Sabadell 1959/Barcelona 2015. Estudió Farmacia en la Universidad de Barcelona, es Certificate in Astronomy and Cosmology por la University of Central Lancashire, Master en Dirección de Empresas MBA por la Universidad Politécnica de Madrid y diplomado en Dirección de Marketing en EADA y en CRM, Marketing Directo y Retail Marketing en ESADE. Fue asociado de la Universidad de LLeida, de la Universidad Ramón Llull (Blanquerna) y de EADA, miembro del Comité Científico del EADA Center of Retail de Barcelona.
 
De formación científica y empresarial, cultivó a lo largo de los años multitud de facetas e inquietudes, dialogando entre lo científico y lo artístico, una sucesión de intensas obsesiones forjadas por un carácter extremadamente inquieto y a veces obsesivo. Clarós era escritor tardío, él decía que accidental. A los 14 años dedicaba los fines de semana a mecanografiar los manuscritos de las obras que su padre iba escribiendo, cientos de páginas de novela y ensayo que le transmitieron lo enigmático y fascinante del acto de escribir. Entonces ya supo que estaba condenado a encontrar el camino del libro y que su vida, movida por su espíritu poliédrico, sería una sucesión interminable de obsesiones y de otras vidas.
 
La poesía de Clarós recoge las inquietudes, sueños, pesadillas, sensaciones y pensamientos llevadas a un espacio fronterizo: la vida secreta de la memoria, la metafísica de la muerte, los contornos de lo invisible, el rastro en el vacío que dejan las ausencias, la trasmutación de los límites, la permanencia del pasado en el espacio, las anónimas obsesiones que continuamente nos conmueven en silencio. Su expresión es una forma de pensamiento, nos encontramos ante la descomposición del instante y del ser, ante una mirada hacia el alma vacía.

Un fondo de contemplación crítica que nace del silencio y traza espacios que sugieren meditaciones sobre la muerte, la soledad, la memoria,  donde esculpe un silencio propio diríase que hopperiano, como si habitáramos un escenario de Magritte donde los elementos flotan inertes e inermes, en el que las cosas que disfrutamos, el sentido de la vida, proceden de la negación y el vacío.