Jean Simó nos ofrece en su ensayo un punto de vista irónico y verdadero sobre este llamado deporte, donde la hipocresía es el estímulo de sus seguidores, un examen de la condición humana que deja sin respuesta a todo el que se emociona mirando fútbol.

Un análisis donde se compara la euforia nazi con la pasión que despierta ver una pelota perseguida por unos bufones. Todos sabemos que sin medidas de seguridad los hinchas en los estadios se matarían entre sí por la falsa supremacía que pretende el fútbol.

No podemos pasar por alto que una hora y media de partido atrofie a más de media humanidad y nadie quiera decir el porqué.