Divendres, 22 de novembre de 2024



Castellano  


The New York Times demanda a OpenAI y Microsoft por el uso de obras con derechos de autor en la IA
acec29/12/2023



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Millones de artículos del diario fueron empleados para entrenar chatbots que ahora representan una competencia para el medio de comunicación, según la demanda. 


The New York Times demandó a OpenAI y Microsoft por violación a los derechos de autor el miércoles. La medida abre un nuevo frente en la cada vez más intensa batalla legal sobre el uso no autorizado de obras publicadas para entrenar tecnologías de inteligencia artificial.


El Times es la primera gran organización de medios estadounidense en demandar a las compañías, las creadoras de ChatGPT y de otras plataformas populares de IA, por asuntos de derechos de autor asociados con sus obras escritas. La demanda, presentada en el Tribunal Federal de Distrito de Manhattan, sostiene que se utilizaron millones de artículos publicados por el Times para entrenar chatbots automáticos que ahora compiten con el medio de comunicación como fuente de información confiable.


La demanda no incluye una cifra de dinero exacta. Pero afirma que los demandados deberían ser responsabilizados por “miles de millones de dólares en daños y perjuicios legales y reales” relacionados con la “copia y uso ilegales de las obras de singular valor del Times”. También pide a las compañías que destruyan cualquier modelo de chatbot y datos de entrenamiento que utilicen material con derechos de autor del Times.


El Times aseguró en su demanda que se había acercado a Microsoft y a OpenAI en abril para expresarle preocupación por el uso de su propiedad intelectual y explorar una “solución amistosa”, que posiblemente involucraría un acuerdo comercial y “salvaguardas tecnológicas” a los productos de IA. Pero las conversaciones no llegaron a resolverse.


Una portavoz de OpenAI, Lindsey Held, dijo en un comunicado que la empresa ha “avanzado de forma constructiva” en conversaciones con el Times y que estaba “sorprendida y decepcionada” por la demanda.


“Respetamos los derechos de los creadores de contenidos y propietarios y estamos comprometidos para trabajar con ellos para asegurarnos de que se beneficien de la tecnología de IA y nuevos modelos de ingresos”, dijo Held. “Esperamos encontrar una manera mutuamente beneficiosa para trabajar juntos, como estamos haciendo con muchas otras empresas editoriales”.


Microsoft se negó a comentar sobre el caso.


La demanda podría poner a prueba los límites legales emergentes de las tecnologías de inteligencia artificial generativa —llamadas así por el texto, imágenes y otros contenidos que son capaces de generar después de aprender de grandes conjuntos de datos— y podría tener implicaciones importantes para la industria del periodismo. El Times se encuentra entre un pequeño número de medios que han construido modelos de negocio exitosos a partir del periodismo en línea, pero decenas de periódicos y revistas se han visto afectados por la migración de los lectores a internet.


Al mismo tiempo, OpenAI y otras empresas de tecnología de IA, que utilizan una amplia variedad de textos en línea, desde artículos de periódicos hasta poemas y guiones para entrenar chatbots, están atrayendo miles de millones de dólares en financiación.


Actualmente, OpenAI está valorada en más de 80.000 millones de dólares por los inversores. Microsoft tiene ha asignado 13.000 millones de dólares a OpenAI y ha incorporado la tecnología de la compañía en Bing, su motor de búsqueda.


“Los demandados buscan aprovecharse de la enorme inversión que ha hecho el Times en su periodismo”, se lee en la demanda, que acusa a OpenAI y Microsoft de “usar el contenido del Times sin pagar para crear productos que sustituyen al Times y le roban audiencia”.


Los demandados no han tenido oportunidad de responder ante el tribunal.


En las industrias creativas ha surgido preocupación por el uso de propiedad intelectual sin pago por parte de sistemas de la IA debido a la capacidad de la tecnología de imitar el lenguaje natural y generar respuestas escritas sofisticadas ante prácticamente cualquier comando o prompt.


En julio, la actriz Sarah Silverman se unió a algunas demandas que acusaron a Meta y OpenAi de haber “ingerido” su libro de memorias como un texto de entretenimiento para sus programas de IA. Los novelistas expresaron inquietud cuando se dio a conocer que sistemas de IA habían absorbido decenas de miles de libros, lo que derivó en una demanda de escritores, entre ellos Jonathan Franzen y John Grisham. El servicio de fotografía Getty Images, demandó a una empresa de IA que genera imágenes a partir de comandos escritos, con el argumento de que la plataforma se basa en el uso no autorizado de materiales visuales de Getty protegidos por derechos de autor.


Los límites de la ley de derechos de autor suelen ser objeto de un nuevo escrutinio en momentos de cambio tecnológico —como la llegada de la radio o los programas digitales de intercambio de archivos como Napster— y el uso de inteligencia artificial se perfila como la frontera más reciente.


