Nació en Granada, en el barrio del Albaicín. Su padre, Augusto Rodrigo, era manchego y su madre, Purificación García de Biedma, andaluza. Realizó sus primeros estudios en la única escuela laica de Granada que existía en la época, la Academia-Colegio de Nuestra Señora del Carmen fundada a principios de siglo por una maestra republicana, Francisca Casares Contreras, Doña Paquita a la que también asistió Tica Fernández Montesinos, sobrina de Federico García Lorca.
Se casó en 1965 con el militante cenetista Eduardo Pons Prades en Granada, Antonina eligió la fecha del 1 de septiembre, día en que nació Mariana Pineda. Después de la boda Antonina y Eduardo viajaron a Madrid y posteriormente a Francia, donde vivieron en Carcasona y Perpiñán. En 1970 recalaron en Barcelona donde Antonina Rodrigo continúa residiendo.
De formación autodidacta, comenzó su andadura literaria colaborando en los diarios Patria e Ideal, donde se encargaba de reportajes puntuales combinando la investigación periodística con la histórica. Años más tarde, comenzó a colaborar con el Diario de Granada y las revistas Triunfo, Historia y vida, Norma, Caracol, Ínsula y Tiempo de Historia.
Como escritora, se inició en 1960 con Retablo de Nochebuena, pero pronto pasó a interesarse por el teatro, el mundo de la farándula y sus protagonistas. De este interés aparecieron su obras Almagro y su corral de comedias (1970), María Antonia la Caramba: el genio de la tonadilla en el Madrid goyesco (1972) y Margarita Xirgu y su teatro (1974).
Su trabajo divulgativo se caracteriza por la profundidad de la investigación de sus personajes en archivos y bibliotecas. Exiliadas, olvidadas, silenciadas, ilustres, perseguidas, anónimas... Por sus manos y su memoria han pasado decenas de mujeres de diferentes épocas, desde figuras reconocidas, como Mariana Pineda, María Lejárraga, Margarita Xirgu, Dolores Ibárruri, María Teresa León, Federica Montseny o María Zambrano, hasta activistas como Magda Donato o Rosario Sánchez Mora, La Dinamitera, pasando por feministas, científicas e intelectuales exiliadas, como Beatriz Galindo, Amparo Poch, María Teresa Toral o Aurora Arnáiz, una de las primeras catedráticas de la Universidad de México, donde llegó exiliada.
De su experiencia en el exilio acompañando a su marido y de las inquietudes que despertó en ella la lucha por la supervivencia de los españoles en Francia tras la derrota de la guerra civil nacieron varios de sus libros, entre ellos Mujeres para la historia. La España silenciada del siglo XX (1979) prologado por la escritora catalana Montserrat Roig, una de sus obras más reeditadas o Mujer y exilio 1939, prologado por Manuel Vázquez Montalbán (1999).
Sus publicaciones han sido traducidas a varios idiomas