Benjamín Rosado, periodista cultural y desde hoy, oficialmente, escritor, ha sido reconocido con el Premio Biblioteca Breve.  El vuelo del hombre es su primera novela y llega con el premio literario del arquero, entregado de manos de la directora editorial de Seix Barral, Elena Ramírez.

El jurado ha destacado en el acta que se trata de “una investigación literaria sorprendente sobre el poder de la ficción para transformar la realidad”. Uno de los miembros del jurado, Jesús Carrasco (ganador del premio el año anterior), ha señalado que el autor posee “una capacidad para fabular infrecuente, incluso brillante. La novela es un viaje lleno de momentos y resulta entretenida desde la primera a la última página”.

Otros miembros del jurado se han pronunciado de manera muy favorable (han dado el premio por unanimidad). La librera de la librería Ramon Llull, Almudena Amador, ha afirmado que “se trata de una voz nueva. Original. Que arma una estructura muy peculiar llena de intrahistorias”. Miguel Ángel Hernández ha apuntado ”la capacidad de contar historias y armar tramas con el azar como Paul Auster. Te lo pasas bien leyéndola”. Incluso el exigente académico y poeta Pere Gimferrer se ha mostrado complacido con El vuelo del hombre: “es nueva, personal y distinta”.

El vuelo del hombre cuenta la historia de Diego Marín, un escritor que, tras la muerte de su madre, se instala en Valparaíso sin tener muy claro qué hará a continuación. Pero ahí interviene el azar, motor de todo en esta novela. Conoce la historia de un piloto muy singular y con eso arma su primera novela. Resulta ser un enorme éxito y eso lo lleva a Nueva York, a meterse en la vorágine de la ciudad (y algunos asuntos sentimentales) y a descentrarse. Tanto se descentra, que diez años después no ha conseguido volver a escribir nada en condiciones ni a publicar nada. Es entonces que su editor le habla de una noticia extrañísima: un piloto de avión que se llama igual que el protagonista de su libro se ha estrellado en el punto exacto en el que lo hacía su personaje en la novela que escribió. Y esa chispa hace que arranque hacia Colombia porque cree que ahí está el germen de la historia para su nueva novela, que tanto ansiaba encontrar.

Benjamín Rosado explica que es lógico el descentramiento de su protagonista en Nueva York «Porque mientras uno vive, no puede escribir. Lo que escribes nunca es lo que pasa. El vuelo del hombre plantea permanentemente una elección: la literatura frente a la vida. Es, en realidad, una renuncia. La vida no se detiene, no nos espera». Y también da otra pista sobre lo que sucede cuando ese escritor en secano llega a Colombia ávido de armar una historia: «Lo que empieza como una investigación literaria, termina siendo una historia de amor».  Y nos dice que “cuanto más cerca estamos de la verdad, menos capaces somos de expresarla”.

Benjamín Rosado: «No he escrito hasta ahora por un problema de falta de tiempo, en mi caso, sino de actitud: en casa la literatura siempre ha sido algo muy serio y yo no me sentía capacitado para interpretar ese papel». Ha contado cómo tomó un año sabático para ver algunos de los escenarios de la historia y romper con las amarras de lo cotidiano: “Comencé a escribir este libro en la Antártida, a bordo de un rompehielos de la armada chilena”. Asegura que «Todo esto lo hice para no escribir nada sobre mi propia peripecia. He querido evitar cualquier vínculo con la autoficción”.

Este año el premio Biblioteca Breve ha cambiado su náutica ubicación de las últimas ediciones en el Museo Marítimo de Barcelona por otro icono de la capital catalana: El Liceo. El premio está dotado con 30.000 euros y su autor pasa a formar parte de una bonita nómina de ganadores de este sólido galardón.