiciones Universales de 1888 y 1929; o el Planeta, con Riña de gatos, ambientada en la atmósfera de tensión y conspiración del Madrid de 1936.

Barcelona siempre ha sido su gran escenario aunque, admite: “La ciudad ha cambiado muchísimo desde mi infancia y no la reconocería ni mi padre. Ha pasado de ser poco conocida a un referente turístico que nadie sabe donde va a ir a parar. Pero no solo ha cambiado la ciudad, sino su manera de ver y entender lo que la gente busca, y yo he tenido la suerte de ser un testigo privilegiado”. El autor ve una ventaja el que, durante mucho tiempo, haya vivido fuera, pues eso le ha permitido “ver los cambios con perspectiva y buscar la forma de contármelos a mí mismo”.

Lo hizo con Gurb, el extraterrestre que protagoniza Sin noticias de Gurb (Seix Barral, 2001), seguramente su novela más excéntrica. Entonces narró la Barcelona preolímpica, pero, ¿Qué contaría hoy? Y qué diría la gente si le viera aterrizar con una nave espacial? “Nadie se daría cuenta porque la ciudad ya está llena de alienígenas”.

Algo similar opina de Madrid, que visitó este martes para asistir a un homenaje del también escritor y amigo Manuel Vázquez Montalbán de quien, asegura, también es este premio. “Es colectivo, de toda una generación que ha ido desapareciendo y de la que ya quedamos pocos”. Y cita, entre otros, a Juan Marsé, a Andreu Martín, Juan Madrid o a Alicia Giménez Bartlett, pues, “incorporamos el humor pero, también, la novela policíaca, que no existía en España”. De Vázquez Montalbán recuerda que “habíamos hablado mucho sobre ciudades. Ahora parece que a todas les ha entrado la manía de hacerse la cirugía estética y ponerse bótox”, reflexiona ante tantas obras.

Preguntado por el pacto lingüístico en Catalunya, respondió: “Yo lo que quiero es que haya concordia, buena voluntad, corridas de toros, vino, juerga y fútbol”. Para todos los males, urbanísticos y vitales, el escritor tiene un remedio: el humor. Lo manifiesta de forma constante, con una sonrisa a cada afirmación, por alocada que esta sea, y, también, en sus líneas: “Empecé mi carrera con una novela seria pero luego decidí abrir una sucursal exclusivamente de humor”. Tanto es así, que ha logrado arrancar carcajadas a un público intergeneracional. “El hecho de que algunos de mis libros sean lecturas recomendadas en las escuelas ayuda, pero es una de las cosas de las que me siento más satisfecho, porque creo que he enseñado a leer a varias generaciones'', concluye.

El premio Princesa de Asturias de las Letras busca distinguir la “labor de cultivo y perfeccionamiento de la creación literaria en todos sus géneros”. Aspiraban veinticuatro candidatos, entre los que había dramaturgos, poetas y narradores y muchos de los cuales son escritores en lengua española.

El año pasado fue distinguida en esta categoría la poeta, prosista, ensayista y periodista rumana Ana Blandiana por ser “una creadora radicalmente singular” con una “poesía indómita” y por su “capacidad extraordinaria de resistencia frente a la censura”. En ediciones anteriores el premio recayó en el escritor y traductor japonés Haruki Murakami, el dramaturgo español Juan Mayorga, el autor francés Emmanuel Carrère, la poeta y ensayista canadiense Anne Carson o la escritora estadounidense Siri Hustvedt.

El de las Letras es el segundo de los ocho galardones que cada año concede la Fundación Princesa de Asturias en fallarse esta edición, después de que la pasada semana se concediera el de Comunicación y Humanidades al filósofo y ensayista de origen surcoreano Byung-Chul Han, uno de los pensadores más críticos con el capitalismo, el hiperconsumismo y el exceso de información.


Lara Gómez Ruiz - Lavanguardia




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