En los países occidentales parece que ya está asimilada la igualdad entre hombres y mujeres, pero la brecha sigue existiendo. La ONU nos recuerda que hay todavía «restricciones legales que impiden a 2.700 millones de mujeres acceder a las mismas opciones laborales que los hombres». Desde 1975, cada 8 de marzo se conmemora el Día de la Mujer, un día que nos recuerda que todavía hay obstáculos que derribar para alcanzar una verdadera igualdad.
El apoyo de Naciones Unidas a la Mujer
Uno de los organismos que presta especial atención a la igualdad de género es Naciones Unidas. En 1946 puso en marcha la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, conocida como CSW, el mayor órgano para la formulación de políticas a nivel mundial. Esta Comisión se dedica exclusivamente a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Se reconoce en las Naciones Unidas que «el consenso que está surgiendo a nivel mundial es que, a pesar de algunos progresos, el cambio real ha sido lento para la mayoría de las mujeres y niñas en el mundo».
La crianza de los hijos o las tareas domésticas siguen siendo responsabilidades que en el 90 por ciento de los casos recaen en las espaldas femeninas, estas cuestiones a veces limitan las proyecciones profesionales e incluso las personales. La ONU señala unas pequeñas acciones que pueden provocar un gran impacto para lo que denominan «Generación Igualdad»: compartir tareas domésticas, denunciar casos de sexismo y acoso, exigir una cultura de igualdad en el trabajo, ejercer derechos políticos, crear conciencia o comprometerse con una causa, son algunas de ellas.
Mujeres luchadoras
Aunque en la actualidad consideremos que la represión femenina es parte del pasado, no hay que olvidar el esfuerzo y la valentía de aquellas pioneras que lucharon por la libertad de las mujeres en la sociedad.
Clara Campoamor defendió el voto femenino; Concepción Arenal luchó por la educación de las niñas; Carmen de Burgos puso voz femenina a la prensa. Son solo tres ejemplos de mujeres que lucharon por la igualdad de derechos en España y gracias a ellas, entre otras, hoy en día el sufragio es universal o la educación es igualitaria entre hombres y mujeres, al menos en España.
Escritoras en la sombra masculina
Hasta casi mediados del siglo XX, muchas escritoras ocultaban su género en las obras publicadas. Por ejemplo, Charlotte Brontë publicó Jane Eyre como Currer Bell; Mary Anne Evans, lanzó Middlemarch como George Eliot o Cecilia Böhl de Faber publicó La Gaviota como Fernán Caballero.
El miedo a ser rechazadas provocaba este cambio de identidad que solo salía a la luz cuando la obra literaria tenía ya un reconocimiento popular. Más confuso fue el caso de Mary Shelley, cuando escribió Frankenstein, una obra que los lectores no creían que hubiese salido de la delicada pluma femenina, y algunos atribuyeron este relato de terror a su marido: Percy Shelley. Algo parecido le pasó a Gerda Taro, la fotógrafa sepultada durante muchos años por el éxito de su pareja, Robert Capa. Hasta J.K. Rowling siguió la recomendación de sus editores de ocultar su identidad bajo siglas con el fin de que pudiera causar más interés en el público.
Creación, un universo femenino
Los tiempos han cambiado y los nombres femeninos en los lomos de los libros van equiparándose, e incluso superando, a los masculinos. Algo parecido ocurre en la traducción y también en la edición, ya que actualmente gozamos del buen hacer de cientos de editoras, aunque todavía queda camino por recorrer.
En ocasiones se habla de literatura femenina o de libros para mujeres. Inmaculada de la Fuente, periodista y escritora madrileña, deja claro en una entrevista en el programa de Radio de CEDRO, «Creando que es gerundio», que «no hay temas de hombres o de mujeres, sino temas humanos, lo importante es cómo se escriben».
Es indiscutible, y así lo reflejan las cifras, que la lectura interesa más a las mujeres. Según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España que cada año presenta la Federación de Gremios de Editores de España, el perfil del lector frecuente es: mujer, universitaria, de área urbana, con 55 años o más. Un 68,3 por ciento de mujeres lee en su tiempo libre frente al 56 por ciento de hombres.
Defender los derechos, un compromiso
El tema propuesto por la ONU para la celebración del Día de la Mujer este año es «Mujeres líderes: por un futuro igualitario en el mundo de la COVID-19». El tema celebra los enormes esfuerzos que realizan mujeres y niñas en todo el mundo para forjar un futuro más igualitario y recuperarse de la pandemia provocada por este virus.
Hay una acción que no distingue de sexos y que puede ser un gran compromiso para las creadoras: la defensa de sus derechos. Ya sea a través de las herramientas que pueda ofrecerles CEDRO como asociadas o bien como denunciantes de acciones de plagio y reproducciones ilícitas, las autoras, traductoras o editoras pueden festejar este 8 de marzo reforzando su trabajo de creación y defendiendo sus derechos de autor.
CEDRO