Barcelona, 1966. Escribe desde los 15 años, contando con el diario que en aquel momento, era el soporte donde plasmar los sentimientos, las ilusiones, las desilusiones, y dedicó mucho tiempo de su juventud a escribir cuentos para sus hermanos, en unos momentos duros socialmente.

Fue premiada por algunos de sus trabajos en el instituto Cristo Rey de Barcelona, no dejó de sentir la pulsación por escribir. Las letras, el puzle de esos gráficos aparecen en su vida, formando esos relatos que seducen a sus alumnos y a todos los que se acercan a esas hojas impresas. En la universidad, dejó claro su sentimiento plástico, entre sus dibujos y su arte de escribir de nuevo, por recrear situaciones, vivencias, que a la postre le aportaron la creación de una novela, cercana, mediática, y sentida. Internet le abre una nueva puerta a la fantasía, donde su vida real, se mezcla con la ficción, inspirada en los cómics, como el manga, escribiendo y dibujando con pasión y energía. Su vida laboral y familiar la alimenta y le da fuerzas, para afrontar esas batallas que su imaginación recrea y con las que no dejará ya de escribir. Se dio a conocer al gran público, al otro lado del charco con un cuento: “Marta” y más tarde con un conjunto de relatos cortos que fue editado en Argentina por la Editorial El Clé.  Más tarde recopiló la gran mayoría de sus relatos para darlos a conocer en España, bajo el título Sentir las palabras, al que siguió otro, para cerrar ese ciclo: Palabras abstractas: Sentimientos.