Al hablarse de la Barcelona literaria puede caerse en tópicos, limitando el discurso a los nombres de siempre, a los habituales en los manuales sobre el tema. Eso hace que queden fuera nombres que también han ayudado a dibujar el tejido cultural de la capital catalana, aunque lejos, muy lejos de los canales convencionales. Eso es lo que pasa con los nombres propios que rescatan David Castillo y David Caño en Biblioteca Secreta, una colección que ve la luz ahora de la mano de Barcelona Llibres, sello editorial del consistorio barcelonés.

Los primeros cuatro libros de Biblioteca Secreta son una estupenda declaración de intenciones porque son grandes historias y grandes nombres propios que merecían cierto espacio lejos del terreno «underground» en el que se han movido.

Un buen ejemplo es Camilo Cordero, uno de los grandes agitadores culturales en la Barcelona de la transición, tan ligado a sus amigos Nazario y Ocaña. «Camilo –es perillós abocar-se–», escrito por Antonio Orihuela e Isaías Griñolo es un intento de reconstruir la vida del artista de la mano de aquellos que lo conocieron, hecho que transforma el ensayo en la primera monografía completa sobre Camilo.

Joan Vinuesa Baliu firma Hem d'anar a l'Índia (Records d'un viatge freak), un volumen en el que este poeta rememora y dibuja su ruta de cuatro meses por carreteras de Oriente. Pese a que originalmente se redactó en 1977, Vinuesa Baliu reescribió los textos en 2007 y 2009.

También tiene una intención autobiográfica Diario del marionetista Pepe Otal ,de Pep Gómez, donde se recrea el taller de marionetas que Otal puso en marcha en la Barceloneta y posteriormente en el Barrio Chino, en la calle de Guàrdia.

Xavi Cot fue un testigo privilegiado del auge del punk en Londres. Lo que vio del mundo musical en la capital británica trató de ponerlo en marcha en Barcelona. Su actividad alrededor de Cuc Sonat, un nombre imprescindible en la vida cultural barcelonesa de los últimos setenta, es lo que se cuenta en su libro para Biblioteca Secreta. Cuc Sonat, cuenta, además, con secundarios de lujo entre sus páginas, como Joaquín Sabina o Salvador Dalí, entre otros.

Víctor Fernández
La Razón