Felipe Sérvulo toma la papiroflexia como metáfora para volar sobre el cielo limpio de la lírica. Este es un poemario de factura sintética, oriental, por momentos zen. Dividido en tres partes, afectiva, neuronal, literariamente complementarias Ayer por la mañana, Tokio es un dragón que canta, Narita terminal I, el poeta compone cincuenta y nueve poemas lacrados con un epílogo (la campana de Myooshin-ji) que son una elegía inequívoca a su nieto Takumi.
El seis de agosto de 1945, Sadako Sasaki dejó de ser un bebé (tenía dos años cuando la bomba atómica estalló sobre Hiroshima) para convertirse en víctima:hibakusa. Enferma de leucemia, peleó con el monstruo cada milésima de los doce años que vivió. Para homenajearla, todos los años vuelan mil grullas de papel en su honor. Una leyenda promete cumplir sus deseos a cualesquiera que le arranque al origami esa bandada de pájaros: mitad papel, mitad magia.
Daniel Izquierdo
El poeta Felipe Sérvulo sabe nombrar. Si alguna cualidad es importante en un poeta, esta es la de saber nombrar el mundo. Sérvulo sabe nombrar los pensamientos más profundos, los instantes dotados de mayor magia, el aroma de los sentimientos. Felipe Sérvulo es un nombrador. Es decir: un poeta.
«Intento conectar las palabras, / pero hay alguna que se resiste. / Digamos, / que no se deja utilizar por mí, / sencillamente me confunde.»
(Capítulo primero “Ayer por la mañana”).
Pero él es utilizado por las palabras.Porque es un verdadero poeta. Un nombrador.
Lázaro Covadlo