Homenaje a Jorge Llopis:’
Recital despreocupado, con motivo del centenario del nacimiento del escritor y humorista alicantino, autor de ‘Las mil peores poesías de la lengua castellana’. A cargo del escritor, periodista y humorista Joan-Ignasi Ortuño y la compositora e intérprete Coral Cerro.
Viernes, 15 de noviembre, a las 19:00 horas
Si Jorge Llopis (escritor, humorista, dramaturgo, actor y, sobre todo, ‘gamberro’ alicantino nacido hace ahora mismo un siglo) levantara la cabeza y viera todavía tan vigentes sus ‘donosas’ críticas literarias, vertidas en su impagable tomito ‘Las mil peores poesías de la lengua castellana’ (1957, y corregido y aumentado en 1973), por solo citar una de sus numerosas obras, se volvería dormir, plácidamente, lo más seguro. Este recital ‘despreocupado’ (mejor habría sido decir recital ‘desenfadado’, pero por algo todo es mejorable en esta vida, por cierto) se titula, precisamente, ‘Homenaje a Jorge Llopis:’ (pronúnciese ‘Homenaje a Jorge Llopis, dos puntos’) y tiene un título tan andrajoso, zarrapastroso y socarrón porque no puede, ni podría, ni podrá ser de otro modo. Este cómico, que se pasó la vida repartiendo collejas a la Poesía (como otros no dejamos de meterle mano y nos quedamos tan panchos), entre otras aficiones inconfesables, se nos antoja tan abierto al jolgorio, tan de la guasa y del cachondeo que no hace falta añadir nada más a esos ‘dos puntos’. Si acaso, una exhalación de placer, un guiño complaciente y, ¿por qué no?, unas risitas. Y es que a fuerza de ser original, claro está, ya se sabe, se acaba siendo un incomprendido.
Un homenaje, pues, y un recital en toda regla, éste, donde se leerán algunos sus poemas (también algunos de los poetas caricaturizados por el propio autor, pues las comparaciones siempre son odiosas, que conste en acta) y donde se invitará al respetable a participar (en dicha lectura, ya se ha dicho) declamando de uno en uno y sin prisas, claro está, las ocurrencias de este ingenioso y desmadrado poeta satírico, hoy desgraciadamente casi olvidado, que, en la época oscura (por no decir tenebrosa) que le tocó vivir (y no tan lejana, por cierto), se las compuso para hacer reír a sus coetáneos de una manera ingeniosa y desmadrada (valga la repetición, que no están los tiempos para demasiadas florituras verbales) y cuyas jocosas obras, con motivo de centenario de su feliz nacimiento, vamos a recuperar en esta simpar velada.
¡Bienvenido, pues, a su propia fiesta, señor Llopis!
Ignasi Ortuño