Pioneras y emprendedoras de la reivindicación de género. ‘Barcelona Feminista 1975-1988’, un libro que recoge fotografías y documentos de unos años clave para las mujeres
En 1976, las organizaciones feministas convocaban manifestaciones cada domingo frente a la que entonces era la cárcel de mujeres, en la Trinitat, en demanda de amnistía para las presas y la abolición de la Ley de Peligrosidad Social. Porque hace 40 años, en Barcelona, el 80% de las mujeres presas lo estaban por aplicación de leyes sexistas: un 30% por haber abortado o colaborado en la práctica de abortos y un 50% por la aplicación de la Ley de Peligrosidad Social. Solo el 20% restante eran presas comunes. Las cifras se publicaron en el número 0 de la revista Dones en lluita, en 1977.
Clotilde Cerdà, una de las pioneras
De aquellos primeros años (1979) fue el Casal de la Dona que abrió en la calle Cardenal Casañas como un espacio en el que confluyeron mujeres del movimiento feminista y otras entidades como Dones Lliures y Dones Anarquistes. Y casi diez años después se puso en marcha Ca la Dona, que reunió a las múltiples voces de la amplia familia feminista.
“En Barcelona, hay una arraigada tradición de búsqueda de espacios de encuentro de mujeres”, apunta Isabel Segura. En 1909, Francesca Bonnemaison creó la que fue la primera biblioteca catalana exlusivamente para mujeres: la Biblioteca Popular de la Dona. Pero la primerísima expresión de esa inquietud de buscar lugares propios tuvo de protagonista a Clotilde Cerdà —posiblemente hija de Ildefons Cerdà— que en 1885 creó la Academia de Ciencias, Artes y Oficios de la Mujer en La Rambla de Barcelona. Fue acusada de “feminista” por el secretario de la Reina Regente y tuvo que cerrar la Academia y exiliarse.
Esa publicación fue una de las expresiones del movimiento feminista tras la celebración de las Jornades Catalanes de la Dona, en mayo de 1976. “Fueron mucho más que unas jornadas, canalizaron todo un movimiento y plantearon los grandes debates sobre el aborto, el derecho al propio cuerpo, la estructura de la sociedad hetero patriarcal, la violencia, el derecho laboral y la igualdad con unos análisis que todavía están vigentes hoy en día en gran medida”, explica la historiadora Isabel Segura, autora del libro Barcelona Feminista 1975-1988, editado por el Ayuntamiento de Barcelona.
Un libro en el que retoma las conclusiones de aquellas jornadas, el amplio movimiento feminista en las calles de los primeros años de la transición democrática y culmina en 1988, año en el que se abrió La Casa de les Dones en un piso de la Gran Vía de Barcelona. Desde entonces, la Casa se ha mudado en varias ocasiones hasta llegar a su actual emplazamiento en la calle de Ripoll —si las piedras hablaran se remontarían, algunas, a la época romana y otras a la fue la sede de la primera Universidad de Barcelona en el siglo XV— donde atesoran en su archivo todo tipo de publicaciones, fotografías y carteles de la historia reciente del feminismo en Barcelona.
Una documentación en la que ha buceado la historiadora para dar forma a un libro en el que las fotografías, muchas de ellas inéditas, dan buena cuenta de un movimiento feminista que se cocinó de forma transversal y en todos los barrios, como lo demuestran las imágenes captadas, por ejemplo, por Pepe Encinas en el Turó de la Peira o en el Carmel. “Las fotografías son un excelente testimonio y tenemos la suerte de contar con imágenes del trabajo que hicieron en aquellos años Pepe, Colita o Pilar Aymerich, entre otros”, apunta la historiadora.
En las Jornadas de 1976 participaron más de 4.000 mujeres. Una movilización que no se quedó ahí y que luego dio paso a muchas iniciativas, además de una mejor organización de la lucha feminista. Un año antes, en 1975, poco después de la muerte de Franco, se abrió en Barcelona el Bar Daniel’s, considerado el primer bar de lesbianas de España. La Llibreria de les Dones lo hizo en la calle de Lledó a iniciativa de cuatro amigas de la vocalía feminista del Gótic en mayo de 1977: “los libros formaban parte intrínseca del movimiento feminista y el local se convirtió en un punto de encuentro —en una de las fotos del libro están Maria Mercè Marçal y Marina Rosell—”, comenta la autora. Claro que fue una iniciativa que también despertó rechazo entre los grupos de extrema derecha, tanto, que fue atacada e incendiada como se ve en otra de las imágenes del libro.
A esos años se remontan varias publicaciones como Dones en Lluita o la que se editaba en Madrid, Vindicación Feminista, dirigida por Lidia Falcón. En julio de 1977 abrió en la calle Riereta el bar librería LaSal: “el germen fueron las Jornadas aunque hay que explicar, también, que además de las reivindicaciones fue un espacio para disfrutar y pasarlo bien”, añade Segura quien poco después, en abril de 1978, se convirtió en una de las impulsoras de la editorial LaSal, que abrió justo frente al bar. La editorial se presentó así: “Publicaremos libros escritos por mujeres, que sean expresión de mujeres”. Y, entre los géneros, la editorial, que llegó hasta 1994, tocó un poco de todo.
Blanca Cia
El País