Del otro lado
Adriana Hoyos
2/2018
Mirar desde el otro lado de modo permanente, ver –como águila bicéfala- a la vez las dos caras de la moneda. Estar sin estar y no estar haciéndolo de un modo muy presente.
Del otro lado (Huerga&Fierro, 2017) es todo eso y, al mismo tiempo, nada parecido. El poemario de Adriana Hoyos es un compendio de contemplaciones que, juntas, generan una todavía más importante, la contemplación del instante, como si de un misterio se tratara.
El amor –propio y romántico-, la virtud, un mundo que nos es tan ajeno como propio…, son algunos de los temas que desfilan por las casi 100 páginas del libro, con portada de Sara Ortiz Lull, en el que la poeta colombiana afirma:
Mi gesto no alcanza
Mi voz no se acerca
Si el amor está lejos
Sólo existe irredimible
El instante insalvable.
Poemas breves como este son casi sentencias abiertas, entrelazadas con versos con tendencia a la nada. De ahí, la autora pasa, con un orden desordenado, a otros poemas de carácter casi narrativo, donde las imágenes pierden simbolismo en beneficio del tono biográfico. Se podría entender así que Del otro lado es el libro de una mujer que mira su vida desde el otro lado del espejo, que la comprende -aunque no termine de aceptarla- y que la asume, juzga, valora, agradece, desprecia.
La vida que Adriana Hoyos pone negro sobre blanco es como la de todos nosotros. A veces sí, a veces no. Lo que pasa es que ella, para este libro, se va al otro lado, cruza la frontera de sí misma y se expone a su propio juicio. Lo hace en un poemario dividido en cinco partes (A este lado del paisaje, Tierra de nadie, Del otro lado, De alrededores y más allá y Tránsitos) del que, estamos convencidos, el lector no podrá evitar marcar poemas como este:
Despertar lejos de la ciudad
En medio de ninguna parte
Esa fracción de tu mirada
Congelada en el blanco puro
Al extremo mismo de la nada
Todo a mi alrededor es horizonte.
O este otro:
AL ENCUENTRO CON TU SOMBRA
Al extremo mismo de la vida
Mientras el animal baja la mirada
El hombre interroga la oscuridad
Hecho de tiempo y desencanto
Al encuentro con el otro lado
-no todo será tormento-
Quien experimenta la luz del sonido
Se adentrará sin temor en la sombra
Restituyendo la música anterior a la palabra
Donde se decreta irrevocable el tiempo.
compra on line
Volver a publicaciones de socios