“Un fallo de la Corte Suprema es básicamente inevitable”, dijo sobre la última oleada de demandas Richard Tofel, expresidente de la redacción sin fines de lucro ProPublica y consultor del negocio de las noticias. “Algunas empresas editoriales llegarán a un acuerdo durante algún tiempo —incluido posiblemente el Times— pero no lo harán suficientes como para que esta cuestión novedosa y crucial de la ley de derechos de autor tenga que ser resuelta”.


Microsoft ya ha reconocido que sus productos de IA pueden plantear problemas de derechos de autor. En septiembre, la empresa anunció que si los clientes que usan sus herramientas de inteligencia artificial recibían quejas sobre derechos de autor, los indemnizaría y cubriría los costos legales asociados.


Otras voces de la industria tecnológica se han mostrado más férreos en su enfoque de los derechos de autor. En octubre, Andreessen Horowitz, una empresa de capital de riesgo y uno de los primeros patrocinadores de OpenAI, escribió en comentarios a la Oficina del Derecho de Autor de EE. UU. que exponer a las empresas de IA a la responsabilidad por derechos de autor “acabaría u obstaculizaría significativamente su desarrollo”.


“El resultado será mucho menos competencia, mucha menos innovación y, muy probablemente, la pérdida de la posición de Estados Unidos como líder mundial en el desarrollo de la IA”, señaló la empresa en su comunicado.


Además de intentar proteger la propiedad intelectual, la demanda del Times presenta a ChatGPT y a otros sistemas de IA como posibles competidores en el negocio de las noticias. Cuando a los chatbots se les pregunta sobre asuntos de actualidad u otros temas de importancia noticiosa, son capaces de generar respuestas basadas en notas producidas en el pasado por el Times. El diario expresa preocupación de que a los lectores les baste una respuesta de un chatbot y dejen de acudir al sitio web del Times, lo que resultaría en un menor tráfico que pudiera convertirse en ingresos por publicidad y suscripciones.


La demanda menciona varios ejemplos en los que un chatbot ofreció a los usuarios fragmentos casi textuales de artículos del Times que solo pueden verse con una suscripción pagada. Indica que OpenAi y Microsoft pusieron especial atención en el uso de periodismo del Times al entrenar a sus programas de IA debido a que la confiabilidad y precisión percibidas del material.


Los medios de comunicación han pasado el último año analizando las implicaciones legales, económicas y periodísticas del auge de la IA generativa. Otros medios de comunicación ya han logrado acuerdos para que se use su periodismo: The Associated Press llegó a un acuerdo de licenciamiento con OpenAI en julio, y Axel Springer, la editorial alemana que es dueña de Politico y Business Insider, hizo lo mismo este mes. No se hicieron públicos los términos de dichos acuerdos.


El Times también está explorando los usos de esta tecnología naciente. Hace poco, el diario contrató a un director editorial de iniciativas de inteligencia artificial para establecer protocolos para el uso de IA en la redacción y examinar nuevas formas de integrar la tecnología al periodismo de la empresa.


En un ejemplo de cómo los sistemas de IA usan el material del Times, la demanda mostró que Browse With Bing, una función de búsqueda de Microsoft que funciona con ChatGPT, reproducía casi literalmente los resultados de Wirecutter, el sitio de reseña de productos del Times. Sin embargo, los resultados de texto de Bing no enlazaban con el artículo de Wirecutter, y eliminaban los enlaces de referencia del texto que Wirecutter emplea para generar comisiones por las ventas basadas en sus recomendaciones.


“La reducción del tráfico a los artículos de Wirecutter y, a su vez, la disminución del tráfico a los enlaces afiliados posteriormente conducen a una pérdida de ingresos para Wirecutter”, afirma la demanda.


La demanda también subraya el daño potencial a la marca del Times a través de las llamadas “alucinaciones” de la inteligencia artificial, un fenómeno en el cual los chatbots insertan información falsa que luego se atribuye erróneamente a una fuente. La denuncia cita varios casos en los que el chat Bing de Microsoft proporcionó información incorrecta que se decía que procedía del Times, incluidos los resultados para “los 15 alimentos más saludables para el corazón”, 12 de los cuales no se mencionaban en un artículo del periódico.


“Si el Times y otras organizaciones de noticias no pueden producir y proteger su periodismo independiente, habrá un vacío que ninguna computadora o inteligencia artificial podrá llenar”, señala la denuncia. Y agrega: “Se producirá menos periodismo y el costo para la sociedad será enorme”.


El Times ha contratado a los bufetes de abogados Susman Godfrey and Rothwell, Figg, Ernst & Manbeck como asesores externos para el litigio. Susman representó a Dominion Voting Systems en su caso de difamación contra Fox News, que dio lugar a un acuerdo de 787,5 millones de dólares en abril. Susman también presentó el mes pasado una demanda colectiva contra Microsoft y OpenAI en nombre de autores de libros de no ficción cuyas obras y otros materiales protegidos por derechos de autor se utilizaron para entrenar a los chatbots de estas empresas.









   
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