Filosofía y Literatura, cruce de caminos. Crónica
Los días 9,16 y 30 de octubre se celebraron en la librería Calders tres sesiones en torno al concepto amoroso. La mirada filosófica y literaria se complementó con la participación de un público muy dispuesto a indagar sobre el misterioso sentimiento, ambivalente, que provoca fulgor durante el ascenso amoroso y desesperanza cuando sobreviene el desamor.
Pere Montaner, filósofo y escritor explicó, con extraordinaria claridad, la doble línea en la que bascula el amor. El eros platónico, donde la búsqueda de la trascendencia y lo sublime es el camino que conduce al conocimiento intelectual del amor, y la recuperación de la unidad primitiva. El mito del andrógino de Aristófanes, el Banquete y Fedro, de Platón y la referencia de Sócrates en su visión del amor, señalan los conceptos abstractos que abren camino para llegar a una representación del amor cercana al misticismo. La segunda versión del amor la situó Pere Montaner en la filosofía de Shopenhauer y Nietzsche, contrarios ambos a la visión espiritualizada del eros platónico. Es el mundo de los sentidos y de la carne el campo de batalla. La naturaleza marca el paso y el instinto es la pulsión que enmascara el sentimiento amoroso; por su parte, Nietzsche contempla el amor como un instrumento para ejercer poder sobre el otro.
En el debate la mayoría de los participantes opusieron su propia experiencia a una visión material y biológica del sentimiento amoroso. La intervención de un miembro del público, calificando de palabrería vacía la teorización filosófica, dirigió la atención hacia los aspectos más trascendentes de las relaciones amorosas y la capacidad para sublimar este sentimiento con la creación artística. Acabó la sesión con la convicción del público de que lo importante es amar aunque aún no sepamos en qué consiste el Amor.
En la segunda sesión, la filósofa y escritora Concha Fernández Martorell, gran conocedora de la obra y vida de María Zambrano, trazó una cronología vital, filosófica y poética de la filósofa y escritora. Con notable precisión, Concha Fernández, trazó los conceptos en los que descansa la obra de María Zambrano. Desde el inicial deslumbramiento en su adolescencia, al contemplar un rayo de luz, que la lleva a elegir la filosofía como dedicación e interés principal, profesional y personal, hasta su búsqueda de la palabra perdida. Algunos párrafos de El hombre y lo divino, muestran la permanente indagación sobre la trascendencia de unir, integrar razón y poesía, filosofía y poesía.
La guerra civil española y el exilio, significaron para María Zambrano un vínculo constante con la desesperanza, que afectó su vida personal y percibió en la sociedad española; es el desierto español sobre el que escribe en su obra El español y su tradición y en La agonía de Europa. Del concepto amoroso, a medida que avanzó su vida, se hizo más patente su visión espiritualizada, cercana al misticismo. El amor es la puerta de la conciencia, depositario de la esperanza “ese fuego sin fin que alienta en el secreto de toda vida”
Concha Fernández contó algunas anécdotas de la vida de Maria Zambrano en el exilio, de su amor hacia los gatos y de la tristeza de sus últimos años.
El debate se centró en el concepto amoroso trascendente que dejó en sus escritos. De ese misticismo es prueba el epitafio que figura en su tumba: surge amica mea et veni, frase del Cantar de los cantares, Levántate amiga mía y ven, referido a la aurora y la luz, según nos hizo notar uno de los participantes, Raimon Arola, filósofo de la siguiente sesión. El público estuvo de acuerdo en reivindicar el amor como fuerza generadora para una vida plena de reconocimiento en el nosotros frente a los otros. El participante de la sesión anterior nos recordó que, en su opinión, todo ese parloteo sobre el amor no era más que palabras pasadas por una trituradora. La oposición del público a su punto de vista fue notoria, aunque no consiguió sacarnos de nuestra ignorancia sobre el amor, seguimos dándole aval a lo importante es amar.
Raimon Arola, filósofo y escritor, cerró el primer ciclo de filosofía y literatura. Fundador, junto a Lluïsa Vert, de Ars gravis, revista digital dedicada al Arte y al simbolismo, nos trasladó a la poética y al hermetismo amoroso presentes en el Cantar de los Cantares y su conexión con la Cábala. Raimon Arola abrió la charla con la reivindicación de la poesía y su estupefacción por la ignorancia científica hacia el lenguaje poético, generador de la palabra. Señaló la relación íntima en el Cantar de los Cantares de la unión carnal y sagrada del ser humano con el bendito, el altísimo en la tradición religiosa hebraica.
En su brillante y arrebatadora exposición, las citas poéticas procedentes del Cantar de los Cantares, así como en la referencia a los textos fundacionales de la cultura judeo cristiana, se sugiere la vía de acceso al sentimiento amoroso, una inabarcable expresión que integra todas las manifestaciones del amor, tan poderosas y sutiles que solo pueden ser expresadas a través del verbo, la palabra que sale de la boca y se derrama en otra: ¡bésame con los besos de tu boca!
En la invocación carnal, en el deseo de ser besada, el amor se manifiesta, en palabras de Arola, como la desintegración del dualismo, la superación de lo sagrado y lo carnal para converger en una expresión total en la que están implicados cuerpo y alma.
De la entropía como concepto de la Física a la entropía también como punto de arranque alquímico que conduce desde la desintegración a la unión humana y divina, este planteamiento original fue contestado por el público. Los conceptos expresados por Raimon Arola abrieron el debate en el que fue manifiesto que, participantes y moderadora, partían de la ignorancia de cultura religiosa y de los textos más importantes de la tradición, la Torá y la Cábala.
Las referencias a la herencia del Cantar de los Cantares, en el Zohar, en la obra de Fray Luis de León y San Juan de la Cruz, cerraron la espléndida exposición de Raimon Arola, tan abundante de erudición como de aguda ironía. La conclusión de estas jornadas, es que lo importante es amar, aunque no sepamos definir el amor.
Marga Iriarte
Coordinadora del ciclo